Elección de coordinadoras. Las aspiraciones ciudadanas
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Opinión

Elección de coordinadoras. Las aspiraciones ciudadanas

 


 

Un proceso electoral complejo e interesante en cuanto a la evolución que han tenido los procedimientos simulados como internos de selección de coordinadores de cada una de las dos tendencias principales en la lucha por alcanzar la presidencia de la República y lograr un Congreso de la Unión conformado con senadores y diputados que respondan al mandato que le da el sufragio ciudadano, como elemento que equilibre, tanto la vida institucional de la República y su Gobierno y no al servicio del Poder Ejecutivo.

Las posiciones de ambas coaliciones son en gran parte contrapuestas. La visión de Morena y sus aliados identificados o fundidos en una sola figura, la del presidente López Obrador y en contra la inesperada y fortalecida composición de partidos y sociedad civil que integran el Frente Amplio que transita en una etapa de plena identificación con un objetivo común, vencer a la corcholata o dedazo.

Concluye con los pronósticos hechas realidad, del presidente López Obrador en cuanto que Xóchilt Gálvez sería elegida como coordinadora mediante la reciente afirmación mañanera de “se los dije”; y el de Xóchilt Gálvez de que la Coordinara designada por el presidente para Morena era Claudia Sheinbaum, como lo había vaticinado. Ambos personajes afirman que ganaron la apuesta hecha anticipadamente sobre este asunto pues Claudia Sheinbaum tiene asegurado desde antes del inicio de esta etapa que sería la coordinadora de Morena.

Las dos coordinadoras son ya las futuras candidatas una de Morena y la otra del Frente Amplio a la Presidencia de la República. Se advierte que se les da esa denominación para eludir las prohibiciones constitucionales y legales que prohíben hacer campaña proselitista para el cargo en disputa, la presidencia de la República Mexicana, ficción en la una mayoría de pensantes no cree. Siendo un elemento común a ninguna las tendencias le conviene combatir el procedimiento que está por concluir el próximo miércoles anunciado como el día en que Morena hará la declaratoria de su coordinadora,

Las secuelas de  este etapa, semejante a la que los partidos denominan interno de selección de candidatos, lo han superado, salvo Movimiento Ciudadano que encabeza Dante Delgado al que le queda la posibilidad de abrir un procedimiento interno para elegir dentro de los aspirantes visibles el Gobernador de Nuevo León y el hijo de Donaldo Colosio y algún otro u otra en búsqueda de opciones de  corrientes diversas, lo cual no es novedoso, ya ocurrió con Ricardo Monreal y la Gubernatura de Zacatecas.

Los procedimientos de Morena y del Frente amplio para elegir coordinadoras en este caso, pueden ser objetados en lo interno como en aspectos externos. La primera situación puede darse cuando alguna aspirante o aspirante considere que las encuestas fueron amañadas o el voto y campaña de su parte contraria dentro de Morena uso recursos públicos, como lo ha denunciado Ebrad. La externa se posibilita en cuanto a que los aspirantes de ambas tendencias denuncien que se realizaron actos de promoción del sufragio para el cargo de presidente, vicio que puede lograr trascender y convertirse en una controversia electoral.

Sin embargo, fuera de estas suposiciones lo relevante de esta experiencia es que ha hecho posible coincidir en un elemento común a las grandes diferencias ya no ideológicas sino de intereses de los partidos políticos como el PRI Revolucionario, el Pan Tradicional, el esqueleto de izquierda del PRDy la Sociedad Civil que recuerda al pacto por México de Peña Nieto. Hoy la bandera que formalmente los distingue y une, es recuperar la vida Institucional de México; la seguridad pública, el sistema de Salud, la Educación, el ejercicio honesto y transparente de los recursos públicos, el combate a la criminalidad.

Se adiciona la necesidad de buscar fórmulas que unan al pueblo de México, no que los divida con el sustento de las diferencias económicas de los segmentos sociales que solo impulsan el rencor y la criminalidad. La Constitución solo habla de habitantes y ciudadanos mexicanos con derechos propios, no hay fifis, conservadores, delincuentes o preocupados por los pobres. La constitución establece quienes gozan de los derechos humanos y para participar en la vida pública del país; los denomina habitantes y ciudadanos, no hay otro catalogo para referirse a los integrantes del pueblo y población de México.

Como ingrediente necesario para alcanzar un grado mayor del estado democrático de derecho en nuestro país y allegarse de políticas y acciones públicas en beneficio del pueblo se requiere recuperar el equilibrio del ejercicio del poder y de los recursos públicos, fundamentalmente en la integración de un Congreso en que los representantes del Pueblo, los diputados y de los Estados, los senadores, cumplan con ese cometido constitucional, responder a quienes los eligen, sin distinción.

El uso inadecuado de la calificación de categorías de los habitantes y ciudadanos de México, fuera del contexto constitucional y convencional de los derechos humanos atenta contra la igualdad y no discriminación y la dignidad humana. Utilizar la pobreza como eslogan político sin contenido para fomentar la división como utensilio de distracción para conservar y concentrar el poder en una sola persona y encubrir actos de manejo obscuro de los recursos públicos es una agresión a los derechos propios y adquiridos de los habitantes y ciudadanos de México.

Estimo que en esos puntos debe concentrarse y meditarse la orientación del voto para elegir candidatos en el próximo proceso electoral.

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