Las precampañas para elegir candidatos. Encuestas
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Las precampañas para elegir candidatos. Encuestas

 


Ha iniciado la carrera por el principal trofeo en Oaxaca, la gubernatura del Estado, por lo menos conocemos ya tres de los principales pretendientes dentro del partido en el poder, Morena, que son el Senadora Susana Haro Iturribarría; el Senador Salón Jara;  el maestro Luis Antonio Ramírez Pineda y, de varios colores Raúl Bolaños Cué; por el Partido Revolucionario Institucional, German Espinoza, Maldonado Villarreal y Heliodoro Díaz Escarraga; no han perfilado algún otro que, con presencia en el estado, pudiere considerarse que cuente con la capacidad de competir en esta justa por alcanzar el poder de gobernar y hacerse del presupuesto del estado que, a pesar de tildarse de insuficiente, es y ha sido motivo de codicia y desvío, en perjuicio de la población.

La justa empieza a calentarse con diversos hechos que denuncian los contendientes, como parte de la información que se difunde,  que tiende a desacreditar la imagen del contrario  dentro o fuera  de una misma tendencia o de la contraria, que ya ascendió a la agresión, como lo denunció la Senadora Susana Harp Iturribarría, que ocurrió en la zona de Istmo, así como las relacionadas con otro pretendiente de morena, al que se vincula con alguien involucrado en posibles delitos penales, cuestiones que permiten vaticinar que éste proceso será alimentado con una cruzada campaña negra entre las corrientes políticas, en la etapa de selección interna.

Las encuestas son una cuestión técnica que se pone a cargo de algún órgano que, al interior de los partidos, esté facultado para llevarla a cabo, sujeta, en cuanto a su legalidad al control jurisdiccional electoral, enmarcada en los principios constitucionales de la materia. 

El resultado de los sondeos, análisis y dictámenes tendrán un carácter inapelable. El método de encuesta constituye un instrumento de carácter técnico-científico que permite al instituto político allegarse información de los aspirantes frente a la militancia o la ciudadanía, que, a partir de un número suficiente de datos, busca obtener conclusiones a nivel general, a efecto de tomar una decisión para la designación de candidaturas; la instrumentación de las encuestas comparte la naturaleza técnica y científica, a partir de la metodología con que se diseña y se obtienen los resultados, sujeta a las disposiciones estatutarias o acuerdos de cada partido.

La certeza, en materia electoral, consiste en dotar de facultades expresas a las autoridades de modo que todos los participantes en el proceso electoral conozcan previamente con claridad y seguridad las reglas a que su propia actuación y la de las autoridades especializadas en materia electoral  están sujetas.

Lo que impone a los partidos que asumen este método, el poner en conocimiento de los aspirantes el resultado que arrojó la encuesta, mediante un documento consultable para los participantes.

El resultado de la encuesta debe estar materializado en el acto formal de designación, dado que, el órgano de partido a quien compete hacerla tiene el deber de señalar el ejercicio de ponderación de la encuesta y de todos  aquellos elementos que hubieran normado su criterio, dado que no se sustrae del deber de fundar y motivar sus determinaciones. 

La autenticidad de los resultados de la encuesta genera, al mismo tiempo, la posibilidad de que los participantes, tengan en cuenta los elementos que el órgano partidario ponderó para llevar a cabo la designación de candidato, de entre los participantes, a fin de que estén en posibilidad de preparar su defensa, en caso de estimar contraria a sus derechos la determinación adoptada por el órgano partidista.

La encuesta es una herramienta,  como lo son la votación de la militancia de una partido o de una asamblea de delegados, que se utilizaban, según lo dispongan  los estatutos de cada instituto político para elegir a la candidata o candidato, que proponga a la ciudadanía para que esta elija, mediante el voto, que se formalizan para cubrir el tema democrático al interior de cada uno de ellos.

Sin embargo, cualquiera que sea el camino que se escoja, en nuestro país y en lo que toca al estado de Oaxaca, el aspecto que pone en duda su legitimidad,  ha sido el manejo formal de los procedimientos que se siguen, mediante la manipulación de quién o quienes han tomado la determinación anticipada de quién debe ser el candidato, como una experiencia práctica que  ostensiblemente ejercida en el pasado por el famoso fiel de la balanza, vició que persiste enmascarando la designación, en cualquiera de estos procedimientos y cubrir o más bien encubrir la certeza y la justificación democrática.

La selección de la candidata o candidato a gobernador de Oaxaca no escapará a la influencia de la orientación que le dé quién o quienes dispongan, en la cúpula de cada corriente política. Por lo pronto el proceso está impregnado de la percepción de que ya existe un acuerdo político entre el Gobierno local saliente y el Presidente López Obrador, dada la realidad de la relación que prevalece.

Este pacto no escrito es consecuencia del potencial de sufragios con que cuenta en nuestro Estado, más que el partido de Morena en sí, la persona del presidente López Obrador, lo que asegura que el candidato que proponga ese partido cubierto con el manto  presidencial, será la ganadora o el ganador, lo cual es una realidad innegable, salvo que,  el Revolucionario Institucional, reviviera su anquilosada maquinaria, lo cual parece imposible de hacer realidad a corto plazo.

El gran encuestador y órgano que decidirá finalmente será el presidente de la Republica  con el beneplácito local, persistiendo la figura del fiel de la balanza.

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