Nueva política exterior
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Opinión

Nueva política exterior

 


A lo largo de la historia, la política exterior mexicana le ha generado respeto a nuestro país. Benito Juárez instituyó los principios de No intervención y el respeto a la libertad de los pueblos y a los derechos de las naciones, los cuales fueron refrendados en la doctrina Estrada, la cual estableció nuestra postura política respecto al reconocimiento de una nación, mediante la cual, México sólo se limita a mantener o retirar a sus representantes diplomáticos en cualquier otro país.

En la segunda mitad del siglo XX, México afianzó su prestigio, durante el gobierno del presidente Díaz Ordaz, nuestro país mantuvo su reconocimiento diplomático a Cuba, aún frente a los embates del conflicto Cuba-Estados Unidos, el presidente Echeverría rompió relaciones con Chile como respuesta al gobierno de Augusto Pinochet, pero fue López Portillo quien dio un viraje a la política exterior, ya que respaldó las acciones del movimiento sandinista y las de la guerrilla salvadoreña en Nicaragua y El Salvador respectivamente. Carlos Salinas de Gortari le imprimió un sello económico a la agenda diplomática y logró la firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte entre Canadá, Estados Unidos y México.

Hasta esos gobiernos, se había respetado en mayor medida lo que nuestra constitución política establece como principios prevalecientes ante el derecho internacional; la autodeterminación de los pueblos, la no intervención, la solución pacífica de controversias, la proscripción de la amenaza o el uso de la fuerza en las relaciones internacionales, la igualdad jurídica de los Estados, la cooperación internacional para el desarrollo, así como el respeto, la protección y promoción de los derechos humanos, y la lucha por la paz y la seguridad internacionales. Pero los dos últimos preceptos enlistados son los que han hecho que, en la actualidad, México no se sustraiga de los acontecimientos internacionales. Vicente Fox fue quien cambió las reglas de la política exterior mexicana, se distanció de Cuba, al solicitarle a Fidel Castro, en el marco de la Cumbre de Monterrey 2002, que al terminar de comer se retirara del país con tal de que no hubiese un encuentro con el entonces presidente norteamericano George W. Bush y posteriormente suscribió los acuerdos de la Alianza para la Seguridad y Prosperidad de América del Norte, mediante los cuales se comprometió que ante cualquier ataque o amenaza a la región, nuestro país debía garantizar electricidad e hidrocarburos.

El presidente Felipe Calderón, bajo la idea de ampliar la presencia de nuestro país en el exterior y con el propósito de generar “Más mundo en México y más México en el mundo”, creó PROMÉXICO, entidad de la Secretaría de Economía que tenía como misión promover las exportaciones y atraer una mayor inversión extranjera para consolidar al país como líder de las economías emergentes. Enrique Peña Nieto mantuvo la promoción económica, matizó la responsabilidad global del país y buscó normalizar las relaciones diplomáticas con los países con los cuales se habían distanciado las administraciones panistas anteriores.

Durante lo que llevamos del gobierno de la 4T, México le ha solicitado a España que presente sus disculpas a los pueblos indígenas por los actos cometidos durante la colonia, cesó al escritor Jorge F. Hernández como agregado cultural en aquel país y su relevo, Brenda Lozano, generó amplias críticas que concluyeron en su renuncia y en la Enrique Márquez como titular del área de Diplomacia Cultural de la Secretaría de Relaciones Exteriores. Hasta el momento, España sigue sin otorgar el visto bueno a la designación del exgobernador priista Quirino Ordaz Coppel como nuevo embajador de nuestro país. Algo similar ocurre con Panamá, país al que fue propuesto como embajador, el escritor Pedro Salmerón, quien no obtuvo el visto bueno, ya que el gobierno de aquel país, realizó un posicionamiento en apoyo a grupos feministas mexicanos y en su lugar, fue propuesta Jesusa Rodríguez, quien ha sido rechazada por sectores panameños pro-vida.

El siguiente frente, pero con más tiento será Estados Unidos, país al cual se le ha calificado de injerencista.  

De acuerdo a lo que establece el Diccionario de Política Internacional, la política exterior es “el conjunto de políticas, decisiones y acciones que integran un cuerpo de doctrina coherente y consistente basado en principios claros, sólidos e inmutables forjados a través de su evolución y experiencia histórica…”