Para el investigador, profesor y especialista en Derechos Humanos, Miguel Carbonell Sánchez, es necesario que en tema de justicia, el defensor se conduzca de manera diligente y cuente con los medios y tiempos para que hacer su trabajo.
Durante su conferencia magistral “Retos y perspectivas de los Derechos Humanos”, Carbonell Sánchez expuso ante decenas de estudiantes que desde el momento de una detención, se debe contar con la presencia de un defensor.
“Se debe contar con defensa pública, efectiva y conducta diligente. En el sistema tradicional no se hacía, hoy el sistema es más exigente, porque se exige que el defensor se conduzca de manera diligente”, insistió.
En su intervención, previo a la conferencia magistral, el presidente de la Defensoría de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca (DDHPO), Bernardo Rodríguez Alamilla, expuso que uno de los retos tiene que ver precisamente en cómo hacer que las disposiciones reconocidas en los instrumentos internacionales, se implementen de manera efectiva por las diversas instancias del Estado.
“Es decir, cómo garantizamos su efectiva implementación a través de políticas públicas con enfoque de derechos, en el que el sujeto titular del derecho participe en la propia construcción de la política pública, lo cual, hasta hace no mucho era algo ajeno a la administración estatal”, dijo.
Otro de los desafíos, añadió, es repensar la propia estructura del sistema ombudsman en el país, en el que se ha privilegiado el análisis de casos por encima de las causas que generan violaciones a derechos humanos.
“Se debe analizar las causas para entender la raíz de los problemas y consecuentemente ofrecer soluciones de fondo a los mismos; la atención de casos por su parte, solo atiende problemáticas particulares”.
Insistió en que una de las actividades más importantes es cuestionar y reepensar la manera en cómo tradicionalmente se ha dado la enseñanza del derecho en el país, porque tradicionalmente ésta se abocaba al estudio de las normas y la doctrina en forma abstracta, con poco o nulo cuestionamiento.
“Es un modelo educativo poco dinámico y limitado para enfrentar los cambios constantes en la sociedad, la tecnología, los desarrollos políticos, el deterioro del ambiente, el acceso a la justicia, las nuevas formas de organización económica y social, entre otras”.
En tal sentido, consideró importante actualizar constantemente el modelo e impulsar uno que incentive la capacidad de argumentación y la capacidad de crítica del derecho y del sistema mismo.
