Criminal la actitud del comercio
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Debates y Deslindes

Criminal la actitud del comercio

 


El mundo entero padece un proceso inflacionario como nunca se había visto en los tiempos modernos, como un efecto de la pandemia nos enfrentamos ahora todos los países a un proceso que puede destruir en poco tiempo los bienes que han construido los países. La inflación tiene la virtud de acabar con los capitales, destruir el bienestar de las sociedades y limitar las posibilidades de desarrollo de las personas. Con la inflación se acaban los privilegios de muchos y se empobrecen aún más las mayorías. Con la pandemia del COVID 19 se inició el paro de algunas actividades económicas agrícolas, industriales cuyo resultado estamos viviendo ahora con la falta de medicamentos, alimentos, bienes de consumo. Repentinamente no llegan los alimentos a los mercados, empieza un alza de precios generalizada y no hay consumo, no hay artículos para consumir los precios suben y el dinero pierde su valor.

Cada país combate la inflación de acuerdo a sus condiciones económicas y políticas en unos se establece el control de precios, aunque esta medida ante la falta de bienes tiene un efecto temporal. En Europa han podido controlar la inflación que se mantiene hasta estos momentos en dígitos de una sola cifra salvo algunos países que tenía problemas económicos y de desarrollo y han visto afectadas severamente sus economías. En México tenemos una inflación reconocida por el gobierno de 8.5, se tomó como medida estratégica subsidiar los energéticos e impedir que estos subieran de precio. Los energéticos tiene un efecto multiplicador y como ocurrió en los Estados Unidos donde no les pusieron ningún tope ni se llegó a un arreglo la inflación se disparó más allá de lo previsto por el gobierno.

El presidente Biden ha tenido que hacer un llamado a todos aquellos que tienen que ver con la venta y transporte de energéticos para que no se aprovechen de este proceso, limiten sus ganancias y piensen en el bien común, sin embargo, todo parece indicar que las compañías de energéticos han utilizado este proceso para recuperar lo que no ganaron en los años anteriores cuando estaba la pandemia del coronavirus.

En América latina donde se dio un cambio de gobiernos ganando en las elecciones los partidos de izquierda la inflación se ha disparado en algunas naciones como Chile Argentina y Perú, países que ya de por sí tenían economías frágiles con deudas públicas muy altas y que ante las crisis que planteó la pandemia se reflejan ahora en la economía con alta inflación, problemas de crédito y falta de importaciones y exportaciones. 

Independientemente de esos países, aquí en Oaxaca hemos tenido un altísimo índice de inflación. Constantemente asisto a restaurantes y en las últimas semanas me han llevado cartas con los platillos que ofrecen haciéndome una advertencia: que los precios han subido entre un 20 y 30 por ciento, que no tienen las nuevas cartas pero que yo elija el plato y el mesero me dirá cuál es el nuevo precio que tiene el aumento me dicen entre un 20 o 30% con lo cual me tenido que salir de los restaurantes por qué esos precios desquician mi economía. 

Oaxaca tradicionalmente es una ciudad que inclusive presume de ser una ciudad cara, siempre que pregunto por qué es tan caro el producto dicen “porque es turística”, lo cual es cierto, pero hay más de 1 millón y medio de personas en Oaxaca y la zona aledaña que no son turistas, compran a los precios más caros de todo el país y reciben los sueldos más bajos. Los comerciantes nos imponen de manera arbitraria un precio de acuerdo a nuestra condición de fuereño o de habitante permanente lo cual viola la Ley Federal del Consumidor un producto tiene dos o tres precios distintos de acuerdo con el comprador, si el comprador es un turista y sólo va una vez a comprar, le clavan los puñales de los precios y le venden 20 o 30% más caro, si es marchante el precio seguramente que será más bajo, pero nunca igual al de otros mercados del país. 

Todo parece indicar que el comercio de Oaxaca utiliza precios diferenciados y eleva estos indiscriminadamente. Todo parece indicar que el comercio explota al turista y no el turismo y que no hay nadie que limite o establezca zonas que limiten los precios, sino que tenemos un comercio arbitrario abusivo qué determina los niveles de inflación que tiene esta sociedad. Lo más trágico de esto es que no hay ninguna autoridad que pueda detenerlos como vivimos una economía de mercado donde quien dicta los precios es la demanda y quien establece las relaciones comerciales es el mercado los comerciantes son absolutamente libres para imponer el precio que quieran, si intervienen las leyes del mercado, pero estas son muy laxas y la mayoría de las veces no atienden las demandas y necesidades de los consumidores sino las ambiciones y arbitrariedades de los comerciantes. Lamentablemente nos hemos acostumbrado a vivir así, una economía arbitraria, cara en relación con los otros estados del país. Recuerdo que hace algunos años había yo regresado de un viaje muy largo por varios países europeos y entré a comer a un restaurant aquí en Oaxaca cuando me llevaron la cuenta casi me da un infarto, los precios eran más altos que en un restaurant del mismo tipo y calidad de París o de Madrid, se lo comenté al gerente quien después de sonreír por las ganancias que había recibido ese día me contestó con la frase típica “somos una ciudad turística”.

Si bien es cierto que somos una ciudad turística seríamos una ciudad más importante en ese ramo si cuidáramos nuestra imagen en materia de precios el turista cuando regresa a sus países cuenta que ocurre en Oaxaca y uno de los temas frecuentes son los altos precios de los servicios. Habría que tomar una decisión: aumentamos nuestro turismo mediante una política de precios justos y ganamos más por el volumen de turista, o seguimos vendiendo caro a los limitados turistas que aceptan los precios altos. Esa es una decisión de vida para la ciudad. Fin