Fumar o no fumar

Impuesto al maíz. “Los pollitos dicen pío, pío, pío, cuando tiene hambre

cuando tienen frío, la gallina busca el maíz y el trigo…”

El mapache guasón

En el Diario Oficial de la Federación, se publicó un decreto que limita a los fumadores hacerlo en espacios cerrados, en restaurantes, cantinas, antros, y a los comerciantes presentar los cigarrillos a la vista, ya en tienditas, tendajones o hasta en centros comerciales y tiendas departamentales, se aplicarán multas a quienes desobedezcan esta prohibición; no se debe manifestar ninguna clase de anuncios, precios o marcas y en lo general, parece que solo podrán fumar en la calle y en su propia casa los fumadores.

En lo personal nunca he fumado cigarrillos, sí, en alguna época fumé puros, desde Coronitas, de a cinco pesos, Coronas de a diez pesos, Cohiba y Davidoff, importados entre otros; pero desde hace cosa de cuarenta años suspendí toda afición y gusto al respecto. Recuerdo que mis abuelos maternos eran propietarios de una importante tienda de abarrotes, donde se expendían toda clase de cigarrillos, y recuerdo a vuela memoria, algunas marcas de otras épocas, Carmelitas para las damas de edad, Faros, Tigres entre los corrientes y baratos; Casinos, Campeones, Elegantes entre los más fuertes, que se dice fumaba Don Adolfo López Mateos, ex Presidente de la República, delicados ovalados muy fuertes también, Del Prado que según la publicidad se fumaban por el sabor, y entre los caros, Belmont y Raleigh, que llegaron a ser de los más vendidos.

Entre los importados creo que estaban Marlboro, Camel y Licky Strike de Estados Unidos, y entre estos se buscaban los de “carita”, que se referían a una suerte de timbre que cerraba la cajetilla y así se comprobaba que eran legítimos y habían pagado sus impuestos; entre los franceses recuerdo los llamados Gitanos, que llegaron a ser muy populares. Actualmente, no sé de marcas ni de precios.

Esta medida, opino libremente, que no va a lograr que los adictos dejen de fumar, y como en toda prohibición parecida impulsará la venta y no se logrará abatir la adicción, ya que esta es decisión de cada fumador en particular.

Por otro lado, es curioso que se impulsen las ventas de alcohol embotellado, se permita la publicidad en todos los medios y me pregunto qué será más perjudicial a la salud, ¿El tabaco o el alcohol?

Yo también soy Pueblo.

Por allí nos encontraremos.