El miedo a los debates
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Opinión

El miedo a los debates

 


Por: Jarumy Méndez Reyes

Hoy se lleva a cabo el debate entre los aspirantes a la presidencia municipal de Oaxaca de Juárez organizado por la Benemérita Universidad de Oaxaca y el Instituto Estatal Electoral y de Participación Ciudadana de Oaxaca. Un ejercicio necesario y esperado por la ciudadanía, sobre todo ante la forma polarizada y violenta en que se ha llevado este proceso electoral no solo en Oaxaca sino en México.

Por su parte, el Instituto Nacional Electoral (INE) en Oaxaca organizó dos debates para los candidatos y candidatas a la diputación federal en los distritos federales electorales 03- Huajuapan de León y 05- Ciudad Ixtepec, tanto los participantes como los organizadores se vieron improvisados y en vez de debate parecía que los ciudadanos veíamos una exposición de fin de cursos de secundaria o bachillerato: frases aprendidas, lecturas a renglón cerrado y los mismos slogans que escuchamos en los perifoneos y spots de televisión, respuestas ambiguas y ausencia de planes de acción claros.

A través de redes sociales algunos candidatos, como la aspirante de Movimiento Ciudadano a la diputación federal por Tlacolula, Raquel Martínez, publicaron sus solicitudes para tener un debate con sus compañeros contendientes, solicitud que no prosperó ante la falta de interés y respuesta de los demás aspirantes. Y cómo obligar a que el INE o los Organismos Públicos Locales organicen debates para cada distrito federal, local y municipio que renueva cargos de elección, si atraviesan una crisis de autonomía que pasa por la reducción de su presupuesto, cerca del 90 por ciento en el caso de Oaxaca, y la defensa de su legitimidad ante los embates del presidente que cuestiona abiertamente sus decisiones.

Anteriormente, los candidatos buscaban estar expuestos la mayor cantidad de tiempo posible ante el electorado a través de los medios masivos de comunicación como la radio y la televisión, hoy con la aparición de las redes sociales son pocos los aspirantes que voluntariamente quieren participar abiertamente en diálogos, foros o debates.

El más reciente caso, inédito por cierto, se dio en Nuevo León, donde tres de los cuatro candidatos a Gobernador cancelaron de último momento su participación en el Debate organizado por el periódico El Norte, argumentando condiciones de inequidad. Y es que ha sido esta entidad, el más claro ejemplo de cómo los debates pueden influir en la decisión del electorado, pues gran parte del crecimiento en la intención el voto por parte de Samuel García de Movimiento Ciudadano han sido sus participaciones en diferentes debates y la incapacidad de los candidatos del PRI y Morena para responder a cuestionamientos directos en los mismos.

Lo que queda claro es que las reformas electorales de 2007 y 2010 no han contribuido a fortalecer la democracia sustancial, sino que se ha centrado en el control de los tiempos de radio y televisión coronando al spot de treinta segundos como el protagonista de la comunicación política, ejemplo de ello son los 55.4 millones de promocionales que fueron autorizados para el proceso electoral 2020-2021.

Y es que la exposición inmediata que brindan las redes sociales con las transmisiones en vivo contrasta con la percepción creada por consultorías de comunicación alrededor de los candidatos. En específico el formato de debate, que implica el contraste de ideas, pone en evidencia la preparación de los aspirantes y su carácter y personalidad para responder a cuestionamientos o señalamientos directos.
Valdría la pena repensar el modelo de comunicación política y encaminar la siguiente reforma electoral a sustituir la comunicación basada en el spot para redirigir los esfuerzos a la organización de foros y debates que permitan preguntas concretas para obtener respuestas concretas, tal vez así logramos pasar de la improvisación y demagogia a planes de trabajo estructurados. Aunque legalmente las y los candidatos no están obligados a tener una formación profesional, los problemas que se replican en todos los rincones del país requieren más que buenas intenciones, necesitamos tomadores de decisiones preparados.

De la misma forma, necesitamos ciudadanos informados que emitan su voto de forma razonada, el reclamo constante de la ciudadanía es que los políticos dicen lo mismo en cada mitin, entrevista o recorrido, pero nunca dicen cómo lograrán sus propuestas de campaña.
Candidatas y candidatos: hay que dejar de lado el miedo a los debates.

Ciudadanía: participemos hoy activamente viendo y siguiendo la discusión del debate en redes sociales.

@jarumymendez