TRANSPARENCIAS: El Buen Fin y la tripledemia: mesura y prudencia
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TRANSPARENCIAS: El Buen Fin y la tripledemia: mesura y prudencia

 


Bricia Yolanda Aragón Valdivia

 

I

Desde el viernes pasado dio inicio en nuestro país el Buen Fin y finalizará hasta el lunes 21 de noviembre; en estos días, cientos de tiendas ofrecen sus productos y servicios con promociones como descuentos, ofertas y la posibilidad de pagar a meses sin intereses.

De forma inmediata se siente en nuestra ciudad el incremento del tránsito vehicular, supongo que en otras ciudades también ocurre igual, ya que las personas desean “aprovechar” las diferentes ofertas para adquirir productos, sin embargo, es muy importante que antes de realizar cualquier compra, por tentadora que resulte la oferta o el descuento, revisemos el estado de nuestra situación financiera para evitar dolores de cabeza y pesadillas posteriores para el bolsillo.

Mucha gente piensa que no es bueno tener deudas, ya sea en tarjetas de crédito o en algún préstamo bancario o de nómina. Sin embargo, esta es una buena herramienta para capitalizarse y cumplir con algún proyecto que se tenga en mente sin tener problemas de liquidez en el corto plazo.

Antes de contratar una deuda o hacer compra a meses sin intereses, sería bueno tener en mente dos cosas: Adquirir algo que realmente necesitemos y que sea un compromiso al que podamos hacer frente durante el tiempo que vayamos a estar pagando.

Los especialistas recomiendan que, si estamos pensando aprovechar las ofertas y promociones del Buen Fin, no debemos olvidar que los pagos mensuales no deben ser mayores a 30% de nuestro ingreso mensual total. Asimismo, si ya estamos pagando otras deudas o estamos en proceso del saldar un crédito, deberemos incluirlo en ese 30% de nuestro presupuesto, para evitar caer en una deuda impagable o tener problemas para cumplir con las mensualidades.

Siempre será muy importante pues que nos manejemos con mesura a la hora de adquirir deuda, sobre todo en estos tiempos en que algunos aspectos económicos están deprimidos, como los sueldos y la generación de empleos porque este 2023, que cada vez está más cercano, al parecer no será fácil transitarlo en el tema económico.

II

Cuando todo hacía suponer que finalmente podíamos respirar aliviados y dejar atrás la crisis sanitaria que generó la pandemia de Covid-19, una nueva ola de virus respiratorios está volviendo a colmar las unidades pediátricas de hospitales en algunos países. Se trata de un fenómeno muchísimo menos grave que el de la pandemia de coronavirus, que entre diciembre de 2019 y este año causó al menos 6.5 millones de muertes en todo el mundo.

Hoy la mayoría de infectados padece síntomas leves, que no requieren ingreso hospitalario. Sin embargo, la confluencia de gérmenes está generando lo que algunos han apodado una “tripledemia”: tres epidemias que coexisten y que han vuelto a colmar hospitales en varias partes del continente americano, en especial de niños.

Según los últimos datos epidemiológicos de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), los países más afectados en la región son Estados Unidos, en el hemisferio norte, y las naciones más australes del hemisferio sur (Argentina, Chile, Uruguay y el sur de Brasil).

En estos países se están combinando tres enfermedades respiratorias; me explico: por un lado, continúa el covid-19, con nuevas variantes que son mucho menos letales que las originales, pero mucho más contagiosas. Pero el SARS-CoV-2 ya no es el virus predominante. Ese lugar lo ocupa la influenza A, con dos variantes diferentes que provocan la llamada gripe porcina (la que generó su propia pandemia en 2009-2010).

El “combo triple” se completa con el virus respiratorio sincitial (VRS), una de las infecciones más comunes en bebés, que causa bronquiolitis y neumonía. Los tres virus tienen síntomas parecidos: fiebre, congestión, tos, dolor de cabeza y de garganta.

Para la mayoría de las personas representan no más que una molestia: algunos días de reposo y medicación para tratar los síntomas, si es necesario. Pero para quienes tienen sistemas inmunológicos más vulnerables -como los bebés, las personas mayores o quienes tienen factores de riesgo- pueden ser peligrosos.

Y, cuando atacan todos a la misma vez, pueden llevar a los sistemas de salud al borde del colapso y generar un problema de ausentismo laboral y escolar por la cantidad de personas enfermas al mismo tiempo.

Los expertos en salud creen que se trata de un fenómeno pospandémico, generado por una serie de factores. El principal es que el coronavirus ocupó un espacio muy importante -lo que los médicos llaman nicho epidemiológico- durante los dos años previos, y en 2020 y 2021 fue prácticamente el único virus que circulaba. Cuando bajó la circulación, gracias a las vacunas, todos los virus que habitualmente están durante todo el año explotaron en forma exponencial.

Un segundo factor pospandémico que, se cree, contribuyó a que estos virus se esparzan fue la baja inmunidad de la población, en especial de los niños, que gracias a las medidas de distanciamiento social no tuvieron la exposición habitual a patógenos que les permite ir generando defensas.

Las cuarentenas contra el coronavirus, que en su momento aplicaron la mayoría de los países para frenar el avance del Covid-19, parecen haber generado un segundo efecto que hoy perjudica principalmente a los más pequeños, ya que muchos bebés que nacieron justo antes o durante la pandemia no estuvieron expuestos a virus como el VRS, que es tan frecuente que la mayoría de los niños ya se han infectado cuando rondan los 2 años de edad.

Hoy por hoy, la amenaza a la salud persiste, y esto nos indica que aún no termina el tema de cuidarnos, de ser prudentes también en las salidas, pues la temporada de vacaciones decembrinas que se acerca viene con viajes, reuniones en sitios cerrados y reinfecciones; así que no bajemos la guardia, sigamos cuidándonos.