Competencia por faltarse al respeto
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Debates y Deslindes

Competencia por faltarse al respeto

 


Cuando un representante popular toma posesión de un cargo antes de jurar cumplir y hacer cumplir la Constitución General de la República y las leyes que de ella emanen, previamente presentan un programa de trabajo y la promesa de realizar una serie de trabajos y obras en beneficio del país y de su población. Todos llegan porque se han comprometido a servir a la ciudadanía. Nadie que llegue a un puesto público tiene como objetivos realizar acciones en contra del país y de sus habitantes. Por eso tanto ataque resulta inexplicable. A la actual administración una de las cosas que lo caracterizan es que además de haber obtenido un 70 por ciento de la votación general en el país es la cantidad de simpatías que tiene después de 4 años de gobierno.

Ocupa el segundo lugar entre los mandatarios más queridos en el mundo según encuestas internacionales y siempre que sale de gira, nacional e internacionalmente, existen pequeñas y grandes manifestaciones en las poblaciones que visita que le dan la bienvenida, es sin duda alguna un presidente amado por la mayoría de su pueblo. Por ello es paradójico y muy extraño los ataques y notas de prensa de radio y de televisión que sistemáticamente lo critican y manifiestan todo tipo de ataques y cualquier pequeña falla en sus expresiones o en sus tareas.

En las cámaras de senadores y diputados las agresiones llegan a extremos vergonzosos, las expresiones de esta última semana de una “persona” si es que así se le puede llamar, fue verdaderamente denigrante para todo el país. No es posible que existan representantes populares de esta calidad moral y se exhiban. Cundo estas señoras revisen su conducta en esta época se van a sentir sumamente avergonzadas, al igual que sus hijos y familiares cercanos. Sus actos están en contra del respeto y la dignidad humana en cualquier sociedad, sus expresiones pasan de la crítica al insulto. Nunca, desde que tengo memoria, se había descendido esos niveles de violencia verbal en los recintos parlamentarios.

Pienso seriamente qué tendrán en su mente y en su conciencia para ser capaces de exhibir y expresar ese tipo de agresiones que me avergüenzan como simple espectador. Las personas que pronuncian estos ataques están enfermas de odio y sumamente frustradas además de que actúan por consigna. Hay dos o tres legisladoras del PAN que han hecho apuestas para ver quién se manifiesta como la más baja, más vulgar, más vil y deshonesta. Por lo pronto, vamos a ser espectadores de actos que rebasen lo que hemos visto, porque hay competencia por ver quién lanza la agresión más violenta.

Es evidente que existe un fondo ideológico detrás de tanta violencia, los grupos conservadores no le perdonan al presidente que, como política pública, uno de sus primeros actos haya reformado las leyes para que se penalice la corrupción. En las administraciones anteriores, la corrupción no era un delito, de manera que cualquier político o administrador que tuviera posibilidades de corromperse podía hacerlo sin temor a ser castigado, porque no existía la corrupción como delito, sino como falta administrativa. La corrupción era un mecanismo para que los funcionarios que llegaban al poder ubicaban a sus cómplices en los sitios donde pudieran defraudar y robar el dinero del presupuesto público. La administración pública y la sociedad en su conjunto estaban acostumbradas a que los corruptos no tuvieran ningún problema con la justicia y sólo en casos muy sonados que les obligaba a devolver parte de lo atracado. Las administraciones públicas en México eran, sin duda alguna, un paraíso para enriquecimientos ilícitos en el corto plazo.

La primera medida que tomó AMLO como presidente fue reformar la Constitución de la República, el Código Penal y las disposiciones jurídicas administrativas para que se considere un delito grave la corrupción. Eso generó una serie de ataques y noticias falsas que se publican en los medios de comunicación masiva y campañas contra cada una de las grandes o pequeñas obras que se realizan, las cuales dan la impresión de que el actual presidente estuviera dedicado a destruir al país y que cada tarea fuera una bomba. Y en algunos casos tienen razón, AMLO destruyó los mecanismos que se habían creado para robar parte de los presupuestos nacionales impunemente y que nadie fuera castigado. Destruyó los mecanismos y las complicidades entre funcionarios e iniciativa privada que actuaban en contra de los presupuestos nacionales y destituyó a los principales personajes que se caracterizaban por su ratería, encarceló a algunos que están sometidos a juicio.

Sin embargo, dentro de las grandes y pequeñas obras que se han construido en esta época considero que la tarea más importante, la acción más trascendente que nos va a dejar como herencia y que con el tiempo iremos valorando cada vez más, no es el Tren Maya, ni la refinería, ni los caminos de las montañas o las presas, lo más trascendente y valioso que nos va a dejar, es que va a resolver el crimen contra los 43 normalistas en Ayotzinapa. Creo firmemente esto, porque las obras materiales cualquiera con el dinero y voluntad puede realizarlas, solamente se necesita dinero y voluntad política, pero para resolver el crimen a Ayotzinapa encontrar a los verdaderos culpables, informar al pueblo de los detalles de esa agresión brutal, contra 43 jóvenes se necesita tener autoridad moral, dignidad, respeto por el ser humano, calidad humana y mucho, mucho valor porque en ello le va la vida. Fin.