Las víboras cambian de piel
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BARATARIA

Las víboras cambian de piel

 


Mueve a risa la genial caricatura de Arturo Dávila “Kemchs”, publicada el jueves en la sección editorial de su diario EL IMPARCIAL, El Mejor Diario de Oaxaca.

El monero, con magistral ingenio, publica su dibujo donde un hombre se despoja de una playera con el logotipo del Partido Revolucionario Institucional, pero abajo ya tiene otra: la del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).

¿Dónde vi esa película? Se preguntará, amigo lector. Y sí, es lo que ocurre actualmente entre los hombres de la política: Despojarse con facilidad de una playera para ponerse otra.

El miércoles, un grupo de connotados expriistas, entre los cuales se encuentra el exgobernador de Oaxaca, Alejandro Murat Hinojosa, anunció públicamente el surgimiento de Alianza Progresista en apoyo a la candidata presidencial de Morena, Claudia Sheinbaum Pardo.

Increíble, pero así es. Dejaron la endeble balsa priista con su bandera de pirata, para subirse a un moderno trasatlántico morenista, que avasalla los mares con su bandera de la transformación.

¿Quién iba a pensar que un cacique del Estado de México como Eruviel Ávila, un Carlos Ramírez Marín o una Nuvia Mayorga, hayan dejado el PRI para sumarse al partido del presidente Andrés Manuel López Obrador?

No hay duda. La falta de poder hace que el hombre venda su alma al diablo, a costa de la dignidad que jamás han conocido.

Un autor anónimo escribió acerca de la dignidad en los siguientes términos: “Saber cuándo retirarse es sabiduría. Ser capaz de hacer las cosas es valentía. Alejarse con tu cabeza en alto es dignidad”.

Los políticos viejos sabían actuar con dignidad. No se cambiaban de partido como cambiarse de camiseta o de calzones, sino morían con él. O si era necesario, se retiraban en silencio.

Tenían ética, principios, sabían de lealtad, ahora que las nuevas generaciones de políticos omiten por obvias razones: el dinero y la fama a costa de lo que sea. Y sí, a costa de lo que sea, porque, ¿cómo serán recibidos estos expriistas por las bases morenistas? ¿Tendrán que hacer talacha, desde abajo, pintando carteles en las paredes o pintando bardas?

Bueno, ya el líder nacional de Morena, el presidente Andrés Manuel López Obrador, dio su aprobación a la llegada de los expriistas.

En una conferencia matutina en Acapulco, Guerrero, López Obrador expresó su positiva opinión sobre la reciente “alianza” de un grupo de expriistas con la campaña presidencial de Claudia Sheinbaum.

Destacó que “todas las alianzas son buenas cuando tienen un objetivo superior, la transformación del país, el beneficio del pueblo”.

Afirmó que cuando hay un ideal y un programa que buscan el servicio a los demás y no el interés personal, las alianzas políticas son congruentes con el propósito de la política.

Claro que el tabasqueño no le quedaba otra que decir eso, poque él mismo dejó al Partido Revolucionario Institucional para sumarse al Partido de la Revolución Democrática, institución que lo apoyó incondicionalmente para luego abandonarlo y fundar su propio partido, el Movimiento de Regeneración Nacional.

Es lo mismo que están haciendo los expriistas de abolengo. Como las víboras: mudar de piel para regenerarse.

Obvio es que, aunque cartuchos quemados, esos expriistas poseen un capital político en sus entidades que le serán de beneficio a la candidata Claudia Sheinbaum Pardo, pues su campaña no ha levantado vuelo como se esperaba. Y los primeros tendrán que ponerse las pilas para entregarle buenas cuentas y votos a la que será su nueva jefa.

En Oaxaca, resulta paradójico que mientras el gobernador morenista, Salomón Jara, realice fuertes señalamientos por corrupción a la administración de Alejandro Murat; ahora, de la noche a la mañana, ya sean compañeros de partido. ¿Será que con ello se frene, ahora, las auditorías en contra del ex gobierno de Murat Hinojosa? ¿Se frenará la investigación en contra de los que fueron sus funcionarios, algunos de los cuales ya calientan tabique en la cárcel? Todo puede suceder.

Lo cierto es que las cosas se pondrán difíciles cuando empiece el reparto de las candidaturas, porque, los priistas, habrán de exigir su tajada. Y muchos morenistas ya se sienten amarrados.

Y si los votantes le dieran una sorpresa a Morena en el 2024 y le dieran el triunfo a la candidata de los partidos de oposición, ¿qué pasaría con estos políticos chapulines? ¿Tendrán otra camiseta debajo de la de Morena? Son capaces, porque no pueden vivir sin poder, ese gran afrodisiaco, como decía Henry Kissinger, que los mantiene activos; claro, sin dignidad alguna.

El poeta Lord Byron acuñó la siguiente frase: “Mientras más conozco al hombre más quiero a mi perro”. En México alguien dijo: “Mientras más conozco al político, más quiero a mi perro”. Su servidor se queda con esta última, porque viste de cuerpo entero a esos tipos que cambian de camiseta: los políticos, esos que no hacen nada y cobran grandes fortunas, porque los toleramos, porque sabemos que en el estiércol también nacen flores.