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Columna sin nombre

Desastres

 


Vivimos a la voluntad de la “madre naturaleza”, huracanes, trombas, inundaciones y terremotos entre otros fenómenos.
El resultado, siempre, son personas damnificadas que pierden casa y patrimonio, si no es que la vida o la salud.
Múltiples casos recientes están presentes y sin más auxilio que Sedena, Marina y Guardia Nacional, instituciones que hacen hasta lo imposible por ayudar durante el siniestro, pero que no tienen recursos para reparar los daños y menos auxiliar económicamente a las familias damnificadas.
En Mazatlán, en Veracruz, en Hidalgo y el martes en Guerrero sufren, y se van a necesitar miles de millones de pesos para llevar un algo de ayuda a cientos de familias damnificadas.
No sabemos si la tesorería de la federación tiene los recursos para estas necesidades, o si existe alguna partida de ahorro lista para usarse, pero me temo que no.
En ese contexto, nos golpea el recuerdo la cancelación de un importante ahorro dentro del Fonden, (Fondo de Desastres Naturales) que fue cancelado a raja tabla, junto a decenas de fideicomisos existentes para múltiples fines.
Se explicó que existía corrupción en ellos, sin que nunca se probara y menos castigara a los presuntos corruptos.
Ahora es obvio que aquella cancelación, al menos del Fonden, fue un error.
Así las cosas, en Sinaloa y Veracruz, a la fecha no llegan los auxilios, y me temo que en Hidalgo brillarán por su ausencia, ojalá me equivoque.
En el corto plazo lo sabremos.
Se requieren durante la contingencia alimentos, ropa, refugios y medicinas, pero en el futuro inmediato auxilios para la reconstrucción sobre todo de casas habitación.
La Historia tiene Cimas y Simas.

Yo también soy Pueblo.
Por allí nos encontraremos.