Cuotas en salud, sentencias de muerte
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BARATARIA

Cuotas en salud, sentencias de muerte

 


Quienes tienen necesidad de contratar el seguro voluntario para ser atendidos por el Instituto Mexicano del Seguro Social se han visto víctimas de una escalada deshumanizada de aumentos en las cuotas que pagan; aceleradas durante el presente gobierno a cambio de cada vez más malos servicios, desabasto de medicinas y pésima atención que, en muchos casos, han empujado a derechohabientes a abandonar los tratamientos y arrojados a las puertas de consultorios anexos a farmacias.

“No somos iguales, durante los gobiernos neoliberales se apostó a privatizar la salud”, indica en el mensaje previo al IV Informe de Gobierno, Andrés Manuel López Obrador; “ahora que ya pasó la pandemia, afortunadamente (sic) estamos dedicados a levantar el sistema de salud pública”, abunda el tabasqueño quien tiene de pie junto a él al director del IMSS, Zoé Robledo.

“Atención médica y medicamentos gratuitos. La salud no es un privilegio, es un derecho de nuestro pueblo”, indica en un discurso de 23 segundos difundido hasta el cansancio a lo largo del día.

Un oaxaqueño nos hace llegar las tarifas vigentes para ser atendido en el IMSS este año para quien no cuenta con la fortuna de tener un trabajo, o labora sin seguridad social. Este oaxaqueño nos indica que debió trasladar a un familiar a la ciudad de México para que el Seguro Social le brinde el servicio de hemodiálisis tres veces a la semana, dado que en Oaxaca la puerta era muy estrecha para ser aceptado y, en la medicina privada, el costo del servicio es prohibitivo, tres mil pesos o más por sesión, 9 mil en una semana, 27 mil en un mes; gasto que ninguna familia puede solventar.

La privatización de los servicios del IMSS está llegando por la puerta de atrás. De acuerdo con el tarifario oficial que posee esta columna, el costo anual del servicio para un joven hasta los 19 años es de 6 mil 850 pesos anuales; para quien tiene entre 40 y 49 años, asegurarse cuesta 10 mil 600 pesos; el siguiente segmento, de 50 a 59 años es de 11 mil y si queremos el servicio para algún familiar de 80 años o más se deberá desembolsar 16 mil 450 pesos en una sola exhibición y de forma anual.

Claro, podrán decir los oficiosos funcionarios del IMSS: a mayor edad, mayores requerimientos del sistema de salud, mayor riesgo de padecer enfermedades y más constante el uso de los servicios. Como si estos fueran de primer mundo.

Hace 10 años, por ejemplo, en plena época de gobiernos neoliberales (lo cual no quiere decir que se hubiera estado mejor) se llegaba a pagar no más de 3 mil pesos para el rango de 40 a 49 años, en una década el costo se ha triplicado, pero quien tenía 40 años, ahora entra en el rubro superior, con encarecimiento de la “cuota”.

Nuestra lectora-lector nos menciona que el año pasado cubrió una onerosa tarifa de 9 mil 950 pesos para una persona de entre 50 y 59 años. Hoy pagó 11 mil pesos por mantener el servicio. Mil 50 pesos más o 10.5% más en solo un año. A principios de este gobierno esa tarifa rondaba por los 6 mil pesos, ahora se pagaron más de 20 mil pesos en dos años.

¿Hay un esquema para grupos menos desfavorecidos? No lo sabemos. Lo real es que, si existiera y fuera necesario realizar un trámite, este sería muy tardado y la hemodiálisis no puede esperar las semanas o los meses que requiere la burocracia sanitaria.

Esas “cuotas” son prohibitivas y deshumanizadas. En Oaxaca, el gobierno de la República cuenta con el mayor porcentaje de apoyo en el país. Muchos de quienes hoy se están estrujando los dedos para pagar los servicios de salud con gusto asistirían a un evento presidencial o por alguna de las corcholatas morenistas.

A pesar de los matraqueros o aplaudidores, el servicio de salud en el país no ha mejorado, ni siquiera se ha mantenido a nivel de los “aberrantes” gobiernos neoliberales. Hoy, para tener atención médica una persona de 50 a 59 años de edad, a salario mínimo de 172 pesos 87 centavos mensuales deberá trabajar 63 días, dos meses y tres días, para destinar todos sus recursos en cubrir la cuota, y sobrevivir.

Otro dato, en el estado de Oaxaca 215 mil personas de los 828 mil asalariados, el 26% gana menos de 2 salarios mínimos y 238 mil laboran sin pago. Del total de 1 millón 800 mil ocupados, el 80% trabaja en la informalidad, de acuerdo a los propios datos de la Secretaría del Trabajo e Inegi, o sea, carecen de seguridad social, prestaciones y contrato laboral, de ahí vemos la magnitud del problema que los oaxaqueños enfrentan.

Esas cuotas prohibitivas cierran la puerta a recibir o “esperar” atención médica. ¿Cuántos recursos se están distribuyendo a los “ninis”, cuánto a los barriles sin fondo y rampantes en corrupción de Dos Bocas, el Corredor Transístmico o el Tren Maya?

Hace días, en entrevista con EL IMPARCIAL, Elena García de la Organización Con Causa, en favor de los niños con cáncer, indicó que la falta de recursos era uno de los principales motivos por los cuales los niños abandonaban los tratamientos contra el cáncer y a muchos de sus familiares no se les volvía a ver.

Quizá veamos aplazar o abandonar tratamientos por diversas enfermedades a falta de recursos para el Seguro Voluntario para algunos hipertensos, diabéticos o con problemas renales, que requieren hemodiálisis o diálisis de forma diaria.

No exageramos, con estas “cuotas” el gobierno federal, sin duda, está firmando la sentencia de muerte para muchos.