Tragedia en el Metro
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Opinión

Tragedia en el Metro

 


No hay otro tema a tratar, que la tragedia ocurrida en la línea 12 del Metro de la Ciudad de México.

Esta terrible tragedia tiene varias facetas o ángulos de estudio, a saber: el origen material y técnico de la causa del accidente, el estudio del proyecto, DE LA REALIZACIÓN DE LA OBRA, de los materiales utilizados y su calidad, el mantenimiento dado a esa línea a través de los años, la responsabilidad administrativa de la persona o personas, el auxilio e indemnización a las víctimas e inevitablemente el manejo político electoral.

Desde luego se tiene que esperar al peritaje correspondiente hecho por ingenieros expertos, para poder emitir una opinión,

Así las cosas, vemos que la oposición está utilizando el hecho, para culpar al Gobierno actual de la falta de presupuesto para el mantenimiento, y al señalamiento, prematuro, de posibles culpables si es que existió alguna omisión.

Históricamente el Metro fue inaugurado en su primera línea en los tiempos del presidente Gustavo Díaz Ordaz, y la inauguración de la tristemente célebre línea 12, fue construida e inaugurada en el sexenio como Jefe del Departamento del Distrito Federal, Marcelo Ebrard, actual Secretario de Relaciones Exteriores, en donde fungía como Secretario de Finanzas Mario Delgado, actual presidente de Morena.

El único funcionario que ha dado la cara hasta el momento es Ebrard y nadie más.

En ese contexto, sabemos que el actual Gobierno de la Ciudad de México se está haciendo cargo de los gastos funerarios de las 25 víctimas fatales, de los gastos de hospital de los setenta y nueve heridos, y se ha manifestado que pagarán incluso en hospitales privados, los gastos hasta la total rehabilitación de las víctimas heridas.

Ojalá que así sea.

Como la tragedia sucedió en plena época electoral, es un hecho que el Gobierno Federal y de la Ciudad de México, quedarán marcados para siempre.

Sin embargo, es altamente deseable, que el accidente no sea usado para propaganda política, y que menos se emitan juicios sobre presuntos actos de corrupción y negligencia hasta que se den a conocer, por el peritaje, las causas del siniestro, con el cual los nombres surgirán solos.

 

Yo también soy Pueblo.

Por allí nos encontraremos.