Meningococo en universitarios
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Opinión

Comentario Pediátrico

Meningococo en universitarios

 


El meningococo es una bacteria que puede producir dos tipos de enfermedades: la meningitis, que es la infección de las capas que envuelven al cerebro y médula espinal; y la meningococcemia, que es la infección diseminada a toda la circulación sanguínea por esa bacteria (septicemia) que, por respuesta intensa a la infección, causa deficiencia circulatoria súbita y muerte en corto plazo, aún con tratamiento establecido.

De la bacteria, se han identificado trece variantes de su grupo, de los cuales seis (A, B, C, W135, X, Y) afectan al ser humano, en forma variable según el país donde se produzca la enfermedad. La vacunación (inmunización pasiva) específica ha conseguido una reducción importante de su incidencia; en especial, al emplear combinaciones de serotipos más comunes, que evitan la condición de volverse portador del germen, llegando a proteger hasta un 73 a 85% de las cepas circulantes de acuerdo con el país.

Esta enfermedad es frecuente en bebés muy pequeños, adolescentes y jóvenes en zonas fronterizas, pero son los estudiantes universitarios, en particular: los del primer año que viven en residencias o campus universitarios -en donde suelen habitar estudiantes de diferentes partes del mundo-, los que están más expuestos a contraer esta enfermedad, por la convivencia con portadores de esta bacteria.

La meningitis es la forma más común de la enfermedad, que se presenta principalmente durante sus casos epidémicos y, tienen buen pronóstico si los casos se tratan de forma adecuada. En cambio, la meningococcemia es menos frecuente, pero es altamente letal ya que puede producir la muerte en sus primeras 24 horas de inicio del cuadro.

Se estima que entre el 10-15% de los casos de la forma diseminada, son letales y entre un 8-20% de los que sobreviven, tienen secuelas neurológicas a largo plazo (como pérdida auditiva o hidrocefalia) o de otra condición (lesiones cutáneas o amputaciones).

Esta enfermedad se conoce desde hace casi doscientos años, pero hasta la fecha, no se sabe en forma concreta: por qué un individuo que adquiere este microrganismo desarrolla la forma invasiva de la enfermedad, mientras que otros cientos de personas que igualmente lo adquieren, desarrollan inmunidad a la infección (y son portadores).

La especie humana es el único reservorio conocido de esta bacteria y la región de la nariz y garganta, es la principal fuente de infección. Coloniza el 8-25% de las personas sanas y su presencia en la nasofaringe puede ser transitoria (días/semanas), intermitente o crónica (meses). Puede aumentar en casos de hacinamiento, tabaco, polvo, escasa humedad o incremento del polvo ambiental.

La ausencia de anticuerpos protectores -que destruyan esa bacteria-, es el factor predisponente más importante para presentar la diseminación del germen en la sangre. Esta forma se ha relacionado con casos de alteraciones en la inmunidad, congénita o adquirida, deficiencias inmunológicas, síndrome nefrótico y resección del bazo.

La bacteria es sensible a los cambios de temperatura y a la desecación y, por lo tanto, la infección no se transmite por objetos. Los actos de toser o estornudar contribuyen al mecanismo de transmisión, por lo que no resulta sorpresivo que la tasa de colonización puede ser mayor a 50% en escuelas, internados, o campus universitarios, especialmente durante periodos asociados a un incremento en infecciones virales del tracto respiratorio superior. Se calcula que en el mundo existen cerca de 500 millones de portadores de la bacteria en la nasofaringe. La tasa de portadores es muy baja durante la infancia y muy alta en adolescentes y adultos jóvenes, que facilita la posibilidad de contagio a esa edad.

La transmisión del meningococo se produce de persona a persona, ya sea portadora o enferma, a través de las secreciones procedentes de la nariz y garganta en forma de gotitas muy finas (al hablar, cantar, gritar, toser, estornudar). La cantidad de inóculo necesaria es desconocida. La infección suele producirse en la persona no inmune en los 3-4 días siguientes al contagio (intervalo: 1-10 días). La exposición activa o pasiva al humo del cigarro, se ha considerado como un importante factor de riesgo para la enfermedad, así como la presencia de infección viral del tracto respiratorio superior.

Si bien puede afectar a cualquier persona, el mayor riesgo lo corren las que tienen entre 15 y 21 años. Además, los estudiantes que ingresan a la universidad y planean vivir en residencias universitarias, corren un mayor riesgo de contraer meningococo que otras personas de la misma edad. Es fácil que las infecciones se propaguen en residencias universitarias llenas de gente o en áreas cerradas, donde los estudiantes suelen reunirse a fumar y a beber alcohol, con alguna infección respiratoria viral asociada.

El inicio del cuadro es muy parecido al de cualquier cuadro gripal con fiebre, dolor de cabeza y/o muscular.

 

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