La amistad 
Oaxaca
La Capital Los Municipios
El Imparcial del Istmo El Imparcial de la Costa El Imparcial de la Cuenca
Nacional Internacional Súper Deportivo Especiales Economía Estilo Arte y Cultura En Escena Salud Ecología Ciencia Tecnología Viral Policiaca Opinión

Opinión

Debates y Deslindes

La amistad 

 


La muerte de mi amigo Fefe, Federico López Cárdenas, es un golpe de los más serios que he recibido. Aunque era una muerte anunciada, cuando le descubrieron el cáncer que lo asesino le dieron 4 meses de vida y duró 16, mostro una resistencia y un amor a la vida excepcional. Nos conocimos el primer día de clases en la Facultad de Derecho de la UNAM en el curso que empezó en 1961 y desde entonces siempre que podíamos nos buscábamos, platicábamos, comíamos, cultivamos esas relaciones que poco a poco se van fortaleciendo, hasta que las personas forman una unidad con múltiples intereses comunes. Con “Fefe” solo hubo amistad nunca hicimos un negocio juntos o una acción política, éramos solamente amigos, con una gran intensidad humana, teníamos grandes diferencias políticas y económicas, pero siempre sobrepusimos la amistad por encima de cualquier diferencia. Fueron, si hacemos las cuentas, más de 61 años de pura amistad, buenas comidas, interesantes pláticas, comentarios inteligentes. Descubrimientos de la vida cotidiana, borracheras afectuosas, bromas sanas sobre nuestras virtudes o defectos. Un disfrute inteligente y humano permanentemente.

Profesionalmente fue un éxito, excelente abogado tuvo una vida llena de logros. Liquido varias empresas importantes y llevo con gran profesionalismo su trabajo. Fue sin duda algunos de los abogados más destacados de nuestra generación. 

Sin duda, lo más atractivo de su vida era su sentido del humor, aceptaba de buen grado el sobrenombre que le pusieron sus compañeros en el CUM y en sus relaciones cotidianas: Era tartamudo y cuando le pedían su nombre afirmaba que era Fefederico, Lolopez, Cacardenas.  Le decían sus íntimos “Fefelolocaca”. Quedando finalmente como su nombre universal el de “Fefe”. Lógicamente el bautizo alguno de sus compañeros con otros sobrenombres, pero el éxito de esa generación fue “Fefe”. 

La vida nos presenta una realidad dolorosa, nos da lecciones y nos recuerda que nuestra existencia es solo un paso. Yo le agradezco a la vida haber tenido en este tránsito a un amigo como Fefe.

Fin de sexenio

Mi amigo José Luis Porras está muy contento porque solamente falta un año de gobierno de la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador.  El presidente de México informa cada día del avance de sus obras, de lo realizado y lo que falta tanto en las grandes obras del sureste como otras igualmente importantes en otros estados de la República.

Tres son los grandes trabajos que sobresalen de los que se están realizando en todo el país, la refinería de Dos Bocas que ha quedado terminada en sus instalaciones y sólo espera que se le adapten algunos de los mecanismos técnicos de la Red de refinación para que empiece a funcionar. El aeropuerto internacional de Tizayuca que está funcionando a toda su capacidad en materia de transporte de carga y el Tren maya que ya empezó a moverse y que no sólo será un tren turístico como se ha publicitado, sino que se convertirá en un mecanismo de desarrollo que lleve a toda esa región los insumos necesarios para crecer y dar a conocer la riqueza histórica de la zona maya. El sureste había estado olvidado y no se había realizado ninguna obra para acelerar el despegue de esas poblaciones. El tren maya sin duda alguna, ya es un mecanismo de desarrollo fundamental para esa región y para el país.

Analistas políticos se sorprenden de la gran aceptación que tiene el presidente de México en su quinto año de gobierno, los grupos que lo apoyan son los más pobres y necesitados del país, los que reciben apoyos económicos, a los que están destinadas las obras públicas y tienen una atención permanente a través de los programas sociales. Hacía mucho tiempo que no se veía una administración que estuviera pendiente de los asuntos del Estado y del desarrollo para que estos llegaran a los pobres. Casi todos estaban pensados en negocios para una clase política que estuviera ligada al poder. Siempre había intermediarios y mecanismos para quitar 10, 15, 20% de los apoyos. En general se veía el Estado como un negocio.

Yo pienso que antes los millones de pesos del presupuesto federal se repartían en las primeras 100 gentes que gobernaban y en los 5,000 empresarios fabricantes o comerciantes que tenían relaciones con el sector público. Ahora los millones del presupuesto federal se han destinado a obras públicas que benefician realmente la población, lo mismo ocurre con la construcción del tren maya, no sólo será un tren turístico como se ha publicitado, sino que será en un mecanismo de desarrollo que lleve a toda esa región los insumos necesarios para crecer. El tren maya sin duda alguna un mecanismo de desarrollo fundamental. Veremos a todos aquellos que atacaron estas obras, como las utilizan para su beneficio. Fin.