Sequía a cuestas
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Opinión

Editorial

Sequía a cuestas

 


Si bien es cierto que hasta hace unos días en los medios de comunicación se empezó a hablar de sequía, ésta inició al menos para el organismo responsable, el Sistema de Agua Potable y Alcantarillado de Oaxaca (SAPAO), desde el mes de diciembre. Colonias del norte de la ciudad y muchas más, tuvieron un impresionante racionamiento, al menos las dos últimas semanas del 2020. Es más, el racionamiento del vital líquido ha continuado sin que, se sepa, existan causas físicas que justifiquen dicha medida. Vecinos de algunas colonias populares reportan el flujo de agua potable totalmente insalubre, cuando lo tienen de dos a tres horas cada quince días. Otros más, no se explican la carencia del líquido que, hay que decirlo, nunca se le ha concedido la importancia que tuvo en la administración anterior.

En los informes se habla de obras, de inversión pública en dicho rubro, pero la ciudadanía sigue teniendo las mismas privaciones de hace dos sexenios. En el gobierno de Gabino Cué se realizó una cuantiosa inversión para ampliar el flujo del agua que proviene de San Agustín Etla, a través de un acueducto. También trascendió que se perforaron varios pozos para suplir la carencia del vital elemento, motivado por el agotamiento de los mantos freáticos. Si bien es cierto que las tomas clandestinas por parte de fraccionamientos y asentamientos en los rumbos de Etla o Santa Cruz Xoxocotlán, que ponen en tela de juicio el crecimiento anárquico de la mancha urbana, han influido para que la capital adolezca de falta de agua, también es cierto que han hecho falta mecanismos regulatorios o de sanción para evitar ese saqueo hormiga, que se hace de manera subterránea.

Por otra parte, las denuncias en contra del organismo estatal han abundado pues a diario se reportan fugas u obras que se han llevado a cabo, dejando zanjas y boquetes abiertos. Anteriormente había flotillas de carros cisterna para prestar auxilio a la población que no recibiera durante mucho tiempo el agua potable. Hoy, tal parece que el racionamiento es jugoso negocio privado. Con todo lo que hemos arrastrado de problemas económicos, carestía, inflación, desempleo y un sinfín de problemas que ha traído consigo la pandemia, aún llevaremos a cuestas la falta de suministro y el racionamiento del citado líquido, indispensable para la vida. Si no hay agua, ¿cómo aplicarse el lavado de manos para evitar el Covid-19? 

Orden en transporte

Reordenar el trasporte urbano en nuestro estado es una tarea titánica que requiere de capacidad administrativa y voluntad política, tanto para reordenar a los autobuses del transporte urbano como a los taxis y mototaxis que se han apoderado de nuestras calles. Hoy se presume un sistema que presume ser parte de esa solución pero los principales cuestionamientos son sobre el tema del llamado Sistema de Transporte Urbano, conocido como CityBus, en el cual el gobierno estatal invierte algo así como 260 millones. La idea es, justamente, darle a los oaxaqueños de la capital y los que habitan en el área conurbada, un transporte digno y decoroso. Al menos es lo que subyace en el discurso oficial, lo cual significa una esperanza para los miles de ciudadanos que día a día requieren utilizar dicho servicio para ir a su trabajo, a la escuela, etc.

Sin embargo, extrañamente -¿será porque algunos legisladores tienen también intereses en taxis y moto-taxis?- no se le cuestionó a la responsable de Semovi en su pasada comparecencia acerca de las organizaciones de transportistas, llámense Confederación Autónoma de Trabajadores de México (Catem), Frente “14 de Julio”, Confederación de Trabajadores de México (CTM) y un sinfín de organizaciones sociales que lucran con las concesiones y se han convertido en látigos permanentes del gobierno estatal, con medidas de presión y chantaje, como fue el caso de los taxis de Catem, que el pasado lunes montaron decenas de bloqueos carreteros en la Vía 190, para exigir el retiro de los “topes” o reductores de velocidad, en dicha carretera. Esto es, pese a tratarse de uno de los tramos más peligrosos a nivel nacional, así calificado por las compañías de seguros, exigían que quede libre de dichos obstáculos para que ellos puedan transitar libremente y sin obstáculos. Una verdadera estupidez.

Siempre hemos dicho que, siendo las concesiones propiedad del gobierno estatal, quien sólo las da en usufructo, lo que conlleva una actitud como la de los taxistas de Catem es el retiro inmediato de las mismas. Hace poco se dio una lección, ante el atropello imprudencial y muerte de una ciclista, la Semovi actuó de inmediato y canceló los permisos de dicha empresa. Pues bien, con esa misma filosofía debe retirar de inmediato permisos y concesiones de aquellos que, de la mano de sus dirigentes nacionales y estatales, pretenden asumir el servicio público de pasajeros como si fueran los dueños y señores de dicho servicio.