Elecciones en Oaxaca de Juárez
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Elecciones en Oaxaca de Juárez

 


Nos encontramos ante las elecciones más grandes – en términos numéricos – en la historia de México. Si bien, las elecciones intermedias han representado una tendencia baja de participación de manera histórica (40% del padrón electoral, aproximadamente), esta vez hubo varios comicios que resultaron interesantes para la ciudadanía. También es necesario recordar que nos encontramos en un contexto de pandemia, con un semáforo intermitente que, en el caso oaxaqueño y para la mayoría del país, se encontraba en verde durante la jornada electoral. Por otro lado, el efecto obradorista y la ola de apoyo a MORENA continúan siendo tendencia, pues la legitimidad de AMLO a nivel nacional es de alrededor del 56.3% (consulta Mitofsky), tendencia que se ha sostenido desde el inicio de su gestión; por su parte, la intención de voto hacia MORENA oscila entre el 42 y 51 por ciento (según el Universal, dependiendo de la zona del país). Para el caso concreto de Oaxaca de Juárez, la disputa real por la presidencia municipal se dió entre dos candidatos: Francisco Martínez Neri (MORENA) y Javier Villacaña (PRI-PAN-PRD). El análisis politológico del presente artículo irá en el sentido de la cultura política de los oaxaqueños, el desdibujamiento de las fronteras ideológicas entre los partidos contendientes y, para finalizar, un recuento breve de la campaña y jornada electoral de ambos candidatos.

 

Si bien, eran nueve candidatos registrados como aspirantes a la Presidencia Municipal por Oaxaca de Juárez, la disputa real se dió entre Francisco Martínez Neri y Javier Villacaña. Los otros 7 candidatos tenían objetivos diversos: en algunos casos se trataba de mantener el registro del partido; en otros, el posicionamiento político de su figura; en unos más, la obtención de escaños de representación como forma de mantener presencia política; y en algunos otros, el objetivo era la división del voto de la izquierda.

El caso concreto de Hilda Luis, quien fue en coalición PT-Verde, y quien es actual diputada con licencia, adquiere una dimensión interesante por dos factores fundamentales: por un lado, fue la única mujer en la contienda; y  por otro lado, está cobijada por el PT, partido que se ha ensalzado a sí mismo y ha buscado sumarse al efecto del presidente a partir del lema “100% obradorista”, confundiendo a los votantes, pues el partido del presidente es MORENA y no PT.

Por su parte, la agenda progresista de la izquierda ha posicionado a los grupos históricamente marginados como eje central de su gobierno, por ello, Hilda Luis sacó partido de esta condición, siendo su principal eje de trabajo y, a nivel discursivo y comunicacional, su principal bastión. Sin embargo, la participación de Hilda Luis fue, a todas luces, una candidatura que buscaba partir el voto de la izquierda. Dicho de otro modo, buscaba sumar votos al PRI-PAN-PRD, a través de restarle votos a MORENA. Las diferencias ideológicas de los partidos políticos tienen peso si tomamos en consideración que, desde la perspectiva de Maurice Duverger, los partidos políticos deberían representar a la ciudadanía, organizarla y ser órganos democráticos de contienda, condición que no se cumple en el caso de Hilda.

Por su parte, Javier Villacaña contendió a la Presidencia Municipal en 2001 y perdió frente a Gabino Cué; más adelante, se posicionó ganador en 2013 y hoy nuevamente fue candidato. Resalta que en esta ocasión fue por la colación PRI-PAN-PRD ¿por qué esto es interesante? Porque las diferencias y raíces ideológicas de cada partido son diferentes, algunas incluso contrarias.

Los partidos que integraron la coalición Va por Oaxaca (PRI-PAN-PRD) son la clara expresión del desdibujamiento de las fronteras ideológicas. El PRI es un partido de centro-derecha, el partido hegemónico por excelencia, órgano rector de la vida pública en México durante casi todo el siglo pasado y es quien, de alguna manera u otra, ha establecido las prácticas cotidianas en términos electorales, gubernamentales y procedimentales, así como atribuciones extrajurídicas de las figuras presidenciales (por ejemplo, el famoso dedazo) y a éste se le atribuye la consolidación de la maquinaria electoral y el sistema político –con todos sus vicios y virtudes– pasando por el clientelismo, elecciones fraudulentas, magnicidios y demás. Por su parte, el PAN es un partido de derecha, pseudo-representante del sector poblacional más conservador (expresiones religiosas, empresarios, etc.) con una tendencia clara hacia el individualismo y la búsqueda de la ganancia económica por encima de todas las cosas. Finalmente, el PRD en sus orígenes era de izquierda, nacido como oposición al partido hegemónico (PRI) y que hoy se vuelve su aliado.

MORENA y el actual vencedor, Francisco Martínez Neri, se posicionaron como los punteros en este proceso electoral. La casa encuestadora Enkoll  –una de las más prestigiosas de México– dio a conocer las preferencias electorales para el Municipio de Oaxaca de Juárez a través del portal La Silla Rota, misma que se retomó en diversos medios locales. En esta encuesta, Neri se pocisionaba 17 puntos por encima de Villacaña, su competidor más cercano. En otras palabras, pese a que la jornada electoral estuvo llena de vicisitudes, Neri se llevó una victoria arrolladora. La historia ha demostrado que el ideal democrático de elecciones justas, transparentes y libres de violencia es una falacia. Además de ello, diversas expresiones políticas se han encargado de generar robo de urnas, compra de voto y violencia constante durante las jornadas. Aunado a ello, la violencia político-electoral ha estado presente en estas elecciones: Oaxaca es el segundo lugar a nivel nacional en este tipo de violencia, que incluye asesinatos, secuestros, amenazas, agresiones, etc.

Finalmente, esta contienda estuvo atravesada por diversas situaciones que, desde una lectura política, discursiva y simbólica, auguraban lo que sucedió en la jornada electoral. Neri aperturó con la ceremonia del encendido del “Fuego Nuevo de la Esperanza” en la plaza de la danza; Villacaña arrancó en un crucero haciendo proselitismo. Neri arrancó sus conferencias de prensa a mitad de su campaña; Villacaña se valió de los medios para mejorar su condición desde el principio. El equipo de Neri (brigadistas) fue víctima de violencia en Montoya; Villacaña se deslindó del hackeo de la cuenta de Twitter de su adversario. Neri retó a un debate frontal a Villacaña; Villacaña no asistió a ningún debate (tampoco Hilda Luis). Neri utilizó sus redes sociales –especialmente Facebook– para mostrarse cercano al pueblo y como un candidato capaz; Villacaña las uso para mostrar “músculo”. Villacaña fue acusado de violencia en contra de la mujer, situación que escaló hasta Palacio Nacional. Villacaña cerró de manera apresurada su campaña (3 días antes de lo permitido por la ley); Neri hizo su cierre el último día, mostrando gran aceptación por parte de diversos sectores de Oaxaca. Finalmente, Neri se posicionó como ganador de la jornada electoral durante el PREP con una ventaja de 16 puntos porcentuales. Javier Chávez de Movimiento Ciudadano reconoció su triunfo de manera anticipada y premonitoria y, por último, Javier Villacaña mencionó que se matendrá vigilante del nuevo gobierno. En suma, fue una jornada larga, atravesada por diversas circunstancias, violencia, y en donde se dejo ver la política y lo político del ejercicio del poder en el estado de Oaxaca.