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Hoy se termina el año, la semana, el día, el mes las horas de 2023 y entramos al 2024, una fecha concertada establecida por el imperio romano cuando se oficializó la religión cristiana como la oficial en los tiempos de Constantino y Santa Elena, después de hacer varios ajustes a los calendarios que existían en otras latitudes. Hoy el 2024 es el año oficial para este planeta y lo que hagamos en ese tiempo con nuestra vida y nuestra sociedad será nuestra responsabilidad. 

Estas fechas sirven para hacer cortes en la existencia, los negocios, la vida política y social, recordar el amor a la tierra, los paisajes, las personas, las costumbres que rigen nuestra vida, los vericuetos de la infancia, Las pequeñas y grandes glorias. Todo fin, implica sin querer un recuento de la existencia, en la vida pública de las relaciones y la vida propia. Por esta época nací, el 17 de diciembre de 1940, de manera que he llegado a la feliz edad de 83 años, una existencia llena de cambios e ilusiones, de logros. Años vividos con intensidad en un mundo y en un país que se debatía en el subdesarrollo y que ahora sigue en esa lucha frontal que es mantener un crecimiento constante. Mi vida transcurrió junto con los esfuerzos y el crecimiento de un país que ha tenido que modernizarse en difíciles circunstancias. Crecí y me desarrollé junto con el país.  Ha sido una vida plena.

La buena noticia es que Oaxaca por primera vez en su vida creció este año al 6 por ciento en su producto interno bruto. Hay más empleo, más desarrollo, más oportunidades para nuestra gente con las obras que se han hecho en el Istmo de Tehuantepec para rehabilitar el ferrocarril transoceánico que nos lleva de Salina Cruz a Coatzacoalcos. En todo el territorio hay nuevos caminos de acceso a las carreteras que conectan al estado, hospitales, clínicas, escuelas, carreteras y una mejora de la vida común, leve pero que se siente en todos los niveles. Tuvimos la suerte de que por primera vez en más de un siglo se realizaron obras importantes de comunicación y desarrollo en el sureste y parte de esas brutales inversiones nos tocaron como región. Por primera vez se ocupa un sexenio en que los cinco años de gobierno federal que han pasado el objetivo general de la política económica fue desarrollar el sureste.

Difícil situación para los enemigos de AMLO que tienen que aceptar que casi todo lo que prometió lo está cumpliendo y que las principales obras materiales como el Tren Maya y el Ferrocarril Interoceánico están funcionando. Aquí en el estado esperemos que no empiecen nuestros paisanos a parar el tren por “quítame estas pajas” y un esfuerzo brutal lo hagan nugatorio. En el terreno internacional no se vale hacer paros locos. En general el país se ha recuperado económicamente de los efectos de la pandemia y se vive otro estado de ánimo. Este 2024 los efectos de una competencia electoral donde se renuevan presidencia, diputaciones, senadurías federales y nueve gobiernos son sin duda una gran oportunidad de manifestar nuestras preferencias electorales y personales. Las pasiones ya están desatadas y las competencias también, sabemos quién va a representar a los partidos políticos participantes y dadas las tenencia y preferencia electorales sabemos también quién va a ganar. Que tiene en estos momentos la mayoría del electorado de su parte. Aquí en Oaxaca me preocupa que no vea un gobierno local preparado para el desarrollo y para atraer nuevas inversiones. Está, lo espero, atento a lo que haga el gobierno federal como siempre lo han hecho las administraciones locales ante la falta de recursos y preparación para propiciar el cambio. Pero ni modo, no hay mucha tela de donde cortar, aquí nos tocó vivir.

Los cambios han sido sustanciales y se notan. La supercarretera que nos une al centro del país funciona desde hace años en forma cotidiana y sin interrupción, ahorrando horas en un recorrido que antes era infame de 10 horas por lo mínimo. En fin, somos otros y las condiciones de vida han cambiado, debemos aprovechar los cambios en beneficio de la comunidad. 

Cristina Pacheco

Murió una de las más importantes y conocidas periodistas de nuestro país. Cristina Pacheco, esposa de José Emilio Pacheco, otro grande de la literatura mexicana y latinoamericana. Cristina trabajó hasta el penúltimo día de su vida nos comunicó sus trabajos. No dejo ni un día la moderna máquina de escribir en que se han convertido las computadoras para los periodistas. Cristina es sin duda una de las más prolíficas creadoras del país, Sin pretensiones intelectuales sus textos eran una lección cotidiana del buen escribir, del ingenio, de la innovación constante. Publicaba en el diario La Jornada y en el canal 11 de televisión una serie de notas que le daban vida a los más pobres, a los sin voz. Cristina decidió darles una expresión, un micrófono y de esa manera nos enteramos de las angustias, los problemas y las ilusiones de la parte más importante de la población Su muerte nos llena de pesar porque Cristina formaba parte de la vida nacional desde los medios de comunicación. 

¿Por qué nos duele tanto la muerte? si es un acto natural que se debe asumir como parte del ciclo que es la vida, máxime cuando ocurre como parte del ciclo normal debido a la vejez y la enfermedad, pero así es la vida llena de “asegunes”. Sobre todo, nos duele la muerte injusta cuando es perpetrada por un agresor, como lamentablemente estamos viendo ahora que, en nuestro país, no pasa una semana sin que no sepamos de un crimen y una agresión a familias y jóvenes. La muerte por violencia y asesinatos se ha convertido en una constante y es sin duda uno de los problemas del gobierno de la Cuatro T, quien está trabajando en los problemas que generan la violencia y se niega a pasar a la historia como un gobierno asesino. 

Hagamos votos porque se termine esos ciclos que ahora vemos reflejados en la prensa y que termine ese país salvaje y violento que a pesar de su belleza y sus logros tiene que soportar las agresiones de enfermos mentales para quienes la vida como dijera la canción “no vale nada”. Fin