Aborto, elecciones e igualdad
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Aborto, elecciones e igualdad

 


Esta semana México ha dado notas de relevancia internacional. En esta ocasión, a diferencia del lugar común –catástrofes, tragedias o asuntos de seguridad–, las notas se centraron en dos asuntos que proponen el avance de la agenda de igualdad en el país.

Por una parte, la determinación de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) sobre la inconstitucionalidad del delito de aborto en el Código Penal Federal, que fue noticia de primera plana de la sección internacional de diarios alrededor del globo.

De manera unánime, las y los ministros integrantes de la Primera Sala concedieron el amparo a la organización Grupo de Información en Reproducción Elegida (GIRE), en el que se determinó que la permanencia los artículos 330 al 334 del Código Penal Federal violentaba el derecho de las mujeres y personas gestantes a decidir sobre sus cuerpos y proyectos de vida.

Se trataban de artículos que, cabe destacar, se mantenían intocados desde 1931 y que aún mantenían calificativos moralistas sobre las vidas de las mujeres como “que no tenga mala fama”, “que haya logrado ocultar su embarazo”, y “que éste sea fruto de una unión ilegítima”. Fórmulas que a pesar de encontrarse completamente desfasadas del avance de los derechos humanos aún siguen vigentes en la legislación como mecanismos de control de los cuerpos gestantes.

La Primera Sala de la SCJN determinó que los efectos de la declaración de inconstitucionalidad serán que el Congreso de la Unión derogue las normas contenidas en el Código Penal Federal que criminalizan el aborto voluntario antes de que finalice el periodo ordinario de sesiones, lo que implicará la reacción rápida de las y los diputados y senadores, siempre que –claro– exista voluntad política para ello.

Por otro lado, la definición de las candidaturas presidenciales de Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez también fue retomada por la prensa internacional como nota destacada. Hace solo pocos meses, aún las casas encuestadoras y los sondeos de opinión pública preguntaban a sus encuestados “Si México estaba preparado para una mujer presidenta” obteniendo invariablemente mayorías por el no.      

Pues para sorpresa de todas y todos parece que no solo el oficialismo y su base prefirió a una mujer para liderar el movimiento, sino también la oposición, después de una descarnada lucha entre las caras más visibles de los partidos que la componen, también abandonaron los viejos liderazgos y optaron por apoyar a una abanderada que ha sido incómoda en el gobierno de Fox y en su propio partido. Lo más probable es que en nuestro país se elija por primera vez una mujer presidenta en 2024.

Estas dos noticias, aunque representan grandes logros, se contrastan con la realidad tangible de las mexicanas. Mientras que el aborto ha sido despenalizado en el Código Penal Federal y con ello se ha eliminado una gran barrera para que las instituciones de salud públicas provean este derecho a lo largo y ancho del país, en la práctica faltan muchos pasos para que sea tangible el acceso a este derecho para las mujeres y personas gestantes. Además de ello, recordemos que faltan 20 códigos penales estatales en ser reformados que aún contemplan al aborto como un delito, lo que sigue poniendo en riesgo la vida de las mujeres.

Asimismo, que aunque contemos con mujeres al frente de las coaliciones que se disputan la silla presidencial para el periodo 2024-2030, ello no implica que exista una agenda de igualdad sustantiva dentro de sus propuestas de gobierno, aunque sí genera esperanza de que quizá con su liderazgo se pueda, poco a poco, incidir en las viejas prácticas de la política que están marcadas por el machismo, la sumisión y el paternalismo. 

Y todo esto en medio de un preocupante avance de los sectores de ultraderecha que quieren hacer mella en los avances sociales que se han alcanzado. Hay que recordar que no hay nada inamovible y que la lucha por la igualdad es una que debe de emprenderse sin tregua, aunque a veces los logros no ocupen los titulares ni de la prensa local.

Aunque con sus matices, buenas noticias después de todo. Sigámonos moviendo en la dirección correcta.

 

@GalateaSwanson