El Arzobispo de Antequera Oaxaca, Pedro Vázquez Villalobos, condenó la crisis de violencia que enfrenta el país, particularmente el hallazgo de un campo de exterminio en Jalisco, y la angustia de las madres que buscan a sus hijos desaparecidos.
“Oigan, esta frase: ‘qué a gusto estamos aquí’, ¿la podrá pronunciar una madre que anda buscando dónde está su hijo?”, expresó conmovido. Lamentó la pérdida del temor a Dios en la sociedad y la impunidad con la que se cometen crímenes atroces.
Denunció la existencia de crematorios clandestinos y la desaparición de jóvenes y adultos, advirtiendo que no se puede ignorar la realidad de un país donde muchas familias viven en el sufrimiento.
“No nos dejemos engañar. Jóvenes, no se dejen engañar, no se vendan por unas cuantas monedas, no vendan sus vidas”, exhortó a los jóvenes, pidiéndoles que elijan caminos de bien y eviten caer en la violencia.
En el marco del II Domingo de Cuaresma, Monseñor Pedro Vázquez Villalobos, Arzobispo de Antequera Oaxaca, dirigió un mensaje de reflexión a la comunidad católica, centrado en la Transfiguración de Jesús y su significado en la vida cotidiana.
Durante su homilía, enfatizó la importancia de escuchar la palabra de Dios y hacerla vida en el hogar, así como la necesidad de fortalecer los valores familiares para construir una sociedad más justa y pacífica.
Vázquez Villalobos recordó el pasaje evangélico en el que Jesús, en compañía de Pedro, Santiago y Juan, se transfigura en el monte Tabor, revelando su gloria divina. Explicó que este momento fue un regalo para los apóstoles, quienes, al verlo resplandecer, desearon permanecer allí, sin enfrentar las dificultades del mundo.
“El Señor les concedió una Gracia muy especial, donde Él se ve Glorificado”, mencionó el Arzobispo. Sin embargo, recordó que el verdadero propósito de la fe no es quedarse en la contemplación, sino asumir el llamado de Dios en la vida diaria.
En este sentido, instó a los fieles a escuchar a Jesús a través del Evangelio y a reflejar su enseñanza en sus acciones cotidianas. “No queremos que se lo aprenda de memoria, Nuestro Señor quiere que Su Evangelio lo hagamos vida”, afirmó.