Parasomnias
Oaxaca
La Capital Los Municipios
El Imparcial del Istmo El Imparcial de la Costa El Imparcial de la Cuenca
Nacional Internacional Súper Deportivo Especiales Economía Estilo Arte y Cultura En Escena Salud Ecología Ciencia Tecnología Viral Policiaca Opinión

Opinión

Comentario Pediátrico

Parasomnias

 


(Primera Parte)

Son trastornos episódicos que se presentan durante el transcurso del sueño, perturbando su transcurso normal, con variedades que incluyen alteraciones motoras, conductuales y/o cambios en funciones corporales, llegando a representar en forma ocasional, un factor de riesgo para quien lo padece o con quienes conviven. 

Los eventos son más comunes en niños en edad preescolar y disminuyen gradualmente en frecuencia durante la primera década de la vida. Estas alteraciones pueden confundir al familiar y al médico con un posible evento convulsivo o alteración neurológica. A veces, las parasomnias son síntomas aislados en un niño por lo demás sano, mientras que en otras ocasiones coexisten con trastornos neurológicos, psiquiátricos o médicos.

Su frecuencia de presentación es variable y depende mucho de estudios enfocados a esta alteración en poblaciones específicas. 

Por la condición de poderse distinguir durante el transcurso del sueño, la existencia de movimientos oculares rápidos, la identificación del tipo de sueño puede dividirse en fase de movimientos oculares rápidos (MOR) y movimientos oculares lentos (No MOR). A su vez, cada una de estas etapas en relación a la profundidad se identifica en tres niveles (mayor número mayor profundidad). El sueño en nivel 3 de fase NMOR es un sueño profundo con un alto umbral de excitación. 

De forma natural, estos estados de sueño ocurren en ciclos durante la noche, típicamente con un porcentaje creciente de sueño MOR en cada ciclo a medida que avanza el sueño. Los bebés entran en MOR al inicio del sueño y tienen ciclos de sueño relativamente rápidos. Con la maduración, los niños ingresan inicialmente a NMOR al inicio del sueño, y la etapa de sueño MOR inicial ocurre entre 90 y 140 minutos después. A medida que avanza el sueño nocturno, la proporción de sueño MOR aumenta gradualmente, existiendo periodos de secuencias alternativas durante la noche. 

Debido a la asociación característica con las etapas del sueño, la aparición de parasomnias tiende a reflejar los cambios en las etapas del sueño durante la noche. Las alteraciones que se asocian con el despertar del sueño NMOR son más comunes en el primer tercio de la noche, cuando el sueño NMOR profundo es más abundante, mientras que las parasomnias asociadas al sueño MOR son más comunes en el último tercio de la noche, cuando el sueño MOR es más prominente. 

Las alteraciones (parasomnias) asociadas a la fase NMOR, también se les conoce como trastornos de excitación parcial, ya que resultan de la excitación incompleta del sueño NMOR. Por lo general, ocurren en la transición del sueño NMOR profundo (etapa N3) a las etapas más ligeras del sueño NMOR (N1 o N2) o al ir despertando. Es más probable que surjan durante el primer tercio del sueño nocturno porque el sueño N3 es más frecuente en este momento de la noche. Las alteraciones de este tipo incluyen: el despertar con confusión, los terrores nocturnos y el sonambulismo. Estas alteraciones también comparten la condición de tener una predisposición genética por antecedentes familiares relacionados. Se asocian también con los trastornos relacionados de aumento de despertar como la alteración respiratoria obstructiva, movimientos frecuentes de piernas (piernas inquietas), ansiedad de separación familiar, movimientos periódicos de extremidades y reflujo gastroesofágico como factores desencadenantes, en donde el tratamiento de cada alteración en forma específica, brindará mejoría en su remisión. Otros factores adicionales que comparten es la presencia de fiebre y la edad preescolar, ya que ante su ausencia (de fiebre) y desarrollo (adolescencia) suelen mejorar.