Pese a las reformas realizadas para renovar y cambiar de nombre a los órganos garantes de fiscalización y transparencia del estado de Oaxaca, estos no han mostrado resultados importantes y se han estancado, principalmente por falta de presupuestos.
Uno de los órganos autónomos que se renueva en cada sexenio corresponde al actual Órgano Garante de Acceso a la Información Pública, Transparencia, Protección de Datos Personales y Buen Gobierno del Estado de Oaxaca (OGAIPO).
En gobiernos anteriores se le denominó Comisión de Transparencia, Acceso a la Información Pública y Protección de Datos Personales del Estado de Oaxaca (COTAIPO) y después se cambió de nombre a Instituto de Acceso a la Información Pública y Protección de Datos Personales de Oaxaca.
El nombre de OGAIPO se actualizó durante la 64 Legislatura del Congreso del Estado, aunque la mayoría de las y los diputados que avalaron el cambio fueron los integrantes de la fracción parlamentaria de Morena que se oponían a la candidatura de Salomón Jara Cruz, en ello se nombraron como comisionados a personajes visibles que han militado en el Partido Revolucionario Institucional (PRI).
En el último informe presentado por el órgano garante, destaca que en el 2018 contabilizó un registro de 9 mil 648 solicitudes de información para los sujetos obligados, en el 2019 fueron 10 mil 665, en 2020 sumaron 13 mil 995 y para el 2021 bajaron a 9 mil 298.
Para el especialista en materia de combate a la corrupción Adán Córdova Trujillo, estos cambios se llevan a cabo sin previo estudio de lo que requieren estos órganos autónomos, en muchas de las ocasiones, solo se favorecen a políticos que abonan para que prevalezcan hechos de impunidad y corrupción.
Por ello, también cuestionó la reciente propuesta que contempla modificar el Órgano Superior de Fiscalización del Estado de Oaxaca (OSFE), con lo cual se pretende nombrar va nuevos auditores y con ello el cambio de nomenclatura.
“Las reformas que se han dado en los órganos superiores de fiscalización en el país, tienden a fortalecer su autonomía técnica y la imparcialidad de sus integrantes, pero no en pocas ocasiones los integrantes del poder legislativo en acuerdo con el gobierno en turno suprimen su facultad de fiscalizar y suelen cumplir voluntades para que se reforme a modo la institución encargada de la fiscalización, se nombre a un amigo de titular o simplemente sea un elefante blanco que abone a la opacidad, corrupción e impunidad desde su creación”, apuntó.