Enuresis nocturna
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Opinión

Comentario Pediátrico

Enuresis nocturna

 


(Primera parte)

Corresponde a la eliminación involuntaria de orina a una edad superior de los cinco años, en aparición nocturna y con frecuencia de una hasta cinco ocasiones por semana, por tres meses, sin otras alteraciones orgánicas evidentes. La edad se considera en base al control que desarrollan los niños por su maduración neurológica en respuesta a la capacitación que reciben por parte del personal de la guardería y/o en el ambiente familiar. En sí no representa un problema grave para el niño, pero si repercute en su bienestar psicológico y afecta en forma asociada las interacciones a nivel familiar. 

La deficiencia en el control de la micción -en general- es de tipo primario, cuando el niño rebasa la edad de cinco años y no ha sido capaz de controlar la emisión urinaria espontánea. En la mayoría de las ocasiones, asocia alteraciones de integridad en las vías nerviosas que regulan dicha función. La de aparición nocturna en especial, se considera como secundaria, ya que, en la mayoría de eventos, asocia un periodo previo de control de la emisión urinaria tanto durante el día como en la noche y, por alguna influencia en particular, manifiesta emisión urinaria sin control nocturno en forma posterior. 

Para dar oportunidad al control de la emisión urinaria intervienen diferentes factores. En primer lugar, la capacidad de almacenamiento urinario dentro de la vejiga, se incrementa al paso del tiempo, llegando a referirse que al nacimiento su capacidad puede ser de 45 ml hasta su etapa de adulto con equivalente a 250 ml, que permite considerar que, a mayor capacidad de almacenamiento, la emisión urinaria puede ir disminuyendo. Otro factor es la maduración neurológica que en inicio carece el niño y posteriormente permite que mantenga el volumen retenido por control voluntario de la contracción muscular de la vejiga urinaria y, por último, la acción de una hormona que disminuye la cantidad de orina formada por los riñones hacia la vejiga durante la noche.

Participa también el factor genético notando así que, si ambos padres tienen antecedente de esta alteración, la posibilidad de niño afectado es hasta de un 77%, que disminuye a 50% cuando hay antecedentes de la alteración en familiares de ambos padres y hasta un 40% cuando existe el antecedente en otros hermanos, donde el factor determinante lo constituye la capacidad disminuida de almacenamiento de la vejiga urinaria.