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Ciudad patrimonio

 


Oaxaca cumplió este domingo 11 de diciembre, 35 años de la Declaratoria del Centro Histórico de Oaxaca, y la Zona Arqueológica de Monte Albán, como Patrimonio Cultural de la Humanidad por La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, conocida abreviadamente como UNESCO.

Hasta el 23 de noviembre de 2022, se habían inscrito en la lista del Patrimonio Mundial, mil 154 bienes patrimoniales, entre los cuales se encuentra Oaxaca: 897 culturales, 218 naturales y 39 mixtos, en 167 Estados Parte.

Para que una ciudad sea considerada patrimonio Cultural de la Humanidad, tiene que reunir y cumplir alguno de estos requisitos:

1.- Tiene que ser una representación de la genialidad creativa del ser humano.

2.- Dar fe de un importante intercambio de valores y conocimientos humanos a lo largo de un periodo de tiempo o dentro de una región cultural del mundo, en el desarrollo de la arquitectura, tecnología, artes monumentales o el urbanismo.

3..-Aportar un testimonio único o, por lo menos, excepcional; de una tradición cultural o de una civilización existente o ya desaparecida.

4.- Ser un edificio o un paisaje que sea ejemplo de una etapa significativa de la historia humana.

5.-Ejercer de ejemplo relevante de una tradición de asentamiento humano, utilización del mar o de la tierra, que sea representativa de una o varias culturas o de la interacción humana con el entorno. Sobre todo, cuando sea vulnerable frente al impacto de cambios irreversibles.

6.-Estar directa o tangiblemente asociado con tradiciones o acontecimientos vivos, con ideas, con creencias, con trabajos artísticos y literarios de destacada significación universal. En este caso, el comité valora que cumpla, también, con algún otro criterio.

Eso sí, formar parte de este listado tiene, también, sus obligaciones. Entre ellas, preservar el monumento y/o paisaje en cuestión, promoviendo leyes que lo protejan de cualquier amenaza e informando a la UNESCO de toda actuación interna o externa que pueda dañar su valor. Por contra, también cuenta con beneficios más allá del reconocimiento internacional. Entre ellos, la ayuda en caso de cualquier riesgo e, incluso, la aportación económica para cualquier obra de preservación y/o de restauración.

 

¿Cumple Oaxaca?

Hace unos días, como ya es conocido, un grupo de indígenas triquis fueron movidos de los corredores de Palacio de Gobierno, en donde ya habían echado raíces pues no tenían un lugar donde vivir, luego de haber sido desplazados de sus lugares de origen, San Juan Copala, por sus enemigos del Movimiento Unificador de Lucha Triqui.

Al contar con medidas cautelares de la ONU, y con la protección de organismos internacionales, este grupo de personas estuvieron en el corredor de Palacio durante 12 años, convirtiendo el lugar en una plaza de pueblo.

Con el tiempo se fueron adhiriendo más organizaciones que, pretextaron violencia política en su contra, y que también como las primeras, se dedicaron a la venta de artesanías y productos diversos.

A partir de la instalación de estes puestos, el rostro de la ciudad de Oaxaca comenzó a transformarse en una ciudad con un centro andrajoso, deprimente, sucio y maloliente.

Antes, también ya lo habían hecho los profesores de la Sección 22 que, para presionar al gobierno, convertían al Zócalo y a la Alameda en zona de protesta, las cuales se prolongaban hasta medio año, para que al final el gobierno dijera sí a las demandas.

Desde el gobierno de Pedro Vásquez Colmenares, hace 35 años, más o menos, tiempo que lleva la lucha magisterial, la Plaza de Armas de Oaxaca perdió ese encanto de la provincia mexicana, pues cada que el magisterio solicitaba aumento de salario, los maestros llenaban el Zócalo y La Alameda lo que provocó que el turismo se alejara paulatinamente de la Verde Antequera.

Hoy, el Zócalo tiene una vista diferente porque, hubo por fin, un gobernador que hizo valer, porque es su obligación, una de tantas demandas ciudadanas, que es tener un Zócalo y una Alameda dignos.

Porque, a 35 años de la Declaratoria del Centro Histórico por la UNESCO, esta bella ha sufrido los embates del tiempo y la destrucción del ser humano.

Por ejemplo: hay casas antiguas que están a punto de desplomarse, las banquetas están destrozadas, el grafiti prolifera por doquier; por las calles deambulan personas discapacitadas mentales, muchas de ellas agresivas, además de ebrios consuetudinarios que han tomado los jardines como zonas “adecuadas” para echar trago y dormir la borrachera. Y sin contar el problema de la basura que a todos afecta por igual.

Sin embargo, en los desiertos también hay oasis. Así, este domingo, el ayuntamiento capitalino dio a conocer el proyecto de rescate de la Alameda de León que se prevé realizar durante seis meses y para el cual se estima una inversión de 8 millones de pesos. Ojalá y este proyecto no sea simple anuncio, al que ya nos tienen acostumbrados los políticos; y para que se concrete, deberían sumar esfuerzos los integrantes de la iniciativa privada.

Toda ciudad anhela tener una zona, un inmueble protegido por la UNESCO. Eso y una buena publicidad atraen al turismo nacional e internacional y con ello la entrada de divisas en localidades como las nuestras, que carecen de fábricas para generar empleos. Luego entonces, procuremos proteger a nuestra ciudad de Oaxaca, bien lo merece por cobijar nuestro corazón y nuestra alma.