Pese a las campañas anuales que realiza el sector salud en la prevención de la obesidad, miles de casos nuevos se han notificado en la entidad en los últimos años con un acumulado de más de 45 mil, de los cuales, poco más de siete mil se encuentran en tratamiento.
Tan solo en lo que va del 2023, la Secretaría de salud federal reportó para Oaxaca 12 mil 578 nuevos casos de obesidad (4 mil 538 en hombres y 8 mil 040 en mujeres), ocupando el lugar 20 de los estados del país con el mayor número de casos.
La Ssa fijó del 6 al 11 de noviembre la Semana Nacional para Prevenir el Sobrepeso, la Obesidad y los Trastornos de la Conducta Alimentaria, la cual tiene su origen en un dictamen aprobado por la Cámara de Senadores el 6 de octubre de 2016.
Con la Semana Nacional se busca “crear conciencia sobre las enfermedades no transmisibles como obesidad y sobrepeso y las comorbilidades relacionadas con éstas, así como promover hábitos alimenticios saludables y la actividad física”.
El sobrepeso y la obesidad se consideran un problema de salud pública relacionado principalmente con aspectos genéticos, pero en especial con el estilo de vida. Ambos se definen como una acumulación anormal o excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la salud.
En México, de acuerdo con el sector salud, más del 75% de las personas adultas y el 35.6% de la población infantil tiene obesidad o sobrepeso, que son producto del consumo de alimentos con alta densidad energética, bebidas azucaradas e inactividad física, generando a largo plazo enfermedades no transmisibles como diabetes, hipertensión, padecimientos cardiovasculares, nefropatías y hasta cáncer.
De los trastornos alimenticios como la bulimia y la anorexia, Oaxaca reporta en este 2023 un total de 79 casos, superior a los 57 de 2022, con mayor incidencia en mujeres (55) que en hombres (24).
La bulimia se refiere a las personas que comen en exceso y se provocan el vómito para evitar subir de peso o realizan ejercicio en exceso. Mientras que en la anorexia se restringe severamente la ingesta de comida o solo se consume cantidades muy pequeñas de algunos alimentos.
El diagnóstico temprano de los trastornos alimenticios ayuda a la aplicación de un tratamiento multidisciplinario, con ayuda de nutriólogos y psiquiatras, que contribuyan a la recuperación y control de la enfermedad”.
