Silencio cómplice

Silencio del secretario de la Contraloría y Transparencia Gubernamental, José Ángel Díaz Navarro, mutis de Jorge Emilio Iruegas, fiscal anticorrupción del estado ante el cambio de medidas cautelares en favor de Germán Tenorio Vasconcelos que, tras 5 años a la sombra, le permite seguir en libertad el proceso por la acusación de probable desvío de recursos por alrededor de 100 millones de pesos. Pero Tenorio no fue el único y los Servicios de Salud de Oaxaca la única instancia saqueada durante el (des)gobierno de Gabino Cué Monteagudo.

Pendiente queda, aún, el seguimiento al hilo conductor del uso del dinero, presuntamente hasta por 30 mil millones de pesos en los que estarían implicados, además de Tenorio desde los Servicios de Salud de Oaxaca, Enrique Arnaud Viñas y Gerardo Cajiga Estrada, exsecretarios de Finanzas, además de Carlos Moreno Alcántara, exsecretario de Vialidad y Transporte (Sevitra).

En medio de todo ello, sobre todo relacionado con el caso de los Servicios de Salud de Oaxaca, está el asesinato de Rafael Pérez Gavilán Escalante, subdirector de Administración y Finanzas de los Servicios de Salud de Oaxaca, quien amenazó con convocar a una conferencia de prensa y denunciar el saqueo, con pelos y señales, ante los medios de comunicación, pero fue asesinado el 6 de marzo de 2015, luego de haber sido cesado por presuntos malos manejos el 19 de febrero.

El 31 de enero de 2018 también fue callado el exdirector de Atención Ciudadana en los Servicios de Salud de Oaxaca (SSO), Luis José Larumbe. Nadie de los indiciados del gobierno gabinista está en la cárcel, a pesar del gran quebranto ocasionado.

Desde entonces se fraguó el saqueo en los SSO, el no reportar ni entregar recursos fiscales y desviarlos para pagar una nómina sin sustento de recursos federales, no entregar lo recaudado entre trabajadores a terceros institucionales. Esa nómina engordada con nombres de familiares, amigos, amantes de líderes sindicales, de diputados y ex diputados, de organizaciones sociales como el MULT, Antorcha Campesina que, sin presunta razón alguna, salieron a gritar a las calles cuando se dio una primera depuración del listado.

Ese mecanismo fue heredado a la administración siguiente y sobre ella se montaron Celestino Alonso Álvarez pero, sobre todo, se beneficiaron Donato Casas Escamilla y Juan Carlos Márquez Heine echando mano de esa corrupción heredada y de la cual sacaron provecho.

Nada del proceso penal contra Gerardo Cajiga, exsecretario de Finanzas, ese oscuro personaje que, de acuerdo con información periodística de Juan Carlos Zavala, fue nombrado directivo en el Grupo Financiero Interacciones, la principal institución financiera privada con la que Gabino Cué contrató la mayor deuda pública.

Interacciones es propiedad de Carlos Hank González, nieto del fundador del Grupo Atlacomulco. Cajiga Estrada fue nombrado Director General Adjunto en Grupo Financiero Interacciones, en el año 2014. Un año después (año 2015), el gobierno de Gabino Cué contrajo una deuda superior a los 3 mil 950 millones de pesos con Interacciones y con Banorte de 800 millones de pesos, según información de la Auditoría Superior del Estado (ASE).

Y de ello, nada.

Monta deudas acosa a oaxaqueños

Con el regreso a clases y en plena crisis por el aumento de los productos de la canasta básica, habitantes de las colonias populares de la zona conurbada a la ciudad de Oaxaca están siendo visitados por los grupos conocidos como “Montadeudas”.

En años anteriores solamente se escuchaba hablar de los famosos colombianos que aplican el método de “gota a gota”, con sus préstamos exprés, pero con altos intereses que se vuelven imparables para algunas familias.

Tal parece que este negocio que nació en Colombia, ahora ya se asentó en las colonias populares de los municipios conurbados como Santa Cruz Xoxocotlán, donde ciudadanos han denunciado que los integrantes de las organizaciones que se hacen pasar como Frentes Populares o bien sindicatos de transportación operan de la misma manera.

Prestan a diestra y siniestra recursos que van desde los mil hasta los 200 mil pesos, sin aval y sin enganche, pero jamás explican los intereses a cobrar o bien cuando las víctimas aceptan les indican que los cobros e intereses se cobrarán de manera cotidiana.

Quienes piden 2 mil pesos terminan pagando hasta 5 mil, a los que se arriesgan hasta con 10,20 o 50 le cobran hasta el triple, y cuando se retrasan en sus deudas envían a grupos violentos, ya sean taxistas o mototaxistas, a cobrar a la mala.

Las y los denunciantes sellan que han llegado hasta destrozar vehículos, hogares o lo que se encuentren en su camino, por ello es importante no aceptar estos créditos que parecen dinero fácil, pero a un corto tiempo representan un verdadero calvario.

A nivel nacional las autoridades han identificado hasta aplicaciones y empresas formales como bancos y cajas de ahorro que operan con las mismas características, por eso es importante que antes de tomar algún préstamo, se analice la capacidad de pago y lo más importante los intereses más bajos.