Crisis de agua y ediles recortan gasto
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BARATARIA

Crisis de agua y ediles recortan gasto

 


Quienes cobran como presidentes municipales en la zona metropolitana de la ciudad de Oaxaca sin duda no se han percatado del gravísimo problema que representa el desabasto de agua para uso humano. Con el estiaje a la puerta de la esquina, les despreocupa el sinnúmero de protestas que, por aquí y por allá, se han venido multiplicando en colonias, conurbaciones y municipios de Valles Centrales. Tan no les preocupa que han recortado, dejado de invertir o ajustando la inversión en obra pública municipal para hacer frente a otra crisis: la basura.

Sin embargo, independiente del signo político que representen, del “cariño comprado” con recursos públicos y ayudas sociales, los ciudadanos no pueden soportar ya más el desabasto crónico del vital líquido y, en lugar de observar acciones o que se frene la crisis, la dotación del líquido de la red municipal es cada día más espaciado y en la misma proporción se incrementa la irritación, inconformidad y desasosiego social.

Como lo señalan las notas de EL IMPARCIAL de domingo y lunes, el asunto se pondrá peor porque los piperos deben ir cada día más lejos a acarrear el líquido que permite aliviar, a un alto costo, la sed de las familias de la Verde Antequera. Los altos precios, el condicionamiento al abasto e inacción oficial le ponen sal a la reseca herida de los capitalinos.

La falta de agua, responsabilidad de municipios. Sin embargo, es cierto que en la ciudad de Oaxaca, la (Ir)responsabilidad es de Soapa; pero extender la crisis pondría en jaque la viabilidad de cualquier proyecto político del signo que fuere; la sed y desesperación esperan respuestas, soluciones, no “razones” de las carencias.

Sin embargo, para los presidentes municipales de Santa Lucía del Camino, Santa Cruz Xoxocotlán, San Antonio de la Cal, San Jacinto Amilpas, entre otras de las más importantes de las conurbaciones, dotar del líquido a la ciudadanía parece tenerles sin cuidado.

Es ilustrativo el manejo administrativo de Juan Carlos García Márquez en Santa Lucía del Camino. El municipio al oriente de la capital, con poco más de 102 mil habitantes, el cual ha visto caer estrepitosamente el gasto municipal en obra para abasto de agua de dominio público.

De acuerdo con una revisión al Reporte Analíticos de Egreso a septiembre de 2023. El cabildo que preside el morenista García Márquez había aprobado 5 millones 643 mil 168 pesos para obras de agua en la comunidad a razón de ¡55 pesos! para el abasto de agua por persona para todo 2023; sin embargo, recortó 1 millones 612 mil 341 pesos para dejar el recurso en 4 millones 30 mil pesos, un recorte de 28%. Santa Lucía del Camino “gastó” una media de 39 pesos por habitante para dotación de agua.

¡Así cómo!

Otro caso es el de San Jacinto Amilpas; en octubre de 2023 la presidenta municipal Gabriela Adriana Díaz Pérez, también morenista, fue señalada por presunto desvío de recursos públicos por más de 5 millones 800 mil pesos; la carpeta fue abierta ante la Fiscalía General de la República (FGR) y la Fiscalía Anticorrupción del estado de Oaxaca.

Pero lo que importa aquí es el gasto en obra hidráulica, concretamente en la red municipal de agua. En 2023 el gasto aprobado fue por 1 millón 235 mil pesos para una población de 18 mil habitantes, en promedio entonces, se autorizaron 68 pesos por persona.

Más marcadamente en Santa Lucía, pero igualmente en San Jacinto o San Antonio de la Cal o Santa Cruz Amilpas los municipios han debido abrir hoyos para tapar el boquete financiero que representa el manejo de desechos sólidos. García Márquez debió castigar servicios personales, aguinaldos y “compensaciones” al personal. Casi todos debieron ajustar gastos de electricidad y de uniformes, pero se les hizo fácil, muy fácil, recortar inversiones para agua. Por aquí y por allá se escuchan las quejas por la falta de rehabilitación a las redes municipales, mantenimiento de pozos o, incluso perforación de los mismos.

Otro caso es San Antonio de la Cal, el cuestionado presidente municipal, Porfirio Santos Matías, presidió un recorte de 4 millones 857 mil pesos a la proyección inicial de 10 millones 662 mil pesos para obras de agua. En total, San Antonio destinó el año pasado 5 millones 764 mil pesos a ese rubro. Con 25 mil habitantes, aun así destinó 224 pesos por persona para ese fin.

Esta es la tónica de los municipios en Valles Centrales. Ninguno se toma en serio el problema del abasto de agua, a pesar de que la inacción podría decantarse en un grave problema político. Las protestas y bloqueos de ciudadanos son apenas, como el estiaje, el inicio y la solución de ello es inaplazable.

En Santa Cruz Amilpa se llegó al extremo de destinar ¡2 pesos! a obra de agua potable en 2023, de un presupuesto inicial aprobado por el cabildo de más de dos millones de pesos. El independiente, Christian Baruch, quien había levantado grandes expectativas al derrotar a emisarios de partidos políticos, parece no interesarle dotar de agua a sus ciudadanos y para ello requiere extender o rehabilitar la red municipal. Baruch ha sido señalado por su nepotismo pero, sobre todo, por los abusos de su policía vial y municipal con agresiones a la ciudadanía en los retenes que instalan sus uniformados.

Están todos ellos ya bajo la sombra de tiempos electorales. Vendrán a solicitar de nuevo, la gran mayoría, el voto para su reelección. Quizá el principal rubro a juzgar y considerar por los ciudadanos capitalinos sería pregunta ¿qué hicieron por aliviar la sed de la ciudanía? y ¿tienen planes para solucionar la crisis de agua? Pero sobre todo ¿ahora sí los aplicarán?

Pero, es tiempo de campañas.

El agua no les preocupa y mucho menos les ocupa.