Se le apareció el diablo
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BARATARIA

Se le apareció el diablo

 


Ahora sí que se le apareció el diablo al diputado federal, Benjamín Robles Montoya. Las huestes del Partido del Trabajo ya no lo quieren como dirigente de ese organismo político en Oaxaca, y piden a la dirigencia nacional su remoción y de paso una auditoría en su contra, pues presumen malos manejos de quien ya se sentía seguro candidato a gobernador.

De lo que sí es seguro, es que Robles Montoya, apodado “El Cara Sucia”, ha hecho mucho daño a la política en Oaxaca, ha pisado dignidades y ahora, convertido en un pésimo agricultor, está cosechando lo que ha sembrado.

Robles Montoya tiene un oscuro pasado en la política donde ha lastimado a mucha gente; la igualdad y el respeto no los conoce: no existen en su vocabulario.

Oriundo de la Ciudad de México, pero según él, nacido en Matías Romero, Benjamín tuvo sus orígenes en la política en el seno del Partido Revolucionario Institucional, de donde ha brincado a diversos organismos políticos, hasta ahora en que se encuentra enquistado en el PT, que fundara Alberto Anaya.

Partido en que ha estado Benjamín, partido en que ha logrado beneficios personales, sin importar si hay que alabar al poderoso o aplastar al enemigo.

Cuentan que cuando estuvo en el gobierno de Tinoco Rubí, en Michoacán, en la última década del siglo pasado, Robles Montoya se volvió experto en espiar políticos de oposición, así como a los periodistas más críticos.

En su edición del 29 de octubre de 2018, el semanario Real Politik, definió al “Cara sucia” en su exacta dimensión:

“Benjamín Robles es traidor, ladrón y malagradecido”, sentenció en 2016 el ex gobernador de la entidad Jesús Martínez Álvarez, quien a principios de la década de 1990, acogió a Robles dentro de su equipo de trabajo en el Distrito Federal, cuando el político oaxaqueño se desempeñaba como Secretario de Gobierno y director de la extinta Ruta 100.

“No tiene autoridad moral para señalar, porque se enriqueció del gobierno que hoy critica”, añadió Martínez Álvarez, luego de que el entonces senador de la república comenzara una campaña en medios estatales y nacionales para denunciar los actos de corrupción en los que había incurrido la administración de Gabino Cué Monteagudo.

Con aquel mensaje, Martínez Álvarez hizo referencia a que, en 2002, fueron precisamente él y el propio Gabino Cué quienes lo invitaron a participar en la vida política de la entidad. Hasta aquí la cita.

Por otro lado, Robles Montoya, fue bastante criticado cuando en abril de 2021 logró la primera posición de una lista plurinominal para su esposa, Maribel Martínez, a candidata a diputada federal por Oaxaca.

Esa decisión generó enconos en el interior del Partido del Trabajo debido a que, había militantes con suficiente liderazgo y trabajo de partido para asumir ese cargo de representación popular, pero Robles Montoya los aplastó y se burló de ellos. Ahora paga las consecuencias.

Por ello, este miércoles último, un sector de petistas tronó contra Robles Montoya y en una conferencia de prensa demandaron a la dirigencia nacional su inmediata remoción. Esto también tiene que ver con la escasa relación de Robles Montoya con el nuevo gobierno estatal, cuyas relaciones están deterioradas a partir de la elección de candidato a la gubernatura, en los pasados comicios.

Por lo pronto, los “amotinados” contra Robles, lo acusan de ser incapaz de construir una relación institucional con el gobierno de Salomón Jara Cruz, así como por la opacidad en el manejo de los recursos públicos o prerrogativas, y por incumplir compromisos pactados con la militancia.

Mientras que el aun comisionado político nacional en el estado de Oaxaca, insiste que al interior del instituto político no pasa nada y acusa a un grupo de promover una división interna, en Palacio de Gobierno hay funcionarios que hacen apuestas sobre la caída o no de Robles Montoya, algo que ya preocupa al edil de Santa Lucía del Camino, pues quedaría huérfano, es decir, sin protector en un territorio de lobos hambrientos.

 

SSO, INCAPAZ

En el caso de los menores de edad que fueron mordidos por un murciélago el 1 de diciembre, pero no recibieron la vacuna antes presentar los síntomas de rabia, los Servicios de Salud de Oaxaca (SSO) no solo han mostrado incapacidad en la atención a la familia, sino también acciones indebidas que han obstaculizado el esclarecimiento de lo que tuvo que pasar la madre para lograr la atención médica.

Se sabe que personal de los SSO se han encargado de intimidar a los familiares de los menores que fueron mordidos por el murciélago, pidiéndoles que no digan nada más a los medios de comunicación porque resultaría contraproducente para los mismos.

Sin embargo, las autoridades no se esperaban que la familia acudiría con la Sección 22 del magisterio oaxaqueño ante el actuar del sistema de salud en este caso, sobre todo ante la negativa para dar el expediente clínico y el acta de defunción que los familiares solicitaron desde el deceso del primer menor de 7 años de edad.

Funcionarios de los SSO han querido culpar a la madre de no haber actuado a tiempo, pero ahora se sabe que desde el primer día ella buscó atención médica que no recibió por diversas irregularidades y omisiones.

¿A quiénes quieren proteger las autoridades de salud? Esa es la pregunta constante ante este caso donde la familia es de escasos recursos y apenas puede hablar el español, porque su lengua natal es el zapoteco.

Valdría la pena que el gobernador del Estado, Salomón Jara Cruz, haga un balance del actuar de su secretaria de Salud, Alma Lilia Velasco, que al parecer le quedó grande el cargo.