El nuevo rostro de Oaxaca
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BARATARIA

El nuevo rostro de Oaxaca

 


Decenas de familias oaxaqueñas se dieron cita este domingo en el Zócalo de la ciudad, para ver de cerca cómo se encuentra, luego de que el pasado viernes fueron removidos los ciudadanos de la etnia triqui.

Algunos niños de 12 años no conocían los corredores de Palacio de Gobierno, pues durante ese lapso estuvo ocupado por los triquis, que lo convirtieron en un mercado, en donde no sólo vendían artesanías, si no se cree, que hasta droga.

Este domingo, en medio de un clima frío, diversas organizaciones, de manera solidaria, acudieron a dar su tequio. Ese tequio consistió en limpiar con agua y jabón los pisos de cantera verde, las cuales habían perdido su color pues sobre ellas se mantenían las capas de grasa y carbón.

La mayoría de ciudadanos han opinado de manera favorable, que el nuevo gobierno haya ordenado este desalojo, pero que ojalá así sea en lo subsecuente, con todo tipo de organizaciones que llegue a manifestarse en el corazón de la ciudad.

La vara con que se mide debe ser pareja. Maestros, organizaciones sociales, normalistas, comunidades campesinas deben recibir el mismo trato: no permitir que se instalen en el lugar. Que se manifiesten sí, que les mienten la madre a los funcionarios, incluyendo al gobernador sí. Que protesten contra El Peje o contra los fifís sí, pero que se planten de manera definitiva, por favor, no.

Las plazas, en todo el mundo, son punto de reunión para manifestarse o para expresar la alegría por algún triunfo, ya sea político o deportivo.

Son las plazas los centros para hacer valer la democracia, pero no zonas para acampar, cocinar o volverlas mercado.

En nuestro caso, el Zócalo es el rostro de la ciudad de Oaxaca, es el punto donde confluyen los ciudadanos: ¿Dónde nos vemos? En el Zócalo. ¡Vamos a pasear al Zócalo! Te veo en el Zócalo…Son frases coloquiales, de nuestra gente. Pero en Oaxaca esto dejó de oírse desde hace 12 años cuando el Zócalo se convirtió en un muladar, en comercio, en un chiquero. Dábamos la imagen de un pueblo ramplón, con un Zócalo con olor a miados y excremento. ¿Eso en que se traducía? En una ciudad sucia, pero todo, sin gobierno.

¿Cuántos años estuvo cerrado al pueblo el Palacio de Gobierno? Ahora que está despejado, se ven los ventanales sin pintar, los cristales sucios, las paredes ahumadas. Un descuido total.

Ayer, la gente que visitó el Zócalo hasta se puso a bailar al compás de la banda de Música del Estado. El frío fue lo de menos. La gente bailó de ver un espacio diferente: sin olores, ni casas de campaña echo girones. Un buen arranque de gobierno, sólo deseamos que sea permanente.

La verdad es que al gobernador no hay que agradecerle nada. Es su trabajo: establecer la ley y el orden por encima de todo.

Otros gobernadores no lo hicieron o no lo pudieron hacer por falta de voluntad política. De paso mostraron su incapacidad para gobernar.

Otro de los temas que debe llevar a cabo el nuevo gobierno, es abrir la casa del pueblo al pueblo. Las nuevas generaciones deben conocer cómo es por dentro el Palacio de Gobierno, cómo es donde despacha el gobernador. Un ciudadano debe sentir con orgullo lo que es parte de su patrimonio.

Hubo un gobernador que lo convirtió en museo sin tomarle parecer a nadie. Pero bueno, nunca tuvo un ápice de inteligencia, si la idea para robar los dineros del pueblo. De su nombre ni acordarse.

El Palacio de Gobierno debe cobrar vida; que no parezca un cuartel de la policía, sino una casa donde se toman decisiones inteligentes para gobernar a una entidad deseosa de salir adelante.

Vaya pues una sincera felicitación al pueblo de Oaxaca cuya ciudad ya tiene un rostro nuevo, rostro que perdió, por la incapacidad de sus gobernantes, uno de los cuales pretende gobernar este país. ¡Rejijos!

 

¿ELECCIÓN IRREGULAR?

Apenas la semana pasada la Sección 22 de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) eligió a su nueva dirigente sindical, Yenny Aracely Pérez Martínez, provocando que el mandatario estatal, Salomón Jara Cruz, decidiera emitir un posicionamiento celebrando la elección de los trabajadores, “basados en sus usos y costumbres”.

Sin embargo, lo que se ha dicho poco, es que la nueva dirigencia de la Sección 22 se llevó a cabo sin el consentimiento del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), que es el único facultado para emitir la convocatoria y reconocer la legitimidad de la elección, lo cual hasta el momento no ha hecho.

A casi seis años de mantenerse en el cargo Eloy López, además de las diferencias que ya eran notorias entre los grupos del magisterio, la Sección 22 decidió no esperar más a que el SNTE emitiera la convocatoria para poder llevar a cabo su elección, ni mucho menos seguir el nuevo reglamento para llevarla a cabo.

Por eso es que una vez que eligieron a su nueva dirigencia, de manera irregular, la Sección 22 exige ahora que se emita la convocatoria de elección y se reconozca a la nueva lideresa, quien ya encabezó su primera marcha el 1 de diciembre.

A partir de este año, todos los sindicatos de Oaxaca que renovaron su dirigencia tuvieron que hacerlo bajo las nuevas reglas de la reforma laboral, pero la Sección 22 acordó no hacerlo por considerar que atentaba contra el movimiento.

Por ello, rechazó el voto libre, secreto y directo, para continuar con sus “usos y costumbres”, pese a no contar con la convocatoria correspondiente del SNTE, el cual hasta el momento no se ha pronunciado por una elección que varios sectores de la sociedad ya han dado como válida.