Seguridad cero
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Opinión

Editorial

Seguridad cero

 


Con el manido argumento de que hay entidades con índices mayores de inseguridad, los órganos competentes del gobierno estatal guardan silencio respecto al crecimiento en los homicidios dolosos en la entidad. La realidad es que las estadísticas de ejecuciones y asesinatos en plena vía pública y a la luz del día se han convertido en algo cotidiano. Lugares que antes eran apacibles y de gente trabajadora como Matías Romero, hoy en día han devenido refugio de delincuentes y mañosos. Toda la zona está convertida en enclave de la delincuencia. Poblaciones como Barrio de La Soledad, Lagunas, Santa María y Santiago Petapa, son bastiones de bandas dedicadas al robo de combustible y al narcotráfico. Ahí se han dado homicidios masivos.
Se habla incluso de verdaderos ajustes de cuentas que dejan decenas de muertos. Pero nadie dice nada, no obstante la presencia en la entidad de la Guardia Nacional, ese nido de delincuentes no se puede extirpar. Y hay razón a veces que las corporaciones no entren en dichos lugares, pues con la instrucción sólo de disuadir, no pueden enfrentar a criminales desalmados que, a la menor provocación disparan sobre jenízaros y militares. Otras poblaciones como Miahuatlán de Porfirio Díaz, han vuelto a convertirse en escenarios sangrientos como en la década de los sesentas del Siglo XX. Es más, hasta colonias en zonas conurbadas, como es el caso de las que se ubican junto al tiradero de basura municipal, han sido en los últimos tiempos, teatros criminales cotidianos.
Hablar de Tuxtepec produce pavor. La semana anterior fue arrojado en una de las zonas de la Cuenca del Papaloapan, el cadáver de un joven, totalmente desollado de la cara. La crueldad de los grupos criminales no tiene nombre. Lo grave de todo es que no existe una política del gobierno federal, más que simulación y declaraciones sosas y torpes, para hacerle frente a estos grupos de desalmados. La antes tranquila Cuenca es hoy en día, una de las regiones del país en donde más crímenes se cometen.
Pero ni la Federación, menos el gobierno estatal, han buscado paliar o al menos disuadir dicha criminalidad. Mucho se dijo que ahí se habría de construir un área destinada exclusivamente a la Guardia Nacional. Es más, fue anunciada por el ejecutivo estatal. Nada ha ocurrido. La región es hoy en día un teatro criminal inédito, lo cual no motiva ni siquiera declaraciones o justificaciones de las autoridades estatales, que sólo guardan silencio.

 

S-22: Festina control de plazas

No obstante la afirmación del titular de la Secretaría de Educación Pública (Sep), Esteban Moctezuma Barragán, en el sentido de que la dependencia mantendrá el control de las plazas docentes, hace días el Secretario General del llamado –no sin justificación- Cártel 22, Eloy López Hernández, hizouna verdadera apología del otorgamiento de más de 1 mil 600 plazas que, sostuvo, serían entregadas a los egresados de las normales que se “han mantenido en lucha” desde 2017. Es más, subrayó que algunos de ellos no resultaron “idóneos según la reforma de Enrique Peña Nieto”, lo que significa que la calidad de la educación, según el capo del citado cártel, va a la zaga de sus fijaciones ideológicas y políticas.
En Oaxaca existe preocupación por la enfermiza obstinación del magisterio de seguir subordinando la educación de más de un millón de alumnos de diversos niveles educativos, a sus posiciones ideológicas acartonadas, fuera de contexto y a la movilización perpetua. Apenas han transcurrido poco más de cinco semanas de actividades escolares y los maestros están enajenados con sus marchas y protestas. Contabilizadas las suspensiones de labores, al menos han sido cinco días en que han faltado a sus docentes. La educación pública, la que imparte el Estado sigue pues supeditada a mentes enajenadas y torpes.
El semillero de inconformidad han sido históricamente las normales. Empero, dicha postura no ha cambiado en las cuatro últimas décadas. Hay que escuchar el discurso de los maestros recién egresados de las normales para darse cuenta de que están perdidos en el mundo de las ideas. Es más, los mismos maestros en activo no están actualizados en cuestiones de sistemas de cómputo, programas, internet y otros. La documentación de fin de año la siguen presentando en viejos cuadros de concentración elaborados en máquina manual. Es decir, no tienen ni remota idea de las innovaciones tecnológicas, menos de los avances en la carrera de la información.
No obstante, lejos de prepararse y actualizarse, sus dirigentes pretenden mantenerlos tapados, ciegos a la modernidad y a las innovaciones de la época contemporánea. No es fortuito que cada manifestación, cada marcha, cada movilización, sigan con sus añejas consignas de los años 70 del siglo XX. No tienen más. De manera mecánica gritan las mismas demandas de hace medio siglo. Ya abatieron las evaluaciones. Éste será pues el nivel de los maestros que mal educarán a la niñez oaxaqueña.