Kennedy: Lecciones de campaña
Oaxaca
La Capital Los Municipios
El Imparcial del Istmo El Imparcial de la Costa El Imparcial de la Cuenca
Nacional Internacional Súper Deportivo Especiales Economía Estilo Arte y Cultura En Escena Salud Ecología Ciencia Tecnología Viral Policiaca Opinión

Opinión

Kennedy: Lecciones de campaña

 


Por Jesús Emilio de Leo

John F. Kennedy nació el 29 de mayo de 1917 y fue electo en 1961 como el presidente número 35 de los Estados Unidos de América. Con 43 años de edad y después de haber sido miembro de la Cámara de Representantes y Senador, conquistó la candidatura del Partido Demócrata. Su campaña a la presidencia es recordada por promover innovaciones en el ámbito de la comunicación política, ya que un aporte esencial fueron los primeros tres debates televisados en la historia de las contiendas electorales.

El primer debate televisado fue un elemento fundamental para provocar a la opinión pública, se convirtió en la oportunidad masificar el mensaje y de introducir a los candidatos en los hogares norteamericanos. El efecto de todos sus componentes hasta ese momento era ignorado, pero la imagen de los candidatos se convirtió en un elemento principal para la percepción del ciudadano. Kennedy se mostró como un candidato joven, carismático, bien arreglado y con movimientos expresivos que complementaron sus principales argumentos frente a un candidato mayor, que aunque con traje, no lució que se hubiera preparado para ese momento y su imagen personal denotaba que el encuentro por televisión había sido una actividad más de la agenda del día.

Kennedy fue cuestionado por su catolicismo en una nación eminentemente protestante, de ahí una de sus principales frases durante la campaña fuera: “No soy el candidato católico a la presidencia. Soy el candidato del Partido Demócrata que resulta que también es católico. No hablo por la iglesia en tema públicos y la iglesia no habla por mí.” Con esta afirmación dio un giro a los comentarios polémicos que sobre su persona se hacían y viró su atención a temas que consideraba que eran trascendentes para la población, como los derechos civiles, la conquista del espacio y la imagen de Estados Unidos frente a la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS).
Kennedy no fue el primer candidato en emplear spots televisivos y jingles, pero sin lugar a dudas su campaña fue muy creativa, razón por la cual, Barack Obama en su primer campaña por la presidencia, empleó el mismo argumento y hasta algunos elementos gráficos similares a la campaña que en los 60 llevó por nombre, “Kennedy for me”.

En América Latina, durante las décadas de los 80 y 90, se recibió la influencia de dos principales estrategas norteamericanos, James Carville y Dick Morris, quienes en diferentes estudios de casos han destacado por sus aportes a las campañas políticas. Una campaña en la cual podemos distinguir con claridad la influencia de estrategias con sello de marketing norteamericano es la de Vicente Fox.

En 2021 en México, las campañas políticas han sido diferentes, la pandemia ocasionada por la COVID-19 generó diversos cambios en la vida pública como la suspensión de servicios y la reducción de aforos, situación que en las campañas se ha compensado con un mayor uso de las redes sociales y con la colocación de tiempos de exposición en medios de comunicación con mayor creatividad para no violar las principales disposiciones en materia en acceso a medios. Nuestro sistema democrático ha permitido la participación de diferentes partidos políticos y la conformación de alianzas, sin embargo el centro del mensaje no han sido las y los ciudadanos. El debate de ideas se ha traducido en descalificaciones y amenazas, las tentaciones de crear noticias falsas han sido mayores a las iniciativas y propuestas y aunque muchos candidatos y candidatas aparecerán en las boletas, faltó la construcción del carisma.

El centro de la disputa se ubica en el control de la Cámara de Diputados Federal por la posibilidad de generar cambios constitucionales y que de acuerdo a los datos que arrojan algunas casas encuestadoras, la imagen del presidente será fundamental para su partido y con ello podría obtener más del 40 por ciento de los escaños que sumados a los que obtengan sus partidos aliados, tendría una cómoda ventaja sobre la alianza opositora que sumarían alrededor del 32 por ciento.

Estamos a una semana de conocer los resultados, organizar la jornada electoral del 6 de junio también será un reto.