Educación Media superior, la hija del futuro, olvidada
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BARATARIA

Educación Media superior, la hija del futuro, olvidada

 


Menudo reto tienen ante sí los nuevos directivos de los sistemas públicos de Educación Media Superior: pérdida de matrícula, baja eficiencia terminal, altos índices de reprobación, en lo académico y en lo físico: planteles viejos, desgastados, sin atención, con 20 año o más de construidos, sin mantenimiento ni infraestructura adecuada o dañada, en algunos casos ocupan espacios no construidos para recibir clases; deficientes servicios, falta de agua en plena pandemia, mal o inexistente drenaje, con abasto de electricidad sin contrato y muchos problemas más.

El gobernador Salomón Jara, además, señaló de forma reciente problemas como la basificación sin respaldo en sistemas como en el Instituto de Estudios de Bachillerato del Estado de Oaxaca (IEBO); irregularidades en el Cecyteo u opacidad en el Colegio de Bachilleres (Cobao).

Sin embargo, otorgando el beneficio de la duda, los nuevos directivos, sacados del activismo social y llevados a dirigentes de la educación en Oaxaca, ya debieron realizar un primer diagnóstico, percatarse de algunos indicadores académicos y la situación en que se encuentran sus planteles y cada uno de sus sistemas. Tomemos dos ejemplos:

A la directora del Colegio de Estudios Científicos y Tecnológicos del Estado de Oaxaca, Blanca Luz Martínez Guzmán, se le ha visto muy activa recibiendo y visitando a directores de los diferentes planteles a quienes, sin duda, debe llamar a cuentas. Varios datos: la eficiencia terminal de los 41 planteles que conforman el Bachillerato Tecnológico es apenas del 61.5%. ¿Qué representa ello? Pues que 4 de cada 10 estudiantes se fueron quedando en el camino, reprobaron o desertaron en el trienio que tienen para egresar de ese sistema educativo.

Luego del desafortunado tuit, en el cual, ya siendo funcionaria de la 4T se subió a la ola de trivialización y superficialidad pues declara “!Shakira, soy tu fan! pero soy #TeamCasio…¿Y ustedes?”, seguramente ya se dio tiempo para estudiar la situación del plantel para no terminar siendo una funcionaria Casio.

El otro subsistema que administra el Cecyteo, el de Educación Media Superior Abierta y a Distancia (EMSAD), de acuerdo con los Indicadores Educativos Básicos 2022-I, se señala que la eficiencia terminal es de apenas 49.5%, menos de la mitad egresan de este renglón clave para educación terminal o para mantenerse en la carrera hacia una profesión.

Las luces de alerta se deben tener encendidas en planteles como el EMSAD 78 de San José Monteverde, con una eficiencia terminal de apenas ¡29.4!; el de San Francisco Tlapancingo, con 31.1 o Santa Inés de Zaragoza, 32.1, que deben mejorar sustancialmente la retención de alumnos para que, además, repunte de manera satisfactoria la cifra de egresados.

 

EL COBAO, MALTRECHO

El Cobao, a pesar de contar con planteles modelo y de elevada eficiencia académica afronta otro gran problema que impacta en la vida académica: el 86.5% de los 67 planteles considerados en todo el estado tienen más de 13 años de construidos. Incluso, sin ir más lejos, la mitad, el 49.2% tienen más de 23 años de construidos, de acuerdo con el reporte del año pasado.

La directora del Cobao, Verónica Hernández González, deberá hilar muy fino para la rehabilitación de planteles y la recuperación tanto de la matrícula educativa como la eficiencia terminal. En cuanto a edificios del sistema, en cuatro casos estaban fuera de las instalaciones dado que se estaba construyendo, esperaban recursos o estaban a la espera de la obra.

En 31 Cobaos, de 68 considerados, se cuenta con sala para profesores. En tres casos la construcción se realizó con materiales precarios, tal es la situación de los planteles de Teposcolula, Juchitán y San José del Progreso.

Más allá de participar en el “Tequio ciudadano” para tomarse la foto con funcionarios de la 4T y empleando al personal de confianza que debe hacer méritos, la directora Verónica Hernández González debe formular ese tequio al interior de su institución. Basta observar lo precario de las instalaciones, de acuerdo al reporte de Infraestructura del 2020: hay 33 centros educativos con problemas en canceles y ventanas, en 26 funciona mal las instalaciones eléctricas, hay pisos, techos y paredes fisurados en centros de algunas regiones del estado.

En plena pandemia, más de la mitad de los Cobaos deben surtirse de agua con pozos, un tercio lo hace mediante pipas. Incluso, respecto al abasto de electricidad, 65 indican contar con un contrato vigente ante la CFE y dos confiesan obtener electricidad de la red pública ¡pero sin contrato! ¿se la roban?

Ahí están las cifras, esperamos que al final del año estas no se escondan o se maquillen, como el caso del EMSAD 79 de San Simón Zahuatlán, uno de los municipio más pobres del país, donde la eficiencia terminal es ¡del 100%!.

 

LLAMAR A CUENTAS

Se multiplican las pruebas y la irritación ciudadana ante las inconclusas y deficientes obras realizadas al vapor en el sexenio anterior. Un ciudadano y otro encargado de un establecimiento severamente golpeado por las obras de Símbolos Patrios, que se extendieron por casi año y medio, resumieron el sentir: son “monumento a la corrupción”.

Las pruebas están ahí, obras que no se terminaron, seguramente, hay un contrato que indica fecha de inicio y entrega y, si se pagó por ello, habría una sanción. Si alguien firmó “de recibido” a satisfacción, en automático se hace cómplice de la anomalía. El gobierno jarista tendría que haber ya dado luz sobre las acciones que tomará para sancionar este fraude. El gobernador ya lo señaló pero nadie da norte sobre las acciones a seguir.