Atrapado en la basura
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Opinión

BARATARIA

Atrapado en la basura

 


Un día después del domingo 6 de junio de 2021, eufórico por su triunfo como presidente municipal de la ciudad de Oaxaca de Juárez, Francisco Martínez Neri llamó a sus contrincantes a unir esfuerzos con el nuevo gobierno:

“Puedo decirles que ganamos la presidencia municipal de Oaxaca de Juárez; quiero conminar a quienes compitieron conmigo en este proceso electoral a que unamos fuerzas para poder sacar adelante a nuestra ciudad, vale la pena, es un gran esfuerzo, es por Oaxaca, por Oaxaca de Juárez y por México”, dijo.

Luego, agradeció a quienes votaron “por mi proyecto pero también a aquellos que no lo hicieron” y aseguró que también forman parte de su proyecto de trabajo, que es a favor de la capital oaxaqueña.

Hoy, a un año con 7 meses, si las elecciones fueran mañana, el ex perredista, Martínez Neri entregaría malas cuentas al presidente Andrés Manuel López Obrador pues la derrota sería catastrófica.

¿Una derrota de Morena en Oaxaca? Sí. Y dolorosa.

Veamos por qué.

Desde que Martínez Neri se convirtió en “el rey de la inmundicia” o “el rey de la basura”, los diversos sectores que habitan la ciudad de Oaxaca han dejado de creer en Morena como el partido que sacaría a la ciudad del atolladero en que lo dejó Oswaldo García Jarquín, quien cometió un desfalco millonario, dicho por el propio Martínez Neri, pero que ya era secreto a voces.

Como ya es del dominio público, García Jarquín dejó una ciudad “patas pa’ arriba” pues gobernó con nada de sentido común; no tuvo idea para dirigir Oaxaca, unos dicen que a causa de su dipsomanía otros que le faltó talento para hacerlo. Lo cierto es que ahí están los resultados.

Vino entonces el ex rector de la UABJO, Francisco Martínez Neri que la verdad, muchos creyeron en él, pero traía tras de sí el estigma de traidor, por lo tanto, su destino político resultaba incierto con el nuevo gobernador de Oaxaca, Salomón Jara.

Y para variar, se quedó atorado en la basura. Como de caricatura: se fue hundiendo entre los desechos orgánicos e inorgánicos quedando a ras de piso su copete con un mensaje de ¡auxilio!

Este problema le ha traído a Martínez Neri un desgaste físico, emocional y, además, un desgaste político.

Han transcurrido tres meses desde la tarde del 8 de octubre cuando cerró oficialmente sus puertas el basurero que se ubica en jurisdicción de Zaachila, después de 42 años de funcionamiento, y Martínez Neri no encuentra un terreno para un nuevo relleno sanitario.

El envío de basura a Puebla y a otras ciudades de la entidad oaxaqueña le han costado a su administración 30 millones de pesos, hasta ahora que la planta cementera de Cruz Azul en Lagunas, Oaxaca, le ha aceptado tráileres con desechos sólidos, pero que también tendrán un costo al mover camiones que necesitan de combustible y eso es dinero.

En un año y días de gobierno, Martínez Neri no ha realizado obra alguna. La ciudad se encuentra llena de baches, la inseguridad es tal que han ocurrido asesinatos en calles del Centro Histórico y a plena luz del día. Lo único bueno es que Francisco ha aceptado que la capital es insegura, no como otros que pretenden tapar el sol con un dedo.

Lo peor es que el pariente del Dr. Francisco Martínez Soriano, ese hombre de izquierda ya fallecido que cumplió con creces su momento histórico, se encuentra solo, sin el apoyo solidario del que gobierna en Palacio. También le ha dado la espalda la dirigencia estatal de Morena que no lo defiende, con declaraciones, de los ataques de sus enemigos políticos.

Ni que decir su equipo de trabajo, los propios morenistas que forman parte del Cabildo, varios de los cuales ni siquiera asisten con frecuencia a las sesiones y si están, no aportan soluciones, sólo levantan el dedo y cobran.

Lo peor es que no hay nadie que le diga al presidente que la está regando. Por ejemplo, en la Ley de Ingresos, la propuesta que elaboró el Ayuntamiento de Oaxaca de Juárez fue rechazada por la Comisión de Hacienda del Congreso local regresándole la plana para que los contadores de Neri, realicen las adecuaciones necesarias, toda vez que hay un aumento de impuestos derivado de la crisis que se ha generado por el cierre del basurero municipal de Zaachila, impuestos por encima de la inflación anual, lo que se consideró como un abuso y que afectaría la economía de los ciudadanos.

Si los diputados no lo hubieran frenado, ¿si imagina que problemas le hubieran acarreado al propio Martínez Neri el incremento de los impuestos en el municipio de Oaxaca de Juárez”.

Lo cierto es que el edil ya no sabe cómo salir de este atolladero. ¿Habrá línea para que Martínez Neri tire la toalla? Es muy probable. Lo cierto es que los habitantes de la ciudad de Oaxaca de Juárez son los que están sufriendo las consecuencias, al aguantar dos administraciones municipales seguidas, donde el progreso se ha hecho trizas y los sueños de avanzar se han estancado, como la carrera política de Martínez Neri: en la basura.