Educación, lo políticamente incorrecto
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BARATARIA

Educación, lo políticamente incorrecto

 


Mal empieza la semana para el que ahorcan el lunes, dice el refrán popular. La puesta en marcha del ciclo escolar 2022-2023 es muestra de hacer lo “políticamente incorrecto” para el gobierno del estado y las autoridades educativas ante la ausencia del titular del Ejecutivo.

Ayer parecía una buena decisión iniciar clases, de manera oficial, en San Andrés Huayapam, una pintoresca y tranquila comunidad situada al norte de la ciudad.

Luego de dos años de pandemia y de suspensión de actividades es importante emitir el recado sobre lo fundamental que es la educación y echar toda la carne al asador para, literalmente, recuperar el tiempo perdido.

En un estado como Oaxaca donde la educación debe ser instrumento, palanca de desarrollo y de movilidad social, al inicio de clases debería dotarse de un gran peso de trascendencia social, los diarios, como EL IMPARCIAL, así lo juzgaron. Pero desde el gobierno del estado se envió otro mensaje.

Nada de nubarrones en el horizonte. Parecía controlado ese eterno amago de protesta por parte del magisterio oaxaqueño que, en automático y como deporte, cada año amenazaba con amargar el reinicio de las clases presenciales, pero parecía que todo estaba “planchado” para que eso no sucediera luego que la Sección 22 “adelantara” su calendario el jueves pasado en un plantel educativo de los Mixes.

El ciclo 2020-2021 Alejandro Murat lo abrió de manera “híbrida” en la escuela primaria Benito Juárez, del centro de la ciudad y, horas después, en el emblemático Instituto Luis Sarmiento.

Este año el IEEPO carece de una dirección visible; desde noviembre de 2021 no hay director tras la renuncia de Francisco Villarreal, fallido aspirante a la gubernatura; a cambio, tiene apenas un encargado de despacho en la persona de José Luis Rangel, fue él quien abrió el ciclo en representación de Murat Hinojosa en la Escuela Telesecundaria “Nabor Vásquez Pacheco”, de San Andrés Huayapam.

El primer año de gobierno Murat, en una jugada de tres bandas, dio el banderazo del ciclo escolar 2016-2017, sin la posibilidad de un boicot o protestas a la hora del evento oficial, en Santa María del Tule, gracias a la estrategia de provocar la confusión y el extravió de la Sección 22.

Tras echar la casa por la ventana con los Lunes del Cerro, la apertura del Centro Gastronómico, la “intención” de abrir, aunque sea en tramos, la autopista a la Costa, presentarse en eventos deportivos o en desfiles de modas, se daba por hecho apoteósico inicio del nuevo ciclo escolar, máxime los dos años de inactividad. Pero no fue así.

No hubo mensaje y, si se emitió, fue el incorrecto:

La educación para Oaxaca ¿importa o no?

 

¿Quién limpiará los playones del Atoyac?

Al parecer, los sindicatos violentos que operan en la Zona Metropolitana de Oaxaca (ZMO) son los que gobiernan a su antojo en la ciudad capital y la zona conurbada.

Luego del cierre del basurero de la agencia Vicente Guerrero en Zaachila, los recolectores particulares de basura adheridos al Sindicato CATEM se manifestaron en el Palacio Municipal del ayuntamiento capitalino, donde descargaron una gran cantidad de desechos que contaminó hasta las gradas de la Plaza de la Danza.

Nadie, ni los elementos de la Policía Municipal les hicieron frente, incluso los uniformados prefirieron retirarse para permitir que los recolectores y transportistas hicieran lo que quisieran.

Después de su manifestación, la autoridad municipal encabezada por el maestro Francisco Martínez Neri, los consintió para permitirles descargar sus unidades en el cuartel de la Policía Municipal que se ubica en la zona sur de la ciudad.

Por este motivo, la Procuraduría Ambiental advirtió sanciones a la autoridad municipal y le dio un ultimátum para retirar la basura depositada en el cuartel.

Acostumbrados en hacer lo que se les viene en gana, los recolectores particulares de la CATEM, nuevamente desafiaron a la autoridad y desde hace varias semanas utilizan el playón del Río Atoyac como un enorme basurero a cielo abierto.

Todos los días, los camiones recolectores que recorren las colonias y agencias de los municipios conurbados arrojan sus desechos en el playón y se burlan de las autoridades municipales, estatales y ambientales.

Mientras esto ocurre, todos se echan la bolita, los funcionarios de la Procuraduría Ambiental del Estado de Oaxaca señalan que le corresponde a la Profepa sancionar, y la autoridad federal asegura que la responsabilidad es de los gobiernos municipal y estatal.

Nadie se atreve a aplicar la ley y los integrantes de la CATEM, considerados como uno de los sindicatos más violentos de Oaxaca, siguen aplicando su propia ley y desafiando a las autoridades municipales y ambientales que solo sirven, como diría el clásico, “de floreros”.

 

Paz social sobre protestas

Oaxaca sin operadores políticos. O al menos eso señalan los datos. En lo que va del sexenio, 6 mil 163 protestas, más de tres a día. Y la dependencia encargada de desactivarlas, la Secretaría General de Gobierno, da cuenta de incapacidad. Le han retenido funcionarios, secuestrado negociadores, obligada a negociar con membretes político y afrontar requerimientos, principalmente de dinero, un día si y el otro también. Nada, nada bueno dejará Francisco Javier García López, Paco Piza, cuyo “trabajo” poco tiene de diferencia del realizado por Héctor Anuar Mafud o Alejandro Avilés, sus predecesores.