Educación, ¿tropezón de la Primavera Oaxaqueña?
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BARATARIA

Educación, ¿tropezón de la Primavera Oaxaqueña?

 


Se avecinan tiempos difíciles en materia educativa-laboral para la Primavera Oaxaqueña. En los próximos días se advierten nubarrones en el horizonte, a partir de las “plataformas” reivindicatorias de gremios como la Sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) y su satélite de normalistas.

A ello hay que sumar a los sindicatos universitarios que, a partir de febrero, cada año ponen en un paredón a la administración de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca y, por si fuera poco, a ello se suman el desfile de “organizaciones sociales” como la inefable Antorcha Campesina, MULT, MULTI, Sol Rojo y múltiples membretes que llegan, un día sí y el otro también, a tocar las puertas de Palacio de Gobierno.

Los normalistas han cumplido ya semana y media en plantón con la exigencia primordial, según ellos, de la contratación de 850 plazas. Armados de llantas viejas, bidones de gasolina, palos y enmascarados en el anonimato, ponen en jaque a la ciudadanía a la que agravian a pesar de que son las y los oaxaqueños quienes trabajan y pagan sus estudios y, a corto plazo, cubrirán sus salarios por mal enseñar o dedicarse a la protesta contra el gobierno, cuando es ese gobierno quien les garantiza plazas y canonjías.

En los albores de la Primavera Oaxaqueña, sin duda esas movilizaciones tienen la verdadera finalidad: retar al nuevo gobierno para observar su reacción, la habilidad para negociar, el conseguir las mejores posiciones pues, de inicio, se podrán fijar las “reglas” no escritas de cómo se desarrollará el sexenio y la relación con los grupos de presión para los próximos 5 años, dado que el sexto es para desechar al que se va y comenzar a preparar y allanar el camino con los que vienen.

El año pasado EL IMPARCIAL dio cuenta de lo que implica cada año la contratación de los normalistas que egresan de los  planteles; otorgar plazas a una nueva generación de maestros cuesta a las y los oaxaqueños 170 millones de pesos en promedio al año; “con el esfuerzo por garantizar a las niñas, niños, adolescentes y jóvenes una educación de calidad, equitativa y con maestras y maestros responsables y preparados”, señalaban sin reparo los burócratas que administraban el  IEEPO hasta el año pasado, en la recta final del sexenio muratista.

Sin embargo, hay al menos dos falacias en ese discurso oficial: no hay garantía de una educación de calidad para la niñez oaxaqueña y para ello nos remitimos a los datos oficiales en cuanto a desempeño escolar, aprendizaje y exámenes a los que se someten los alumnos que no pasan las pruebas nacionales ni de panzazo.

La segunda se refiere a “maestros responsables y preparados”, con plazas heredadas, compradas, muchos de quienes detentan un puesto carecen capacidad para impartir clases. El propio IEEPO reconocía el año pasado: para garantizar plazas es necesario que los aspirantes cuenten con un título, por lo que este ingenuo columnista cuestiona ¿pues es que hay quienes aspiran a profesores cuándo carecen de un título profesional o, lo que sería peor, hay personas al frente de un grupo que ni siquiera han presentado un certificado de normalista?.

 

LAS VENCIDAS EN LA UABJO

Y bien, también han iniciado las vencidas entre la UABJO y sus sindicatos. Toca el turno para el Sindicato de Trabajadores y Empleados de la Universidad Benito Juárez de Oaxaca (STEUABJO) el cual reinició su rally de movilizaciones el martes y amenaza con estallar la huelga el 28 de febrero, luego de haber aplazado la fecha programada desde el 1 de este mes.

Recordemos que el año pasado la huelga ocupó dos días, al estallar el 1 y levantarse el 2 de junio; sin embargo, en 2020 el paro laboral se extendió por 41 días, causando severas afectaciones a al menos 25 mil estudiantes.

A pesar de la consabida crisis financiera de la máxima casa de estudios, que la ha obligado a demandar recursos adicionales a la Federación para cubrir la abultada deuda e, incluso, ha llevado a aliarse con universidades estatales en similar crisis financiera, los sindicatos siguen empeñados en succionar recursos hacia sus arcas, desvirtuando estos recursos que deben estar destinados a la  educación y la preparación profesional de los oaxaqueños.

¿Cómo hacer para aminorar la sangría en favor de trabajadores, administrativos y funcionarios con los que se pagan facturas de, por ejemplo, servicios médicos, ópticas, anteojos, dentaduras, servicios dentales a trabajadores e, incluso, a sus familiares? Son “conquistas”, señalan sindicalistas, a pesar de que con ello medran la de por sí anémica salud de la institución que les garantiza un adecuado nivel de vida.

 

LÍDERES DE LA S-22 EN BUSCA DE LEGITIMIDAD

Luego del embrollo legal en que se enfrascó la nueva dirigencia de la S-22 al elegir a sus representantes mediante sus “usos y costumbres”, al final se debió aceptar y recurrir a la presencia de enviados del SNTE para obtener reconocimiento y, sobre todo, el documento que los avale para la ansiada “toma de nota” por la cual ha estado penando de Oaxaca a la ciudad de México la lideresa, Yanni Pérez Martínez.

Ya cuentan con la “toma de nota”, señaló el lunes Pérez Martínez “solo estamos esperando que llegue el documento oficial”, indicó. Sí pero todavía no ¿ok?

Para aceitar la maquinaria magisterial, luego de la atonía en que cayó por el servilismo de la dirigencia durante el muratismo, la nueva dirigencia quizá requiera de un “enfrentamiento”, aunque sea de menor escala con el naciente gobierno, pero también “ir midiendo el agua a los camotes” y estimar que se puede arrancar a la Primavera Oaxaqueña, en qué términos se establecerá la relación, de qué punto se partirá para estimar alcances y, sobre todo, observar qué tan buenos son los incipientes funcionarios para negociar.

Una triada muy peligrosa y que pondrá a prueba al gobierno. Ya se verá.