Una cruzada compleja

La semana pasada se llevó a cabo el Foro Binacional virtual en fiscalización México-Estados Unidos, en el que participó la Secretaría de la Contraloría y Transparencia Gubernamental del gobierno estatal, en donde se dio un intercambio de perspectivas sobre objetivos, temas y preocupaciones compartidas, relacionados con el esquema público de rendición de cuentas y transparencia. En el evento citado quedó claro que hay un avance en la estructura de control y supervisión interna y externa de los distintos órganos que desempeñan funciones de control y fiscalización de los recursos públicos. En este ámbito resulta relevante la función que hoy en día desempeñan la Auditoría Superior de la Federación, la Secretaría de la Función Pública y cada una de las Contralorías de las entidades federativas, así como las entidades de fiscalización superiores locales, las contralorías municipales y las contralorías internas de los órganos autónomos. 

El titular de la SCyTG, José Ángel Díaz Navarro subrayó que el evento referido representó una valiosa oportunidad para el intercambio de perspectivas sobre objetivos, temas y preocupaciones compartidas, relacionados con el esquema público de rendición de cuentas y transparencia, un tema de relevancia mundial. Es a través del desarrollo de proyectos y acciones concretas, trazados en un plan anual bajo parámetros y plazos posibles como se ha fortalecido la fiscalización, el control, la transparencia y la rendición de cuentas hacia la población; tema fundamental en las últimas décadas no sólo en México sino también en el resto del mundo. La rendición de cuentas, en efecto, es un tema complejo habida cuenta de que se trata de crear una cultura que siempre enfrentará resistencias.

Hay aún en la entidad resabios de discrecionalidad, sobre todo en los municipios, que se resisten a aplicarse las reglas de rendición de cuentas e integración a la cruzada nacional contra la corrupción. No ha sido fortuita la insistencia y presión de parte de los órganos estatales para que cumplan con el deber de instalar sus propios portales de transparencia, en donde den cuenta puntual de las acciones que se han llevado a cabo, así como el uso de los recursos públicos para tal fin. Sin embargo, hay que admitir que no ha sido tarea fácil, pese a que el gobierno oaxaqueño ha logrado el reconocimiento a nivel nacional en la materia, ubicándose en uno de los primeros lugares a nivel nacional.

Suspensión de eventos

Un nuevo golpe a la economía de quienes viven de lo que venden o producen en esta temporada de fin de año, es la suspensión de eventos religiosos o tradicionales. Nada más hay que imaginar el golpe que representa para los habitantes de Santa Catarina Juquila, la suspensión de las peregrinaciones al Santuario de la Virgen y toda la derrama que ello implica, con el arribo de miles y miles de visitantes del país y el extranjero. Hoteles, hostales, restaurantes, fondas, comederos en el camino, mercados, venta de productos religiosos, etc., no sólo de esta población sino de las decenas de comunidades que año con año reciben una parte de esa derrama millonaria del turismo religioso. De la misma manera tiene que verse la suspensión de las misas o festejos tradicionales del Día de la Virgen de Guadalupe, con sus ancestrales romerías en El Llano, en colonias populares, en poblaciones que llevan el nombre de uno de los íconos religiosos más reconocidos en el país.

Al suspenderse los festejos religiosos, viene detrás una cauda de daños. Los que montan los juegos mecánicos, quienes venden empanadas, antojitos regionales, los fotógrafos que toman a los niños vestidos de Juan Diego, etc. Los efectos son sencillamente incalculables. El 18 de diciembre se celebra a la Virgen de la Soledad, Patrona de los oaxaqueños. Ante las medidas tomadas por las autoridades eclesiásticas, en coordinación y en cumplimiento a las medidas sanitarias oficiales, los festejos en inmediaciones de la Basílica Menor serán suspendidos. Por tanto, la venta de nieves y dulces regionales que ahí se expenden, así como el resto de atractivos que en tiempos normales son parte del disfrute de adultos y niños, también estarán ausentes. 

El corolario de nuestras fiestas tradicionales oaxaqueñas en el mes de diciembre, es “La Noche de Rábanos”, la cual, después de más de un siglo de llevarse a cabo, será suspendida. Los artesanos y hortelanos que cada año participan en el concurso de esculturas de rábanos, flor inmortal y totomoxtle, deberán esperar nuevos tiempos, al igual que el turismo decembrino que abarrota calles y parques. Con tristeza tenemos que admitir que este año atípico, también nos pegará en el alma y el sentimiento religioso. El consuelo que nos queda es que ya volverán los tiempos de normalidad cuando podamos disfrutar de todo aquello que, por salvar vidas, han tenido que suspenderse.