Pleito judicial

Si hay un Poder donde las cosas no parecen marchar bien, es el Judicial, donde el jaloneo se da en todos los renglones.
Es cierto que el asunto de los salarios y remuneraciones de todo tipo mantienen a Jueces, Magistrados y Ministros en un constante golpeteo con los Poderes Legislativo y Ejecutivo, donde la medición de fuerzas no deja saldos buenos, pero también que la escalada se da en otros renglones.

La lucha por la presidencia de la Corte provoca golpes bajo la mesa y la formación de grupos que buscan que uno de sus miembros sea el sucesor de Luis María Aguilar, a partir de los primeros días de enero.

Hay una vacante dentro del grupo de once Ministros de la Corte, que se produjo por la salida de José Ramón Cossío, misma que se busca llenar para no provocar la posibilidad de un empate en la sucesión de Aguilar.

La terna enviada de la que saldría el nuevo Ministro de la Corte generó polémica, al considerarse que se busca inclinar la balanza en favor de uno de los tres aspirantes (dos mujeres y un hombre).

En el Consejo de la Judicatura no todo es miel ni dulzura y algunos magistrados y jueces son vistos como sospechosos de no aplicar la justicia y hasta se habla de investigaciones sobre el tema.

En el Tribunal Electoral, la decisión favorable para que Martha Erika Alonso fuese reconocida como ganadora de los comicios para el gobierno de Puebla, suscitó que dos de los Magistrados entraran en combate y se calzarán los guantes, el ponente José Luis Vargas que pedía la nulidad de los comicios y la presidenta Janine Otálora, quien inclinó la balanza a favor de la panista.

Vargas pide el relevo de Otálora como presidenta, por lo que exige se discuta en sesión pública.
En el Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México, existen signos de disgusto ya que la pretendida reelección de Álvaro Augusto Pérez llevó al nombramiento de Rafael Guerra, lo que no cayó del todo bien.

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