“Dos Bocas va”; “¡Me canso ganso!”
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Opinión

Columna sin nombre

“Dos Bocas va”; “¡Me canso ganso!”

 


El dicho parafraseado: El pez por sus dos bocas muere
-El Mapache Guasón

 

Con solo cinco meses de Gobierno Federal, estamos viviendo una serie de desplantes y actitudes desafiantes del señor Presidente López Obrador, que tiene a la “afición” metida en un mar de incertidumbre, sobre todo por el reto que a la realidad y a la opinión de los especialistas del mundo, lanza el popular Peje.
En efecto, al principio del sexenio cancela lo que iba a ser la obra del Siglo: el aeropuerto de Texcoco, y presenta, verbalmente, la idea de construir uno nuevo y distinto en Santa Lucía, a pesar de los pronósticos generalizados en el mundo, de los expertos y analistas especializados en aeronáutica, que insistieron e insisten en que el nuevo aeropuerto de Santa Lucía no es viable desde todos los puntos de vista, pero López Obrador insiste y va Santa Lucía, con lo que deja por sentado quién manda en México, y apuesta virtualmente todo su prestigio para el futuro inmediato, o para el corto plazo como dicen los economistas, a una idea, una “ilusión” sin proyectos arquitectónicos, sin presupuesto, sin proyectos ambientales y carente de planos y planes para el acceso de millones de futuros usuarios, y establece con rotundidad, dicen los expertos que equivocadamente, en un plan de tres aeropuertos para dar servicio a la Ciudad de México a saber: Toluca, Actual aeropuerto Benito Juárez y Santa Lucía.

Así, estamos ante un fenómeno mediático, político y un tanto cuanto aventurero, que tiene a millones con el alma en un hilo.
Por si fuera poco, decide, unilateralmente, construir una nueva refinería en su estado natal Tabasco, en Dos Bocas, y convoca a concurso, a licitación pues, a las “mejores constructoras del mundo”
Según expresión del mismo señor presidente, y esas compañías expresan que tal instalación petrolera no es posible construirla con el presupuesto señalado, ocho mil millones de dólares, y señalan que tampoco es posible terminarla en el plazo propuesto por el Gobierno Federal, es decir tres años para que se termine en mayo de 2022, y en consecuencia se declara desierta la licitación, y viene el nuevo desplante valiente, soberbio, cuando expresa López Obrador que entonces se construirá la refinería de Dos Bocas por Pemex, por mexicanos, y que será supervisada la obra por la señora secretaria de energía, y que él mismo visitará el lugar cada mes.
¡Olé!
Agregó el conocido “Me canso Ganso” y aquí estamos ante la “heroicidad” de un ejecutivo que arrostra todos los riesgos a pesar de todos, de todos los pronósticos en contrario.
Así las cosas, quien quiera saber si se obtiene un triunfo histórico, o se cae en desastre por errores del tamaño del país, solo tendrá que vivir tres o cuatro años para saber si Andrés Manuel López Obrador, derrota a la realidad y triunfa ante la opinión contraria de los expertos del planeta entero.

Andrés: El hombre.
Manuel: El que anda con Dios.
López: lupus, lobo.
Obrador: El que realiza obras.
El Hombre Lobo que anda haciendo obras con Dios.
Esperemos.
Yo también soy pueblo.
Por allí nos encontraremos.