Para mantener frescas las flores, varios comerciantes del mercado Benito Juárez recurren a la compra de pipas (camiones cisternas), pues el recurso que reciben a través de los Servicios de Agua Potable y Alcantarillado (SOAPA) es insuficiente y solamente lo tienen en dos turnos diarios de 15 minutos.
Por semana, el gasto mínimo en la compra de agua en el servicio particular es de al menos 250 pesos, cuenta Francisco Salinas Medina. “Entre los compañeros nos ponemos de acuerdo y compramos una pipa”, refiere el vendedor del pasillo de flores, quien señala que los días en los que les llega la flor (lunes y miércoles) ocupan más agua, al menos 200 litros.
Sin espacio para almacenar el agua, por las medidas de su local, Francisco explica que solamente pueden usar cubetas o tambos para guardar el líquido y agregarle muy poco de cloro. Una vez cambiada el agua de las flores, reutiliza esta para lavar el piso o darle otro uso.
Aunque el agua suministrada por el estado es por algunos minutos, cada bimestre paga 250 pesos.
La insuficiencia de agua potable que afecta a la ciudad de Oaxaca y a todo el país se resiente en los mercados públicos de esta ciudad turística. Esto ha orillado a que locatarios del mercado Cuarto Centenario tengan que racionar este recurso y repartirse por cubetas la reserva de la cisterna.
Aunque por convenio ya tienen garantizada el agua, en el mercado 20 de Noviembre el recurso que utilizan no es del servicio público sino comprado por el encargado de los sanitarios, explica Juan Carlos Suárez Flores, secretario general de la organización Transparencia y Fuerza.
Del servicio público hace casi 10 años que no lo utilizan, pues desde antes el agua que les enviaban era a cuenta gotas. “Era un mercado que casi nunca tenía el servicio o que cuando llegaba el agua era a las 2 o 3 de la mañana”, recuerda. Es por ello que a partir del 2015 formalizaron un convenio con el concesionario de los sanitarios, quien compra el agua para todos los locatarios.
Debido a la insuficiencia generalizada del agua en la ciudad, Juan Carlos refiere que aunque tienen una cisterna de 20 mil litros y tinacos para el área de comedores y los sanitarios, cuidan lo más posible el agua. “Tratamos de que sea lo mayormente aprovechable, que no se desperdicie”.
Si alguien incumple, ya sea dejando la llave abierta, se le sanciona, refiere el representante.