Ningún jugador por encima del club
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Opinión

Ningún jugador por encima del club

 


Por David Sánchez Mendoza

En información extraoficial y sin aún ser confirmada por el entorno del jugador o por el mismo Lionel Messi, se ha hecho saber que el seis veces ganador del balón de oro quiere abandonar el Futbol Club Barcelona, cuestión que ha creado un revuelo excesivo en todo el mundo que engloba el balompié, porque el divorcio que jamás se imaginaban, parece ser por fin una realidad a punto de ocurrir.

Y es completamente entendible que un jugador de la calidad de la que es el camiseta número 10, quiera mostrar su talento en otro equipo, en otro país. Pero los culpables no son ni mucho menos sus compañeros dentro del rectángulo verde, ya que algunos pese a ya no ser aquellos condicionantes sublimes dentro del campo, la calidad también sigue estando en ellos y a esos jugadores cuando el tiempo ya les pasa factura hay que saber arroparlos, con un proyecto que tenga pies y cabeza, condición que no existe hoy por hoy en Barcelona.

Josep Maria Bartomeu es el Presidente deportivo actual del club, pero hace mucho tiempo que el saco le quedó grande. Sus declaraciones siempre han sido de mejora y de salvaguardar el honor que representa un equipo de la talla de lo que es todavía hoy la oncena culé, pero es aquel que habla mucho pero al final hace muy pero muy poco.

Y como si fuera poco, ha fichado caro y mal, los jugadores que han sido traídos al club bajo su vigilancia no fueron en ningún momento una buena oportunidad de mercado, Ousmane Dembélé todavía tiene mucho que demostrar y fue adquirido por 125 millones, contando las variables, una cifra excesiva para un jugador talentoso pero que sigue estando lejos de ser una realidad que aporte dentro del campo, agregado a su calvario de lesiones.

Philippe Coutinho es otro mal fichaje, jamás se ha dudado que sea un jugador por encima del promedio, pero el Barcelona no le necesitaba y menos con un costo de 160 millones de euros, porque cuando no necesitas su posición, pagar más de tres cifras es siempre un riesgo innecesario y se sabe de sobra que el brasileño no encajó en ninguna posición que fue colocado, ha salido cedido y tampoco se ha ganado un lugar de titular adonde ha ido, volverá pero sigue sin ser lo que necesita el equipo.

Antoine Griezmann sea quizá el de los 3 que sí era una realidad, pero caemos de nuevo en el hecho de que se pagaron 120 millones de euros por un elemento que no encaja con tu sistema, porque la mejor versión del francés es precisamente cuando pisa “La zona Messi”, por lo que el 17 blaugrana ha sido relegado al banquillo o a ser ajustado de extremo izquierdo, posición que lo hizo ser comprado en su momento por el Atlético de Madrid, pero hoy en día el jugador domina los pasillos centrales y no tiene la explosividad y velocidad que tenía en aquel entonces.

Los 3 fichajes han sumido en una crisis financiera al Barça, que ahora ante la posible salida de su mejor jugador hace una tarea titánica el reestructurar al equipo y vivir tiempos mejores sin él.

El hartazgo de Messi viene precedido por un remontada de la Roma que no se explica de otra forma que no hayan sido desconcentraciones totales por haber subestimado al rival y por el hecho de que ahí el equipo comenzaba a ya no saber defenderse con balón, pero ahí murió futbolísticamente ese proyecto.

Hace un año, un 4-0 del Liverpool que se creía imposible por el 3-0 de la ida, sólo tiene respuesta al hecho de que esa Champions los jugadores murieron anímicamente, que Anfield y sus aficionados los devoraron y los hicieron ser una presa fácil para el equipo más dinámico del mundo.

Hace apenas unos días, un 8-2 del Bayern no fue contra un club de futbol, fue propinado a un cadáver que intentaba arrastrarse y competir contra el hoy por hoy mejor once de toda Europa. Partido en el que Messi no apareció, no gritó, pero que tampoco es del todo culpable de la desgracia, porque una vez más, sus compañeros tampoco pudieron competir.

A los mejores del mundo se les exige más que al resto, pero el aficionado ha sido muy injusto contra el jugador que mejor representa los valores del Barcelona, pero los ciclos tienen un tiempo y este parece que ha llegado a su fin.

“El hombre perro” ha cumplido 33 años este 2020 y la magia nunca se va, pero el cuerpo pide una pausa, ya no se puede correr tanto, condicionar tanto, el argentino comenzó siendo un jugador de banda que desbordaba rivales como ningún otro gracias a su regate distintivo y a una pegada de D10S, pasó con Pep Guardiola a interpretar el juego desde carriles centrales y convertirse en un falso 9 que hizo mejor a sus compañeros y hoy por hoy, pese a que en la televisión en las alineaciones iniciales lo coloquen en banda, de segunda punta, o de falso 9, la realidad es que Messi se mueve por todo el campo, cada vez corre menos, pero interpreta más, sus piernas piensan en una marcha distinta a la del resto.

Se le coloca en el Manchester City de Pep Guardiola, porque es el técnico español el que nos regaló el mejor Messi y el mejor Barcelona de la historia, uno de los mejores jugadores de la historia merece un último baile, una orejona más, quizá hasta un balón de oro más.

Messi no debe estar nunca por encima del club que le dio todo, pero Lionel merece darle al mundo y a todos los amantes del futbol un último recital antes de colgar los botines.