Los bloqueos, ¿y el Gobierno?
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BARATARIA

Los bloqueos, ¿y el Gobierno?

 


El angustioso llamado de un turista nacional realizado el lunes en que los maestros realizaron su paro de labores y bloqueos, ponen a meditar cómo nos miran los mexicanos de otras latitudes, ante la inacción ciudadana por los embates de los grupos de presión, pero sobre todo, por la falta de autoridad de un gobierno que nada más se cruza de brazos viendo que el pueblo que le dio el voto en las urnas para llegar al poder, es vejado, humillado y crucificado, para luego decir que “todo está tranquilo y no pasa nada”.

El lunes cuando los bloqueos se encontraban en el punto más álgido, Jesús Santiago, reportero de EL IMPARCIAL, El mejor diario de Oaxaca, conversó con un hombre de la tercera edad que, junto con su inseparable compañera de vida, bastón en mano, se abría paso entre los manifestantes jalando dos maletas en busca de una unidad de transporte. Desesperado y sin saber a dónde ir, el hombre había perdido su autobús de primera clase, pues éste no había salido al cancelarse la salida de todo tipo de unidades hacia la Ciudad de México y otros puntos del país, como resultado del terrorífico cierre de calles, cruceros y avenidas de la ciudad del mezcal y los chapulines.

¿Cómo? ¿Qué no hay gobierno que aplique las leyes? Se preguntó este ciudadano que optó por Oaxaca para gastarse un dinero de su pensión para conocer y le resultó contraproducente, pues conoció la forma en cómo se secuestra a los ciudadanos que nada tienen que ver en el conflicto de otros.

Educado, el visitante dijo al reportero:

“Discúlpeme usted, pero estamos muy mal porque esta situación no se puede. Ya nadie quiere venir a Oaxaca por esta situación. Nosotros nos regresamos a México, pero ahora no hay corridas por este bloqueo. No va a llegar el autobús a tiempo como debe de ser. Es una situación que deben arreglarlo los gobiernos tanto nacional como estatal. Es una situación que ya no se puede. Oaxaca necesita mucha inversión, mucho turismo y estos maestros de la Sección 22 echan a perderlo todo”.

Bajo un sol abrazador, el hombre y su esposa se perdieron por calles de la ciudad a esa hora atestada por los bloqueos.

Más adelante, otro ciudadano, a la altura del puente sobre la calzada Porfirio Diaz, apenas cruzó el bloqueo, juntó las dos manos y a manera de bocina gritó a los manifestantes: “Maestro huevón, regresa a tu salón”. Era el reflejo de un ciudadano en su desesperación por llegar a su centro de trabajo.

Poco después de las 17:00 horas, los profesores procedieron a retirarse. Levantaron sus sillas, quitaron sus lonas, pero dejaron los lugares en donde protestaron hechos un muladar.

La dirigencia ya ni siquiera se tomó la molestia para informarle a la población sobre los beneficios que les trajo esta medida de presión; no dijeron si surtió efecto, si el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, los recibirá en la Mesa Nacional de Negociación o si habrá otro bloqueo para estar preparados o qué onda; nada. Ni siquiera tuvieron esa delicadeza de informar lo conseguido.

Este martes, el Frente Popular Revolucionario (FPR) repitió la dosis a los habitantes de la ciudad capital al imponer bloqueos, lo mismo que en las carreteras del interior del estado.

Las demandas enarboladas ya las sabemos de memoria: obras de infraestructura social, aulas, caminos, etcétera. Y otra vez, la respuesta gubernamental, que es el mantenerse cruzado de brazos y el disco rayado de “no pasa nada”, mientras el estado se incendia.

En total 48 horas de afectaciones a una ciudadanía inerme que después del 2006 sólo anhela la recuperación económica que se vio agudizada por la pandemia de Covid-19.

En el plantón pasado, un integrante de la iniciativa privada calculaba como en millón y medio las pérdidas económicas en los comercios por un día de cierre de cruceros y calles. Esto sin tomar en cuenta los daños que sufren los dueños de perecederos que quedan atrapados en los bloqueos de carreteras y los daños a los transportistas. Para variar, acumule a esto, los daños causados ayer por el Frente Popular Revolucionario.

Las organizaciones deberían cambiar sus estrategias de lucha, estrategias que sean vistos con simpatía por el pueblo para que el pueblo mismo se solidarice, porque los bloqueos, cierres de carreteras, vandalismo y plantones, son utilizados por el propio gobierno para revertir esa lucha honesta y razonable.

Los maestros son mujeres y hombres estudiados que podrían modificar esos métodos para alcanzar los fines deseados. Ellos saben bien que la violencia genera violencia y en Oaxaca, como se han puesto las casas, podrían desencadenar en un choque entre la gente del mismo pueblo.

Eso lo advierte el clero, por eso el arzobispo Pedro Vázquez Villalobos, el domingo anterior lanzó el llamado a los católicos “para evitar confrontarse con los manifestantes, porque es necesario cuidar la paz de Oaxaca”.

El prelado pidió a los ciudadanos no salir de sus hogares al tiempo que solicitó a los patrones ser condescendientes con sus empleados, pues muchos no podrían llegar a sus centros de trabajo. Y que en las partes en pugna que prive el diálogo, dijo.

Tuvo especial cuidado en no mencionar por su nombre a la Sección 22 por aquello de la virulencia de este sector.

Pero algo no va bien en el Gobierno del Estado, sobre todo en donde arreglan los temas políticos, nos referimos a la Secretaría de Gobierno.

Al parecer, ahí no ha habido tacto ni experiencia suficiente para tratar los asuntos con los diversos sectores, como en este caso la Sección 22 y las organizaciones sociales. Pareciera que a su titular, Jesús Romero, de probada militancia en la izquierda, se le acabó el entusiasmo para tratar los temas álgidos del Estado porque los conflictos se suceden y las movilizaciones no son más que eso, un descuido en el manejo de la política estatal.

Ojalá las cosas mejoren porque falta un largo trecho para las elecciones del 2 de junio, porque como es sabido, en casos como éste, Oaxaca se cocina aparte.