Los efectos del mezcal
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Carpe Diem

Los efectos del mezcal

 


“El mezcal no te emborracha, te pone mágico” dice conocida frase del marketing. “Es el alcohol más perfecto para consumo humano” dicen los medios y redes sociales, lo que quiere decir es que hace poquita cruda.

A algunos los vuelve filósofos, poetas, políglotas y hasta compositores. “Un vasito de mezcal no cambiará al mundo, pero es un buen comienzo” nos recetan desde la profundidad de alguna cantina. Para la mala suerte, ahora en septiembre, mes de los testamentos y los terremotos no faltará quien alce sus oraciones: “Santo mezcal, líbranos de todo mal”. Y para la víctima de algún desamor: “Acábame de matar, pero suavecito…para disfrutar este mezcal a besitos”.

Fue el mezcal una humilde bebida, digna apenas para la mesa de los campesinos. Hoy pertenece a la aristocracia y está en las mesas de los mejores y más caros restaurantes. Los efectos del mezcal se están poniendo pesados.

A pesar de convivir y circular entre nosotros desde hace muchos años, apenas hace unos 30 que cambió. Bueno, el mezcal no tanto como la gente que está a su alrededor, que si ha cambiado mucho. La occidentalización del mezcal le trae bonanza, pero también los vicios de quienes ven en él una mera oportunidad de rápida generación de riqueza aprovechando sus nombres y posiciones.

La “industria” mezcalera es una oportunidad para traer recursos a miles de personas en cientos de comunidades que lo trabajan. Sin embargo, el modelo económico mercantil en que ha sido introducido sin tomar en cuenta la cultura de quienes lo crearon y lo mantuvieron vivo en la felicidad de su pobreza, está provocando qué, en lugar de disminuir desigualdades estas se refuercen.

Para el caso de Oaxaca, la visión mercantilista que nos han impuesto desde la Secretaría de Economía sin tomar en cuenta, con voz y voto a la cultura, está provocando una batalla entre grupos políticos y económicos por apoderarse de la mayor tajada, sin respetar y tomar en cuenta a quienes tradicionalmente lo han trabajado durante siglos.

El mezcal, más la tradicional pero abandonada por el gobierno, agro artesanía gastronómica más las remesas, son a quienes debemos agradecer que estemos en paz. De no tener esos ingresos, hace tiempo que hubiera iniciado otra gran ola de migración y hasta revueltas sociales.

La cascada mezcalera salpica un poco a todos. Los guías de turistas, los restaurantes y fondas, los hoteles, los taxistas, los jóvenes emprendedores con sus propias marcas o sus modernas, pero nostálgicas, mezcalerías.

En apenas unos pocos años han surgido toda clase de especialistas y expertos que ofrecen cursos para degustarlo, identificarlo, catarlo y disfrutarlo. Se escriben libros, se dictan conferencias, se hacen exposiciones, se compran envases, se diseñan etiquetas, se comercializa maquinaria especializada, se vende publicidad, en fin, los efectos del mezcal se sienten de muchas formas.

La felicidad que provoca un mezcalito tiene su lado amargo. Al introducir la frase “mezcal corrupción” aparecen en Google más de un millón de resultados de la búsqueda. No es el mezcal, son algunas de las personas que viven de él quienes están involucrando al mezcal en la corrupción.

“Los mezcales del PRI”, “Comercam convertida en nido de corrupción”, “Las secuelas del mezcal adulterado”, “Por prácticas monopólicas SE sanciona al Comercam”, “Canaimez celebra multa al Comercam”, etc., son algunos de los titulares de la búsqueda en Google.

La revista Proceso publicó en noviembre de 2019 una información conocida como “Los mezcales del PRI”. Se señaló a Jesús Lozoya Austin y a Pedro Ochoa Reza como propietarios de muchas marcas de mezcal, lo que nada tiene de malo, lo malo está en el señalamiento de que ellos influyeron en la ampliación de la denominación de origen para beneficio de sus negocios propios. Jesús Lozoya Austin es, o fue, secretario del Comercam, que a su vez preside Hipócrates Nolasco Cancino, quien ha encontrado la forma de eternizarse en el puesto.

La Secretaría de Economía federal sancionó a la Comercam por prácticas monopólicas y, ni tardos ni perezosos, desde la Cámara Nacional de la Industria del Mezcal, Canaimez, lo celebraron. Esta sanción hizo público el enfrentamiento entre diferentes grupos de mezcaleros. Nolasco Cancino contraatacó exhibiendo tráfico de influencias en la SE estatal y la Canaimez.

No por los efectos del mezcal sino por curiosidad periodística solicité información al IFAI respecto de la Canimez y tengo en mis manos un documento en que la Secretaría de Economía federal, la encargada por ley para regular a las cámaras empresariales, informa que la Dirección de Cámaras Empresariales y Desarrollo Empresarial no tiene registro de autorización alguna de dicha cámara ni de su plan de trabajo y estratégico.

Busqué a la Canaimez para solicitar información respecto de la inexistencia de registro ante la autoridad correspondiente. Al momento de escribir esta colaboración no han respondido.

Twitter @nestoryuri