Bronquiectasias
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Opinión

Comentario Pediátrico

Bronquiectasias

 


El tubo principal (tráquea) que inicia por debajo de la laringe, lleva aire a los pulmones por medio de dos vías principales llamados bronquios, que llega uno al pulmón derecho y otro al izquierdo. Los bronquios se subdividen o se ramifican en varias ocasiones formando bronquios más pequeños, quienes a su vez se vuelven a ramificar en varias ocasiones formando estructuras más delgadas llamadas bronquiolos. Al conjunto de este sistema tubular (bronquios y bronquiolos) se le conoce como árbol bronquial, debido a que las divisiones que sufren se parecen a ramificaciones de un árbol, solo que en una posición inversa.

En este sistema de conducción existen anillos o placas de cartílago en sus paredes hasta aproximadamente la primera docena de divisiones de los bronquios, que les evitan colapsarse o bloquear el flujo del aire. El resto del trayecto respiratorio (11 divisiones más) no cuenta con cartílago en su periferia y son muy elásticos.  Después de alrededor de 23 divisiones, los bronquiolos terminan en los conductos alveolares. Al final de cada conducto alveolar, se encuentran cúmulos de alvéolos (sacos alveolares) en donde se realiza el intercambio de gases en contacto con la circulación sanguínea.

Las bronquiectasias son trayectos deformados del árbol bronquial en su pared, por la alteración en sus componentes elásticos y musculares, asociado a infecciones persistentes y respuesta inflamatoria crónica. Es una condición anormal de evolución crónica y progresiva, que genera morbilidad importante. Sus causas son variadas, pero la más habitual -por la recurrencia de infecciones- es la fibrosis quística.

Fuera de la fibrosis quística -donde es más frecuente la asociación con bronquiectasias- la prevalencia de esta condición es difícil determinar, ya que varía dependiendo del área geográfica, condiciones socioeconómicas de la población, así como del método de diagnóstico a utilizar, pero se considera que tiene disminución ante el mayor acceso a sistemas de salud, avance en tratamientos antibióticos de las infecciones respiratorias agudas y la mejor condición nutricional.

Hasta hace dos décadas se consideraba como una condición rara en los niños, pero en la actualidad, debido a una mayor conciencia de la condición y la disponibilidad de métodos de diagnóstico de imagen más sensibles (tomografía computada de alta resolución y helicoidal), es posible identificarla aún en condiciones leves, con uso de criterios pediátricos específicos en comparación con los criterios para adultos.

Su incidencia señalada como variable en diferentes artículos publicados, establece la posibilidad de existir entre 3 a 7 casos por mil niños al año. Es de mucha mayor proporción, en comunidades marginadas en atención de salud y malas condiciones ambientales (contaminación del aire, hacinamiento, medidas higiénicas deficientes), además de la prevalencia de enfermedades respiratorias como la tuberculosis.

Son resultado de la interacción entre varios factores. Por parte del paciente se incluyen su edad, condición inmune, malformaciones respiratorias congénitas, alteraciones en la función pulmonar y control adecuado de la deglución. Por parte de las condiciones ambientales, participan: contaminantes ambientales y exposición a gérmenes inhalados o aspirados. Condiciones pulmonares especiales: obstrucción o limitación del flujo de aire, infecciones recurrentes con reacción inflamatoria crónica, que cause destrucción de tejido respiratorio. Alteración en la composición y movilización del moco respiratorio.

Estos procesos tienden a dar lugar a un círculo vicioso, en el que la infección crónica o recurrente de las vías respiratorias inferiores provoca inflamación, que conduce a una limpieza alterada del moco respiratorio que, a su vez, promueve la colonización e infección bacterianas mayor, provocando un daño progresivo en la estructura de las vías respiratorias inferiores y empeoramiento de las bronquiectasias. Un ejemplo importante en niños es la bronquitis bacteriana prolongada recurrente, en la que la infección crónica de las vías respiratorias inferiores puede progresar a bronquiectasias, que inicialmente es reversible pero eventualmente se vuelve irreversible, a menos que, el ciclo se interrumpa con un tratamiento antibiótico apropiado y terapias de desobstrucción de las vías respiratorias.

A nivel microscópico hay destrucción del tejido elástico, que causa destrucción del músculo y cartílago cercanos, con una dilatación bronquial progresiva. Las alteraciones visibles en el trayecto bronquial pueden ser variables y, su apariencia puede ser: deformidades cilíndricas cuando se nota una dilatación de tipo tubular liso en los bronquios. Varicosa, cuando tienen intercalados segmentos dilatados con segmentos estrechos en apariencia de muescas; y quísticos, donde los bronquios terminan con forma de sacos ciegos. Señalando que en niños la forma más habitual es la de tipo cilíndrico, que puede ser reversible si se trata con éxito su causa subyacente. Las otras formas son irreversibles, pero pueden mejorar con un tratamiento óptimo.

Información completa en: https//alevascommx.blogspot.com