Desde los últimos días de diciembre, varios árboles de guayacán plantados hace aproximadamente 15 años en la ciudad de Oaxaca comenzaron a florecer, como ha sucedido en los últimos años. El espectáculo natural que tapiza las calles de amarillo o da una mejor vista al patrimonio arquitectónico cautiva a muchas personas, aunque también da cuenta de la problemática ambiental.
Al amarillo de los guayacanes, conocidos también como primaveras amarillas le sigue el espectáculo de los macuiles rosas y las jacarandas (estas con su peculiar tono morado) que hacen de las calles del Centro Histórico y de las colonias cercanas un escenario multicolor entre paredes. Pero así como los guayacanes, la floración de los macuiles ha comenzado a adelantarse en los últimos años y ya se empieza a ver en algunos árboles del centro de la ciudad.
“Estas floraciones son muy bonitas, muy agradables a la vista, pero nos están dando un mensaje: que el cambio climático está alterando los ciclos naturales de la producción de semillas. Las semillas de estas flores no están fecundadas como deben de ser y esto genera que no sean productivas”, señala el ambientalista Carlos Morales, de la asociación civil Colmillo Blanco.
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Según el portal del gobierno yucateco, la floración del guayacán amarillo es entre febrero y mayo. En el caso del rosa, un estudio de la Secretaría de Medio Ambiente federal señala que la floración del macuil rosa es entre febrero y abril.
El activista considera que la floración temprana es una respuesta de las especies por sobrevivir, por lo que es necesario que se hagan estudios sobre éstas y otras semillas de especies en zonas urbanas o rurales donde también están floreciendo algunos arbustos.
Los guayacanes (tabebuia chrysantha) tienen otros nombres según el estado del país en el que se localicen. Por ejemplo, en Yucatán se denominan makulis (o maculis) amarillo. Se trata también de una especie con presencia en otros países como Venezuela, Ecuador o Colombia y cuya madera es muy dura, además de alcanzar alturas de hasta más de 20 metros.
En la ciudad de Oaxaca se estima que fueron plantados hace 15 años o más. Sin embargo, Morales considera que su plantación no se hizo bajo criterios que aseguren su salud y beneficios ambientales para la población. “No hubo un diagnóstico sino simplemente se aprovechó que había árboles y se plantaron. Al final ellos necesitan espacio, riego y cuidado. Han resistido al crecimiento de la ciudad y a la escasez de agua, pero también ocasionan problemas en las vialidades” o en las propiedades, apunta.
En la pasada administración municipal, poco más de 100 árboles de éstas y otras especies fueron derribados con base en el Plan de Manejo Integral del Arbolado Urbano del ayuntamiento. Decenas más cayeron en los últimos años durante las tormentas. En algunos casos, incluso se tuvo que reponer banquetas dañadas por el arbolado.
Según el Plan de Manejo Integral del Arbolado Urbano (2022) del municipio de Oaxaca de Juárez, los guayacanes amarillos son una de las especies con mayor presencia en las calles del centro y colonias cercanas a este en la ciudad, al representar el 11 por ciento del total del arbolado censado en la zona.

Con igual porcentaje están los laureles de la India y los macuiles rosa o palo de rosa, seguidos por los fresnos (10 por ciento), las jacarandas (6 por ciento), las hibiscus sp, los primaveras amarillos (guayacanes) y las flores de mayo, estas tres últimas con el 5 por ciento de la población cada una.
El activista Carlos Morales considera que aun cuando en la pasada administración se realizó el plan de manejo, realmente no se han destinado recursos para el arbolado urbano que garantice su salud y los servicios ambientales que tanto aportan estos seres vivos a la ciudad.
Pero también se pronuncia porque estos recursos económicos, humanos o materiales en materia de medio ambiente sean un plan de prevención y no respuestas ante los daños que padecen en época de lluvias o de sequía.
También considera necesario que los documentos o planes de las administraciones previas sean usados como base para otros estudios o documentos en la actual administración municipal.