En el Istmo, ¿desarrollo a chaleco?
Oaxaca
La Capital Los Municipios
El Imparcial del Istmo El Imparcial de la Costa El Imparcial de la Cuenca
Nacional Internacional Súper Deportivo Especiales Economía Estilo Arte y Cultura En Escena Salud Ecología Ciencia Tecnología Viral Policiaca Opinión

Opinión

BARATARIA

En el Istmo, ¿desarrollo a chaleco?

 


No señor Presidente, así no se hacen las cosas. No con imposiciones, no “a chaleco”. Nos guste o no, hay leyes. Su investidura solo implica a uno de los tres poderes de la Unión: el Ejecutivo; los otros dos, el Legislativo y el Judicial (la Corte) es la triada sobre la que se sostiene la democracia, al menos la mexicana.

Y así como con la reforma electoral ya vamos en el “Plan C”, luego que la Corte determinó retirar la coraza, el blindaje a favor de las obras prioritarias de la 4T: Tren Maya, aeropuerto Felipe Ángeles y la refinería de Dos Bocas para que se abran a la información, se transparente el uso de recursos, a escasas horas, Andrés Manuel López Obrador respondió con otro “decretazo” intentando “blindar” esas obras e incluyó una más, el Corredor Interoceánico, directamente ligado a Oaxaca con el claro mensaje de desafiar la Corte, desacatar sus determinaciones y señalar “Va porque va”.

Quién en su sano juicio se opondría a la realización de una obra, como la que se planea en el Istmo de Tehuantepec para unir los dos océanos y crear un corredor con al menos 10 polos de desarrollo económico, sería absurdo e insensato hacerlo, pero hay un mar de diferencia llevarlo a cabo a cualquier costo, a cualquier precio o cueste lo que cueste. En la mañanera de ayer López Obrador argumentó obstáculos de sus opositores, enemigos, “de los conservadores” que “meten” (sic) amparos y amparos para impedir, retrasar o entorpecer el avance. Incluso, obviando la historia, aseguró que para poner obstáculos a su gobierno esa oposición es financiada desde Estados Unidos cuando, basta leer los libros de texto gratuito de historia y nos daremos cuenta que este ha sido un gran sueño de los americanos: el canal o Corredor Interoceánico.

¿Qué se juega con esta disputa? Algo muy simple, pero sobre todo más profundo: la transparencia. El Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales fue la instancia que interpuso el recurso de amparo que ayer ganó tras el dictamen de la corte. ¿Qué está en el núcleo del dictamen? Que el gobierno federal rinda cuentas del uso de recursos. Según el artículo 6 de la Constitución, toda la información es pública y solo podrá ser reservada temporalmente por razones de interés público y seguridad nacional, empleando ese renglón, el gobierno de López Obrador quiere evadir la rendición de cuentas.

¿Qué implicaciones tendría ello para Oaxaca? Acá se construye el Corredor Interoceánico, permitiría, como está sucediendo, realizar trazos de infraestructura, nivelación, expropiación de terrenos sin contar, por ejemplo, con estudios de impacto ambiental. Facilitaría, como lo lleva a cabo el Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas, la realización de asambleas amañadas o sin la consulta “libre e informada”, dice la ley, a las comunidades indígenas por las que cruza el trazo y aquellas que resultarían indirectamente afectadas.

La obra es vigilada por la Secretaría de Marina (Semar) para brindar seguridad, muy bien, pero también para acallar o inhibir inconformidades, ya se registró un desalojo presuntamente violento. En una poco clara maniobra, ha sido entregada a la Secretaría de la Defensa Nacional, dependencia muy reacia a rendir informes, máxime que los recursos que se emplean son de procedencia fiscal y, hoy mismo, está envuelta en tamiz de cuestionamientos ante el descubrimiento de conflicto de interés de su titular, Luis Crescencio Sandoval.

Al momento no se ha informado a la comunidad, por ejemplo, de dónde, cómo o bajo que características se abastecerá la zona de agua, vital para la construcción y posterior operación. Tampoco se sabe que obras sociales ni los compromisos adquiridos para las comunidades afectadas y sus factibles beneficios. Se carece de documentos sobre las empresas a instalar, qué se producirá, que rol tendrá la mano de obra oaxaqueña o ¿se está haciendo el proyecto a ciegas? Recordemos que son recursos del país, míos y de usted.

¿De dónde se están extrayendo materiales? ¿Qué infraestructura carretera de secundaria o caminos vecinales hará necesaria la obra y las afectaciones a causa? No es la obra “cueste lo que cueste” si realizarla al precio y empleando el tiempo que sea necesario, no al vapor. ¿Cuál es este? El que deba emplearse sin apresuramientos para que no termine como el Metro de la Ciudad de México y un político se tome la foto al inaugurarse dejando “su legado”. Dialogar, platicar, convencer a las comunidades de las bondades pero, sobre todo los posibles daños que se ocasionarán y, en conjunto aminorar el impacto ambiental, social que ello ocasionara para, más adelante “disfrutar” de los beneficios económicos y sea extensivos a la región.

El tránsito de López Obrador en el poder es pasajero, incluso eso de lo que hoy llaman la 4T. ¿Qué le quedará a Oaxaca? Quizá, no dudamos, un gran polo de desarrollo ¿a un costado de tierras estériles o casuchas sin luz, sin agua, servicios, como acontece hoy en La Ventosa o Santo Domingo ingenio con los parques eólicos? Se ha informado, proyectado, ideado el impacto cultural sobre las comunidades istmeñas. ¿Cuál será el costo-beneficio sobre, por ejemplo, la gastronomía, el modo de vida que hoy prevalece en la zona? Y las reservas ecológicas, ¿sabemos en estos momentos cuántas especies de flora, fauna están en peligro? Alguien en los gobiernos federales, estatales o defensores a ultranza podrían explicar qué especies se perderían y explicar el “costo-beneficio”.

No señor presidente, insistimos, así no se hacen las cosas. No a capricho, tampoco a chaleco. Usted, ustedes se irán. Los oaxaqueños no queremos quedarnos con cascarones, elefantes blancos, obras inconclusas (aunque dicen que no son iguales), devastación, comunidades desunidas, desaparecidas, enfrentadas; la zona estéril, sin agua, bosque (como Los Chimalapas) cada vez más amenazados por el fuego, el hombre o la industria.

Explique, convenza, aclare, transparente. Diga, digan, con la verdad en la mano, que se va a destruir y también los beneficios. No mantengan el discurso de blanco y negro, de división social, de enfrentamiento. Convoque para jalar todos para el mismo lado, conscientes de los beneficios, pero también de los daños.

Así, sí.