El virus electoral
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Opinión

De Paradojas y Utopías

El virus electoral

 


1).- Enjambre de partidos

El 1 de diciembre inicia el proceso electoral. Así lo dispuso el órgano respectivo. Pandemia, riesgo social y otros, han incidido en este cambio de calendario. Doce partidos participarán. Los viejos: PRI, PAN, PRD, MC, PVEM, PANAL, PUP; uno de cuño reciente: Morena y tres recién aprobados: Redes Sociales Progresistas (RSP), Partido Encuentro Solidario (PES) y Fuerza Social por México (FSM). Los tres, satélites y morralla al servicio de Morena. Pero todos succionan la ubre de nuestros impuestos. Tienen prerrogativas y financiamiento. Oaxaca, todo mundo lo sabe, dejó de ser territorio PRI para ser coto de López Obrador, que no de Morena. Porque nadie ignora que esta caterva de ignorantes –con sus excepciones- que ahora levantan la mano en San Lázaro o están en guerra de baja intensidad en San Raymundo Jalpan, no triunfaron por su simpatía, conocimiento, experiencia o capacidad política, sino por el efecto “Peje”. Aprobaron el examen electoral de panzazo.

2).- Nerviosismo y ansiedad

Empero, la cercanía de los tiempos electorales, más a senadores y diputados federales que a los locales, casi les hizo perder el sano juicio. Sólo hay que verlos. Algunos, como Salomón Jara, andan materialmente como “pedo en bacinica”. Y por todo el estado. ¿Actos anticipados de campaña? Pero si el serrano empezó desde el 1 de diciembre de 2018. Es decir, desde hace dos años se le cuecen las habas. Desde que sus leales fundaron el membrete denominado Frente Unido de Comunidades Oaxaqueñas (FUCO), con Nino Morales, presidente municipal de San Blas Atempa, a la cabeza. Hubiera sido mejor haberle denominado Frente Unido por el Huachicol (FUH).

Y sin freno alguno Jara hace amarres, promociona a sus leales, los apuntala. La contingencia por el SARS-Cov-2 le ha valido gorro. Él quiere cifrar su candidatura pese a contagiados y muertos. En su radar, la pandemia, emulando a su Mesías, es una invención neoliberal. Habrá que ver lo que hará, ahora que su partido lo manda como operador político a Guerrero. Una forma sutil de sacarlo de la grilla local. O de calmar sus ansiedades locas. ¿Prueba a su habilidad política? Lo dudo.

3).- El virus sucesorio

Sin duda, el árbitro electoral, el IEEPCO –desacreditado a priori por Sesul Bolaños de Morena, que sin razón pidió que el proceso de 2021 lo valide el INE- deberá tener integrados y abultados expedientes de los que padecen fiebres tempraneras. Aunque el mal ha agarrado parejo. Hay de todos lados, colores e ideologías. La calentura electoral es como una pandemia. Vea nomás la contaminación visual de espectaculares, medallones de taxis, partes traseras de autobuses. Desde hace tiempo, Benjamín Robles Montoya, ya conocido como el “100% obradorista”, se publicita en la televisión. Trascendió que sus peones querían hacer un cochinito millonario, aplicando la tesis de “joder a los más pobres”. Su ex jefe de campaña en la aventura por la gubernatura, ahora en Morena, Jesús Romero López, a) Charbelín o Luis Alfonso Silva Romo, éste sin un solo mérito como diputado local, hacen lo suyo. Es decir, se publicitan como si fueran detergentes biodegradables o remedio para las agruras.

4).- Los emergentes y oportunistas

Luego de dos años a cargo de la dirección general del ISSSTE y haberse sacudido la gravitación del PRI para cambiar de ropaje, aparece en territorio oaxaqueño, Luis Antonio Ramírez Pineda. Catapultado por su papá, el ex gobernador Heladio Ramírez y dos de sus antiguos camaradas –polvo de aquellos lodos-: el Secretario de Salud, Jorge Carlos Alcocer Varela y del titular de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, Víctor Manuel Villalobos Arámbula, se promociona para la gubernatura, arropado por diputados locales del “Grupo de los 10” y algunos federales como Armando Contreras y Rosalinda Domínguez. Sin arraigo, sin ascendiente político en Oaxaca, sólo venía a la entidad a hurtadillas. Pero descubrió una forma mágica de hacer campaña anticipada: encubrirla como gira de trabajo.

BREVES DE LA GRILLA LOCAL:

-Los victimarios del 2006, ahora devenidos en víctimas, en voz del diputado Horacio Sosa Villavicencio, gritaron como plañideras para aprobar en el Congreso del Estado, un punto de acuerdo y solicitar a la FGR “investigue los presuntos crímenes” y violaciones a las garantías individuales cometidas por ex funcionarios del gobierno de Ulises Ruiz, en dicho movimiento, en donde fue cabeza Flavio Sosa Villavicencio. ¿Acaso no tenemos memoria histórica? ¿Quién fue el incendiario de la capital ese 25 de noviembre de 2006? ¿No fue acaso el llamado “Demonio de Tasmania”? Ahora se quieren lavar la cara. Lo grave es que, en este tema, habrían contado con la connivencia de diputados priistas y otros actores, para poner en tela de juicio algunas decisiones políticas del gobernador Alejandro Murat. ¿Y quién dice que mañana o pasado no le darán la vuelta y morderle la mano? Es una pregunta.

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