¿Debe ser 2021 el año del parteaguas en la educación?
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Opinión

¿Debe ser 2021 el año del parteaguas en la educación?

 


Por Julio Palau Ranz

Soy socio de una universidad virtual, empresa que en 2012 obtuvo el premio al Mérito Exportador otorgado por COMCE, este reconocimiento nos lo dieron porque en ese año, éramos una universidad mundial, contábamos con 6 mil alumnos de todo el mundo, se daban las clases en 9 idiomas y lo maravilloso es que se administraba con tan solo 12 personas, sin contar a los profesores y los traductores que se contrataban de manera eventual.
Esta universidad pasó de ser una universidad con 6 maestrías y 5 licenciaturas en 2018, a empezar un proceso de crear diplomados, la razón es que notamos que los estudiantes no querían pasar 4 años de su vida estudiando una carrera o 2 de una maestría y que al final de sus estudios, no tuvieran un empleo seguro, notamos que están buscando ser emprendedores y tomar clases de lo que les gusta de 6 a 12 meses y ponerse a trabajar de inmediato, así que comenzamos a buscar el contenido y a crear diplomados que cubrieran esa necesidad. La pandemia en 2019 nos dio la razón, la SEP no entendía 2 conceptos: Presencial o virtual y la infraestructura física o virtual.
Para la SEP, las clases presenciales eran físicas donde te puedes tocar, sin embargo si tu clase era en vivo y presencial por internet, para ellos no era presencial. Además le daba mucha importancia a escuelas con infraestructura física, para dar un registro oficial, deberías acreditar una biblioteca, baños, áreas de estudio, salones, áreas sociales y deportivas, no entendían que la inversión en infraestructura virtual era una necesidad; esto hizo que las universidades se quedaran en esos nichos de confort y no se prepararon para un caso de urgencia como fue la pandemia, incluso a las grandes universidades, los agarro con los dedos en la puerta y descubrieron que no estaban preparados; nos unimos a eventos, conferencias, por supuesto virtuales con las universidades más prestigiosas de México, Guatemala, Colombia, Argentina, Ecuador, Uruguay y varios más y todos tuvieron de acuerdo que tuvieron que organizar a marchas forzadas capacitación a sus maestros en tecnologías virtuales y sus espacios físicos quedaron sin ser utilizadas.
Esta pausa para los directivos, acelerar los procesos de capacitación a los docentes y la inversión en infraestructura virtual, nos deja ver claramente que la educación ya no será la misma, aunque la gente de la SEP y el gobierno de México considere que va a seguir igual y el problema que enfrentamos son estructurales y veremos 2 preguntas.
¿Cuál será la razón para tener 266 tecnológicos a nivel nacional donde todos ofrezcan la carrera de informática, cuando al ser virtual solo deben de crear una sola carrera?
¿Por qué seguir educando para el trabajo y no para la VIDA?
Hoy es el día 30 de agosto de 2021, donde 33 millones de estudiantes deben de regresar a clases físicas (presenciales para la SEP) y no encuentro una verdadera razón de reanudar las clases físicas de millones de niños en este país, después de tantas medidas preventivas y tanto sacrificio de las familias, para ahora decidir mandar a los niños a reunirse, a jugar y estar muy cercanos en las escuelas. Los niños no pueden tener la responsabilidad de mantener la sana distancia, de no tocarse, de tener todo el tiempo el cubre bocas, de no tocarse los ojos y la boca y con el riesgo del contagio y aunque de momento no les afecte, que lleven ese contagio a la familia.
El proyecto filosófico de la educación en el mundo es una educación para el trabajo, llamado NEOLIBERALISMO y no para la vida que llamaremos SUPERVIVENCIA. La educación oficial y privada no pretende formar seres humanos conscientes, críticos y analíticos, responsables de su vida personal, familiar y comunitaria; por el contrario, tenemos una educación basada en un sistema de consumo, donde nos enseñan que todo debe de girar en el dinero, en el consumo y eso nos hace esclavos de un sistema que explota el medio ambiente y hace cada día más grande la brecha entre ricos y pobres; no nos damos cuenta aun que enfrentamos un cambio climático y no estamos preparados para sobrevivir.
En México la educación que ofrece la SEP es de mala calidad, no se tiene definido una filosofía de NACIÓN, no contamos con metas ni objetivos claros y además el magisterio con toda su justa lucha contra la reforma educativa del neoliberalismo, son los maestros sumisos que cumplen con la misión de forjar las mentes y alinear el carácter de los estudiantes, para que sean obedientes a la autoridad y sean pasivos, empleados u obreros, fáciles de explotar. Requerimos de una gran transformación y un cambio urgente y de gran calado, para que salgan de su nicho de confort y sean realmente los actores para enseñar y capacitar a las nuevas generaciones en una reforma educativa real.
Nuestra actual educación es un fraude, porque ni siquiera cumple con el objetivo de capacitar a los estudiantes de manera eficiente para el trabajo. Los egresados de las universidades, no tiene los conocimientos necesarios, muchos no saben escribir, leer, redactar o hablar correctamente, algunos ni siquiera saben hacer las operaciones básicas de matemáticas. Estos alumnos su máxima visión es ser empleados sindicalizados, tener un ingreso fijo mal remunerado pero sin trabajar mucho y con el anhelo de jubilarse, no se diga los que solo llegan al bachillerato, secundaria o solo con primaria que solo esperan que su compadre sea llamado por el político en turno para hacer corrupción sin castigo.
La educación es un fraude y un fracaso. Por eso muchos alumnos se revelan y quieren ser EMPRENDEDORES. No se están formando mentes creativas, humanistas, críticas, dotadas de herramientas lógicas para emprender la transformación y mejora de su familia, municipio, estado o país. Es lamentable ver que solo son consumidores basados en querer comprar la moda para ser felices, ociosos mentalmente, conectados a un teléfono celular y a las redes sociales, recibiendo y enviando solo cosas inútiles y desperdiciando lo más valioso, SU TIEMPO DE VIDA.
El sistema no está ofreciendo trabajos bien remunerados y con prestaciones, por el contrario, cada día son ingresos más miserables. Los jóvenes inteligentes y críticos, no quieren estudiar una carrera universitaria, porque es una pérdida de tiempo y de dinero. Esta es una lamentable realidad que no queremos ver y concientizar. Tenemos un sistema educativo fallido, no tendremos una educación de calidad humanista y técnica, porque no le conviene al sistema.
Será entonces que tanta urgencia de que los niños regresen a la escuela es para activar la economía de antes de la pandemia, porque las familias gastan un buen porcentaje de su presupuesto en la instrucción de sus hijos, o porque las escuelas se han convertido en guarderías y no sabemos educarlos en casa. Realmente es muy difícil encontrar una razón, bien estructurada y sostenida en la lógica y en la verdad razonada, para entender este despropósito del regreso a la vida como era en 2019, en medio de una pandemia que va para largo.
Tal vez, lo más inteligente sería pensar en crear un sistema de enseñanza para la vida y aprovechar la pandemia para hacer este cambio y nos urgen propuestas para este cambio. ¿Quién se anima?