Succión nutricia
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Opinión

Comentario Pediátrico

Succión nutricia

 


A partir del nacimiento y durante los primeros seis meses de vida, los lactantes obtendrán su alimento principal (leche) a través de la succión nutricia. La succión nutricia es el proceso mediante el cual el bebé obtiene su alimento, ya sea leche materna o sucedáneos lácteos. Para lograr este objetivo el neonato debe nacer sin malformaciones congénitas del aparato bucal, respiratorio o neurológico, además de encontrarse libre del efecto de medicamentos o lesiones que alteren el funcionamiento normal de los diferentes órganos y sistemas involucrados (digestivo, respiratorio, cardiovascular, neurológico).

Si bien las condiciones anatómicas facilitan su alimentación tanto en posición horizontal como inclinada, ésta última es la más recomendada. Por otro lado, la relación nariz-boca es de una cuarta parte con respecto al resto de la cara e, incluso, la mandíbula es proporcionalmente más corta que en las etapas infantil y adulta. Ambas condiciones favorecen el proceso de la succión nutricia al prevenir eventos de paso de alimento a las vías aéreas. En cuanto a la nariz, aunque es más pequeña, la situación de las narinas más horizontales le permite una respiración más lineal a la situación de la boca, hecho fundamental para mantener una respiración constante mientras se alimenta. Aun cuando la mandíbula del recién nacido es más pequeña, tiene una mayor movilidad en sentido de adelante hacia atrás y de elevación, lo cual facilita la realización de movimientos ondulados en lugar de ser exclusivamente verticales. Por su parte, la cavidad oral es proporcionalmente más pequeña a la de un niño o un adulto debido a la presencia de los carrillos con sus cojinetes grasos a los lados. Este espacio reducido, además de controlar el volumen de ingesta de leche, facilita el envío del bolo en una dirección posterior y ayuda a retener el líquido al final de una succión mientras que, aunque el paladar duro es más curvo, genera un surco largo que facilita el flujo direccional de los líquidos. Por otro lado, la lengua del bebé es proporcionalmente más grande que la de un adulto; de ahí que su movimiento hacia arriba y hacia abajo durante la succión inicie una onda de propulsión hacia atrás, que rápidamente ocupa casi la totalidad de la cavidad y, facilita el desplazamiento de la leche hacia la garganta.

La entrada a la vía respiratoria es corta y fácilmente desplazable hacia delante, en dirección hacia la cubierta que la protege en forma de un escudo (epiglotis). Este desplazamiento es facilitado por el movimiento ascendente de la lengua. Esta condición le confiere una mayor protección de la vía respiratoria baja de un cierre completo por la clausura de su entrada y la sobreposición de su cubierta (epiglotis). Este cierre es tan eficiente que le permite al bebé la alimentación aún en posiciones horizontales e inclinadas de su cuello. Por último, la respiración de los ellos es fundamentalmente nasal y está asociada a una vía respiratoria más directa de la cavidad nasal al tubo respiratorio (tráquea) y longitud corta de las vías aéreas.

La succión no es un fenómeno único sino un proceso que está integrado por tres fases que están altamente relacionadas: a) expresión/succión (E/S), b) deglución (D) y c) respiración, y debe acompañarse del efecto de otros sistemas de estabilidad corporal como el sistema circulatorio y el nervioso. Cuenta con variantes de succión al seno y por medio de biberón.

Durante el proceso de expresión al seno y deglución, el lactante genera una presión de extracción de un fluido contenido en un reservorio externo (seno o biberón) hacia su cavidad oral. Una vez formado el bolo, el líquido es dirigido hacia la vía digestiva (fase de la deglución) sin pasar por las vías respiratorias. Las fases de E/S y de D deben coordinarse con la respiración. La eficacia de la succión depende de una adecuada integración y sincronización de las estructuras de los labios, mejillas, lengua y paladar para la formación del bolo y su propulsión hacia la parte posterior de la cavidad oral para su deglución. En los recién nacidos de término sanos este proceso necesita ser rítmico y continuo para asegurar una ingesta suficiente de alimento y cubrir sus demandas metabólicas. Para que esto ocurra es necesaria su coordinación con la respiración de tal forma que ésta no cese; es decir, para que el proceso se mantenga aeróbico. Todo lo anterior permitirá obtener el mayor volumen de alimento con el menor gasto energético, protegiendo las vías aéreas.

El proceso de la succión nutricia inicia con la compresión del pezón del seno o de chupón en la mamila de la botella. La compresión se logra por la contracción del músculo de los labios del niño aunado a la mordida de sus encías por el movimiento de la mandíbula en sentido adelante y hacia arriba. Esta compresión genera una presión positiva (30-60 cm H2O) sobre el pezón (tetilla) o mamila (chupón) y causa la expresión inicial de flujo lácteo hacia la boca del menor. De manera particular en la succión del biberón esta presión de expresión puede generar volúmenes más altos que en con el seno, aunque esta última constituye un estímulo fuerte para mantener la producción de leche materna. En ambos tipos de succión es fundamental que el lactante forme un verdadero sello bucal hermético para evitar la fuga de la leche a través de sus comisuras bucales y perder volumen, causando succión ineficiente.

La segunda fase de la E/S es la generación de una presión de succión subatmosférica o negativa; ésta es el resultado de la retracción de la mandíbula que baja por contracción muscular acompañada de un movimiento de la lengua hacia atrás y de la estabilidad de las paredes o carrillos bucales. El movimiento de la lengua hacia atrás genera una cavidad intraoral formada, en su parte superior, por el paladar (que es cóncavo), a los lados por los carrillos y hacia atrás por el paladar blando. Los movimientos linguales necesarios para generar la succión difieren según el tipo de alimentación. Con el seno la lengua forma un surco medio longitudinal con dos bordes periféricos y una fosa central, en un movimiento parecido a la ordeña. En esta fase, el descenso de la base de la lengua genera la presión negativa que favorece la extracción de la leche mientras que en la succión nutricia con biberón los movimientos de la lengua se asemejan a un pistón con movimientos alternos de la punta y de la base. Estos movimientos linguales también pueden cambiar en relación con la madurez del lactante y son más notorios a partir de los dos meses de vida. Tanto al seno como con biberón, el descenso de la mandíbula y el movimiento de la lengua son factores importantes para generar la presión de succión (-60mmHg) o mayor en otras condiciones.

Información completa en: https//alevascommx.blogspot.com y en YouTube: pediatria-alevas