No estamos preparados
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Editorial

No estamos preparados

 


Desde hace algunas semanas que la crisis por los contagios del Covid-19 en la República Popular de China, empezaba a hacer estragos y la Organización Mundial de la Salud (OMS), advertía sobre la proliferación en el mundo, motivaban a risa las expresiones triunfalistas del gobierno de la llamada Cuarta Transformación, con su sobada frase de: “estamos preparados para hacer frente al coronavirus”. La pregunta de lógica elemental que se hacían muchos mexicanos y que consignamos en este espacio editorial fue: si existen grandes rezagos en materia de suministro de medicinas, si el Instituto Nacional para el Bienestar (Insabi), que sustituyó al Seguro Popular, no tiene reglas claras de operación y no se les ha dado tratamiento a niños enfermos de cáncer, entre otros factores, ¿cómo decir que estamos preparados para un mal para el que no hay cura ni vacuna? 

Obviamente, en su momento develamos este artificio. La semana pasada, el gobernador Alejandro Murat anunció una serie de medidas para hacer frente a la pandemia, como el cierre de negocios, la suspensión de actividades en cines, teatros, antros, gimnasios y deportivos, entre otros. Además, ratificó el compromiso con la ampliación del espectro de atención para casos de Covid-19 en algunos nosocomios como el Hospital de la Mujer y el Niño Oaxaqueño, el Hospital de Especialidades de Juchitán, el del IMSS de Tlaxiaco y el Hospital de Tanivet, que estarán bajo supervisión del Ejército Mexicano. Sin embargo, como lo publicamos en nuestras páginas el pasado viernes, los cuatros nosocomios señalados, carecen de la capacidad instalada y el equipo para hacer frente a una emergencia, como la que suponemos, está advirtiendo el ejecutivo estatal. 

Solamente para ubicarnos, el Hospital de Tlaxiaco no pudo ser inaugurado por el presidente Andrés Manuel López Obrador, porque se descubrieron irregularidades y anomalías, que presumen hubo compra de equipo médico usado y otro más rentado, sólo para el acto inaugural. En pocas palabras, no puede ser usado para una contingencia, si se parte de la premisa que, por instrucciones presidenciales, no ha entrado en operación. El caso del Hospital de Tanivet, éste se encuentra en el interior del centro penitenciario del mismo nombre y el de Juchitán, aún no se ha concluido. Es decir, no estamos preparados desde el punto de vista médico para hacer frente a una emergencia como la que estamos viendo en sus inicios.

Protagonismo pernicioso

No se ha salvado de la crítica el presidente Andrés Manuel López Obrador, no sólo en los medios nacionales y redes sociales, sino inclusive en la prensa internacional, al señalar que el mismo ejecutivo federal minimiza las medidas sanitarias impuestas por su gobierno para hacer frente a la pandemia de coronavirus. Y es que, en su pasada visita a Oaxaca, hace poco más de una semana, se le vio saludando de mano a la gente y sin conservar la llamada “sana distancia”. Más aún, luego de degustar los platillos en conocido restaurante de comida istmeña, invitó a las familias a salir de sus casas, una vez más haciendo casos de las estrictas medidas sanitaria de mantenerse en casa, para evitar la propagación del virus. La crítica fue a tal grado que el pasado fin de semana, el ejecutivo federal advirtió que haría una gira de trabajo, pero sin multitudes ni saludos, en congruencia con la gravedad de la contingencia en la que estamos actualmente.

Sin embargo, eso parece no importar a algunos de los trabajadores o funcionarios del gobierno de la llamada Cuarta Transformación. Incluso segundones que serían, en cualquier circunstancia, los más apegados a las instrucciones presidenciales. Es el caso de la Subdelegada de Programas Sociales de la Presidencia de la República, Luisa Cortés García, quien tuvo la infeliz ocurrencia el pasado viernes 27 de marzo, de convocar a los jóvenes que poseen la beca “Benito Juárez”, para recibirla en el patio municipal de Miahuatlán de Porfirio Díaz. Las imágenes fueron reveladoras, Cientos de personas apretujándose en un pequeño espacio. ¿Y la sana distancia? ¿Y las medidas de prevención para evitar contagios por contacto? Sólo un artificio para la protagónica funcionaria del gobierno federal.

En el transcurso de la semana pasada denunciamos los bloqueos y movilizaciones que llevaron a cabo organizaciones y grupos de presión, que obedecen a los intereses del senador Salomón Jara. Sin recato alguno y con absoluto descaro, estos personajes, desoyen las medidas decretadas para hacer frente a los contagios de este mal tan grave. Es decir, en el afán de adelantarse a los tiempos políticos, de avasallar a los presuntos adversarios y sacar la cabeza para que todo el mundo vea lo que están haciendo, hacen caso omiso de las reglas establecidas y exponen a sus seguidores o beneficiarios a contraer un mal del que ya sabemos su peligrosidad. 


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