La atarjea municipal

1).- Un gobierno local ad hoc

Se equivocaron quienes asumían que el de Oswaldo García Jarquín había sido el peor gobierno municipal. Con mucho, el que preside Francisco Martínez Neri, se lleva las palmas. Y no por el edil, que tiene bien ganada fama de honesto, político congruente, de izquierda delirante y radical —aunque demasiado condescendiente—, sino por la banda de cuatreros que llevó al ayuntamiento —o le endosaron— y le acompaña en las tareas de gobernar. Inició su gestión con quejas y lamentos. Deudas y un boquete financiero de más de 386 millones. En año y medio sigue en la opacidad qué hizo para resarcir dicho quebranto. Aquel reiterado discurso de la pobreza presupuestal, vuelve de vez en cuando. Pero se perdió en el simple lamento.

2).- La basura: eterno dilema

La torpeza en la negociación política derivó en el cierre del tiradero de basura municipal ubicado en jurisdicción de la Villa de Zaachila. Hubo prórrogas. Pero se echaron en saco roto. El asunto reventó a principios de octubre de 2022. De ahí una larga cadena de mentiras o verdades a medias. El discurso recurrente: “Ya tenemos un terreno”, “estamos en negociaciones”, “ya merito”, como el martes pasado que convocó a un informe sobre los residuos sólidos, sólo para reconocer que se han gastado 152 millones para el manejo. Todo ello, aderezado con un rosario de traspiés. Como haber pretendido depositar los desechos sólidos en un municipio de Etla, lo que derivó en la retención de concejales y camiones. En tanto, dobló las manos ante sindicatos mafiosos como CATEM o CTM, que ocuparon el playón del Río Atoyac, para depositar la basura que recolectan sus agremiados. Apenas levantaron su chiquero.

3).- La tabla de salvación

Tuvo que entrar al quite el gobierno de Salomón Jara, aunque con mal fario: el Centro Integral de Revalorización de Residuos Sólidos Urbanos (CIRRSU), aún no termina de concretarse. El traslado de la basura a “centros seguros y certificados” aún no concluye. En medio de esta cadena de yerros se dio el affaire del encierro “Primavera”. Más de 700 unidades: autos, motos, triciclos y bicicletas fueron extraídas y enajenadas de manera ilegal. Un delito inédito. Se entiende, el pago por el arrendamiento de este encierro y otros representa una fuerte sangría. Pero de ahí a resolverlo en la cultura de la ilegalidad, fue un error. Renuncias, vinculación a proceso de dos ex funcionarios menores. ¿Y los peces gordos? Bien gracias.

4).- Pero qué tal los negocios

En las fiestas de julio de 2022, aquella política de regulación al comercio en la vía pública que enarboló Martínez Neri en su campaña para la presidencia municipal, devino tolerancia absoluta. Se autorizaron permisos a diestra y siniestra. Se señaló entonces —como hoy mismo— al secretario de Gobierno Municipal, Felipe Edgardo Canseco Ruiz, como el promotor de este negocio. En la Semana Santa de 2023, el fenómeno se repitió. Notas y reportajes mostraron que los ingresos por renta de espacios no aterrizaban en la Tesorería. Para las fiestas en puerta, ya se autorizaron 303 permisos —y los que están en puerta— con insultante impunidad, porque aquí no pasa nada. El gobierno de la ciudad es el poder omnímodo para hacer de este Patrimonio Cultural de la Humanidad, o un gigantesco tianguis, un estercolero o un chupadero marca ACME.

5).- El gran congal

Datos publicados por INEGI, dan cuenta de que al menos 8 de cada 10 citadinos se siente inseguro en la capital. Oaxaca de Juárez arrastra graves índices de inseguridad. Pese a ello, según datos en las redes sociales, se han autorizado en este año y medio de gestión, más de 280 licencias para venta de bebidas alcohólicas. Es decir, con el ardid de que somos una ciudad turística, hay que hacer de la ciudad un gigantesco congal.

Todo es bussiness. Gentrificación; terrazas por doquier, con el consecuente impacto en la imagen visual; anarquía para la apertura o cierre de antros. O broncas: laudos laborales; pensiones; emplazamientos. Pero el edil, calladito, rebasado por la banda de cuatreros a los que invitó —o le colgaron— listo para seguirse ubicando como los peores munícipes del país.   

BREVES DE LA GRILLA LOCAL:

— La gentrificación en la capital y la cada vez disminuida originalidad de nuestras tradiciones, en virtud de la moda o del beneficio económico, nos podría poner en breve en una espiral descendente. En el Festival de los Moles, la tradición es lo de menos. Hay mole de cerezas, de nuez de la India, de ciruela, con jarabe de manzanilla o mole de plátano. Hace años algunas fondas modestas decían practicar la etno-cocina o otros centros botaneros se conocían como etno-bares.

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PIE DE FOTO:

Dando tumbos va el gobierno de Oaxaca de Juárez que preside Francisco Martínez Neri, con un equipo dedicado a sacar raja económica de todo.

FOTO: LUIS ALBERTO CRUZ